jueves, 19 de diciembre de 2013

UN ALCALDE SE NIEGA A LEGALIZAR CONVIVENCIAS HOMOSEXUALES



(AICA): 19-12-13

“No celebraré eso que llaman matrimonios homosexuales. Si Hollande me quiere encarcelar, estoy dispuesto. No tengo miedo y estoy preparado a ir a la cárcel porque he nacido libre y quiero morir libre”.

Así declaró a Tempi, Michel Villedey, alcalde de Thorignéd’Anjou, pequeño municipio francés de mil habitantes situado en el departamento del Maine y Loira, después de que el Tribunal Constitucional francés negara la libertad de conciencia a los alcaldes del país.

Tras la resolución del Tribunal Constitucional, ahora estarán obligados a celebrar las convivencias homosexuales a las que llaman “matrimonios”: la alternativa es la cárcel, una pena pecuniaria, la destitución o la suspensión del cargo.

“La decisión del Tribunal es pésima -dijo Villedey-. La Constitución Francesa y la Convención Europea de los Derechos del Hombre reconocen la libertad de conciencia; por tanto, no entiendo por qué el Tribunal nos la ha negado y ha considerado no necesario incluir en la ley Taubira una cláusula sobre la objeción de conciencia. Según el Tribunal, una ley de la República se debe aplicar para todos, y esto es justo, pero como había prometido también el presidente Hollande, debe realizarse respetando la conciencia de los alcaldes”.

“Y debe respetarse nuestra conciencia porque somos elegidos por el pueblo en base a nuestras convicciones, y el pueblo debe ser respetado. Además, como habíamos propuesto en la Cámara de Alcaldes para la Infancia, también el prefecto puede celebrar esos llamados matrimonios homosexuales. Bastaría con que lo hicieran ellos. Además, como ya dije, está previsto en nuestra Constitución”.

“El Tribunal Constitucional -agregó el alcalde- tomó esa decisión porque recibió presiones muy fuertes por parte del gobierno, del presidente Hollande, de la ministra de Justicia Christiane Taubira y del ministro de Asuntos Exteriores Manuel Valls. Su objetivo es quitarnos la libertad, pero yo he nacido libre y quiero morir libre. Por consiguiente, si personas del mismo sexo vienen a pedirme que las case, les diré que eso es contrario a mis convicciones y no lo haré. Y si quieren meterme en la cárcel, iré. No tengo miedo”.

Sin embargo, explicó Villeday, “la batalla por la objeción de conciencia no está perdida. Yo no creo que el gobierno quiera convertirse en sectario como parece que es ahora. Nosotros no tenemos nada contra los homosexuales: yo tengo amigos homosexuales, pero no por eso los casaría. Por otra parte, los homosexuales son una minoría entre los franceses; y los que de verdad quieren casarse son sólo una pequeña minoría de la minoría. Estoy preparado para ir a la cárcel, pero me pregunto: ¿qué interés tienen en condenarme? Sería una decisión estúpida sobre la base de una ideología estúpida.


“La decisión ahora volverá al Consejo de Estado, que debe verificar si nuestras peticiones son legítimas. Después iremos a la Corte Suprema de Derechos Humanos. No tenemos miedo, lucharemos por nuestra libertad de pensamiento y conciencia, y no pienso que el gobierno tenga interés en transformar a Francia en un régimen terrorista e ideológico como en el pasado”, concluyó el alcalde.+