Es muy preocupante
que la base de la convivencia de una sociedad nos encuentre desvalidos de los
principios elementales que la humanidad ha tenido siempre presente para vivir
civilizadamente y en paz. Los diez mandamientos, las constituciones y las leyes son
transgredidas permanentemente y así nos va en consecuencia.
La intolerancia,el
desamor al prójimo,el individualismo y el desenfrenado consumismo nos lleva al
pernicioso "ismo" que nos destruye como sociedad. Nuestro querido país
está sufriendo, con muchísima angustia y desesperanza, el desencuentro de los
argentinos, fruto de la intemperancia que desemboca en agresividad física y
verbal.
Es incomprensible que
Argentina esté padeciendo esta confrontación entre "ellos y
nosotros", una división entre buenos y malos de acuerdo a qué
fundamentalismo ideológico nos ubiquemos.
Esperemos que en estos meses del debido debate de ideas que debería
existir en las campañas electorales se llegue a consensos para erradicar estas
inconductas que nos llevan a la desunión, inclusive, en las propias familias
por pensar distinto. La dirigencia política y social debe reflexionar y
atemperar sus pasiones a los fines de dar una luz de esperanza a los descreídos
ciudadanos.
Contador José Luis Garayoa Salinas
Docente Jubilado