La mayor
manifestación por Cataluña y por España desde la instauración del actual
Régimen
Pere Serrat
El Manifiesto, 13 de
octubre de 2014
Societat Civil
Catalana, convocante de la gran manifestación, lo hizo todo de forma impecable.
Pero se equivocó en un destalle. Se negó a caer en la guerra de cifras y no
efectuó ninguna evaluación del número de manifestantes. Elegante, digna
actitud, pero nefasta cuando se lucha contra quienes se lucha. Consecuencia:
los periódicos sólo dan las cifras comunicadas por la policía : 38.000 personas
(8.000 más de los que dieron el año pasado).
"Nos quedamos cortos –nos
dicen amigos presentes en Barcelona– si lo dejamos en 100.000 personas".
Un éxito clamoroso cuando, desde hace casi 40 años todos los medios de
comunicaciòn propagan constantemente el odio contra España.
Así relata lo
acontecido nuestro corresponsal en Barcelona, Pere Serrat.
Después de un “TV3 se
ha equivocado: no llueve” –en alusión irónica a que los servicios
meteorológicos del canal habían machacado reiteradamente con que llovería a
mares–, José Rosiñol, vicepresidente de Societat Civil Catalana (SCC), ha
resumido la realidad de lo que sucede hoy en Cataluña: los no secesionistas son
mayoría aplastante, a pesar del engaño propagandístico que afirma lo contrario;
España no nos roba, ya que nos roban los que todos sabemos; y el silencio de
los balcones resulta atronador: sólo un 1 o 2% lucen banderas separatistas,
mientras que el resto no luce nada (tampoco banderas españolas: ¡cualquiera se
atreve!…)
La manifestación se
ha dividido en tres fases, perfectamente compartimentadas y con distintas
intensidades emocionales y simbólicas.
1) La cita era a las
11:00 h en el cruce del Passeig de Gràcia con Provença, donde está La Pedrera. De ahí debían
bajar los participantes hasta llegar a la Plaça de Catalunya para coincidir a las 12:00 h
en el turno de parlamentos y presentaciones.
2) A las 11:30h, en
la parte baja de la paseo se ha exhibido horizontalmente una bandera de cien
metros de largo por veinticinco de ancho; una impresionante pieza que enlazaba
la española con la senyera catalana en una solución de continuidad y que
sostenían cientos de personas.
3) A las 12:00h, y
durante 60 minutos, han hablado distintos miembros de SCC, entre los que ha
destacado Joaquin Coll, su vicepresidente primero, que ha elevado la
temperatura del ambiente al afirmar que “no pertenecemos a España en un sentido
posesivo, ya que España es tan nuestra [de los catalanes] como lo es de los
andaluces o de los asturianos”, y que “con la independencia no tenemos nada que
ganar y sí mucho que perder; y que “estamos bajo un régimen de engaño, falsedad
y estafa democrática.
Le ha seguido la vicepresidenta
Susana Beltrán, que ha visto ensombrecido su parlamento, ya que Albert Rivera,
líder del partido Ciutadans/Ciudadanos, estaba intentando acercarse a la
primera fila y no lo dejaban las personas que se hacían selfies con él, le
estrechaban la mano o le gritaban “Rivera President", algo que entra del
orden de lo posible cuando, quemadas las naves de Convergència y Esquerra, el
PP y los socialistas hayan dejado de pactar con ellos.
Después, ha asombrado
la muy mitinera intervención, también alternando catalán y castellano, del
presidente de la entidad, Josep Ramon Bosch, que a partir de la reivindicación
de que España es de todos, ha incidido en que “se produce un debate dramático
entre ciudadanos, ya que los secesionistas quieren que partamos nuestro país”,
así como que “Cataluña es plural y un lugar de encuentro”, “no haciendo falta
enemigos para sentirse y ser catalán”.
A dicha intervención
ha seguido un imaginativo turno de brevísimos parlamentos de distintas personas
que encarnan la realidad catalana: desde un desempleado de Badalona, o personas
hispanoamericanas que han reafirmado su amor por España y han recordado la
reciprocidad y otros valores sentimentales, religiosos, culturales e
idiomáticos que nos unen; o una polaca de Polonia (ya saben la guasa que hay
con lo de que los catalanes somos ‘polacos’)
quien ha recordado que Europa nos une y no son tiempos de trocearla más;
o un natural del Valle de Arán, que ha iniciado su turno en el dialecto aranés –lo
que ha desconcertado a no pocos asistentes– y ha reafirmado la españolidad de
aquel bello territorio pirenaico.
En otra longitud de
onda, ha sido potente la visión del doctor Ortega-Monasterio –hijo del famoso
compositor de habaneras– que ha puntualizado que “es mentira que España no nos
quiera”, y que incluso un poeta tan cotizado en entornos sepñaratistas como lo
fue Salvador Espriu, en su día aludió a Sefarad [España en hebreo y para los
judíos] como una realidad incuestionable.
Igualmente ha sido
impecable el juego de palabras del escritor Ignacio Martínez de Pisón, que como
buen aragonés ha marcado los ‘no límites’ existentes entre los pueblos de
España, reivindicando que un malagueño como Picasso era del mismo sitio que un
pintor como Goya… y que nadie puede separar lo que es inseparable. Finalmente,
antes de que la organización cediera los micrófonos a los representantes del
Partido Popular catalán, a Ciutadans/Ciuidadanos y a UPyD, se ha pedido que
todos los asistentes escucharan por los altavoces el himno nacional español,
algo que ha creado una atmósfera inenarrable, con todo el mundo ondeando las
miles de banderas mientras resonaban las notas del himno que no se oye jamás en
ningún acto público en Cataluña. Al mediodía, como no podía ser de otra manera,
la cobertura dada por TV3, el canal oficial, ha sido la esperada y sospechada,
de la cual no hace falta hacer comentarios.
Señalemos por último
que los gritos más repetidos han sido: ¡els Pujol a la pressó! [¡los Pujol a la
cárcel!]; ¡Visca Espanya y Viva Cataluña! (mezclando ambos idiomas) y ¡Cataluña
es España!