Los productos se fabrican con "capital y trabajo", pero cada empresa compra materias primas y productos en elaboración, los transforma con ayuda de operarios y máquinas, y los vende, al público o a otras empresas. En otros términos, es muy raro encontrar empresas integradas verticalmente o, lo que es lo mismo, la "tercerización" es una realidad muy frecuente.
Al respecto entrevisté al ruso Wassily Wassilyovich Leontief (1906-1999), profesor en Harvard que en 1973 recibió el Premio Nobel en Economía por el denominado "esquema de insumo producto"; y al polaco Jacob Mincer (1922-2006), docente en Columbia y considerado "padre" de la moderna economía laboral (además, planteó la teoría del capital humano antes de que la desarrollaran Gary Becker y Theodore Schultz).
-Robert Dorfman sostiene que la idea de insumo-producto aparece en las obras de François Quesnay, Karl Marx y Leon Walras, y que las ecuaciones fueron planteadas por Robert Remak, por lo que su mérito consiste en haber estimado miles de coeficientes, y haber mostrado que la herramienta era útil.
Leontief: -Tiene razón. A través de una cuantiosa y tediosa labor estadística (cuando comencé no había computadoras), contesté el siguiente par de preguntas: ¿cuál es el nivel de producción de cada uno de los sectores, requerido para satisfacer determinados niveles de consumo, inversión, exportaciones, etcétera, y qué cantidad de bienes queda a disposición de algún ser humano, dados determinados niveles de producción y el hecho de que el trigo desaparece cuando se fabrica harina, y ésta desaparece cuando se elabora pan?
-La integración vertical tampoco se da en las empresas.
Leontief: -En 1937 Ronald Coase analizó esta cuestión, desde una perspectiva que luego desarrolló Oliver Eaton Williamson (los dos obtuvieron el Nobel en Economía). Dependiendo del costo de cada una de las alternativas, algunas tareas se realizan dentro de cada empresa, otras fuera de ellas. Ejemplo: difícilmente una acería tercerice la operación de su alto horno, difícilmente transporte su personal en vehículos propios.
-Como resulta de la caída de los costos de transporte y comunicación, la globalización induce el aumento de la tercerización.
Leontief: -Efectivamente. La globalización integra el consumo y desintegra la producción. En un mundo globalizado, en una misma góndola del supermercado encuentro un mismo producto elaborado en muchos países. Pero al mismo tiempo, ¿qué es un "producto nacional"? Una computadora contiene piezas fabricadas en varias decenas de países, una "universidad americana" es un conjunto de ladrillos físicamente ubicados dentro de Estados Unidos, donde profesores extranjeros les enseñan a alumnos extranjeros.
-La tercerización también existe en el plano laboral. ¿Por qué en la Argentina parece ser una "mala palabra"?
Mincer: -Porque, producto de las circunstancias, una idea importantísima se la usa con otros fines. Me explico. En su país la diferencia entre hacer las cosas "por derecha" y "por izquierda" es sustancial. Ejemplo, hay mucha distancia entre el costo laboral, que es cómo el empleador visualiza la relación con el asalariado, y el salario de bolsillo, que es cómo la visualiza este último. Por eso, los aumentos son "no remunerativos" y, tanto en el sector privado como en el público, cuando se liquidan, las jubilaciones resultan ser una ínfima proporción de lo que efectivamente percibía el asalariado cuando trabajaba.
-Entonces-
Mincer: -Vía tercerización, algunos empleadores buscan eludir la legislación. Condenar la tercerización sin ir a la raíz del problema resulta políticamente correcto, pero no sirve para entender la realidad. Cuando cuatro de cada 10 asalariados trabajan en el sector informal de la economía, la solución no puede consistir en rigidizar cada vez más la legislación y la jurisprudencia laborales, y aumentar notoriamente el número de inspectores, sino en hacer exactamente lo contrario.
-Caballeros, muchas gracias.
La Nación, 6-11-10