Reportaje a Oscar
Oszlak
La Nación, Enfoques, 14-12-14
-Y del lado de la
ciudadanía, ¿qué ocurre con la condición de la participación?
-Existe una bajísima
propensión del ciudadano medio a participar en la gestión pública. El ciudadano
medio no conoce que tiene la posibilidad de influir en la elaboración de
políticas, de coproducir con el Estado, de controlarlo, de exigir rendición de
cuentas. Esas funciones las cumplen las asociaciones civiles especializadas.
Hicimos un estudio a partir de estadísticas de la Jefatura de Gabinete, que
reunió Marta Oyhanarte hasta 2009, sobre 18.000 casos. Abrumadoramente los
ciudadanos se manifiestan a favor de la participación. Cuando se le pregunta si
participan, algo más del 30% dice hacerlo en algún tipo de institución. De
ellos, la mitad va a misa a la iglesia y un porcentaje importante está en las
cooperadoras escolares. Solamente un 3% milita o militó alguna vez. Es una
conducta típica de la acción colectiva, que podríamos sintetizar en el lema
"animémonos y vayan". Cuando se le pregunta al ciudadano por qué no
participa, aduce un montón de razones: no tengo tiempo, tengo que dedicarle ese
tiempo a mi familia, creo que es una pérdida de tiempo, no encuentro la
institución que valga la pena. No hay demasiado progreso en ese punto de vista.
-¿No puede esto tener
relación con la creciente desconfianza y la distancia de los ciudadanos con
respecto a la política?
-Sí, efectivamente
hay un gran distanciamiento y por eso mismo es que el ámbito jurisdiccional en
el que el alcance de estas iniciativas puede ser mayor es seguramente el ámbito
municipal. Muchos planes de acción de gobierno abierto, y en particular el de
Argentina, se limitan a incluir una serie de proyectos o promesas que abarcan
casi exclusivamente a organismos nacionales. En realidad, estos esfuerzos son
apenas la punta del iceberg de un fenómeno que es mucho más abarcativo, que
incluye no solamente a los gobiernos centrales y municipales, sino a muchas
organizaciones de la sociedad civil. Se están haciendo algunos progresos en el
país: iniciativas como el presupuesto participativo que todavía no está tan
extendido en los municipios de toda la Argentina , o programas que permiten que los
ciudadanos participen en las propuestas de ordenanzas municipales a través de
las redes sociales u otros canales de comunicación con el gobierno.