Guillermo
Cherashny
Informador Público,
3-3-15
La semana pasada
mencionamos las febriles maniobras del cristinismo para que el Papa Francisco
avalara una compleja maniobra para obtener la impunidad: la misma consistiría
en que la presidente abandone el poder el 8 ó 9 de diciembre, que renuncien los
que le siguen en el orden sucesorio -Amado Boudou y Gerardo Zamora- y que asuma
Julián Domínguez.
Éste cerraría la maniobra dictando un indulto para las causas
de corrupción que aquejan a CFK.
Sin embargo, hay señales de que el Santo Padre
se negó a tamaña maniobra y despachó para Buenos Aires al jefe de ceremonial,
monseñor Guillermo Karcher, quien se reunió con la presidente y con el
embajador argentino en la Santa Sede, Eduardo Valdez. En estas charlas, el alto
prelado dijo de muy buenas formas que el Papa no podía hacer lo que le pedían,
porque perdería credibilidad, y que ya le había hecho innumerables favores a la
presidente, estando dispuesto a recibirla de nuevo en Roma. También Francisco
se habría ofrecido a hablar con los candidatos presidenciales con chances de
ganar la elección para pedirles que colaboren en atenuar la persecución a una
presidente constitucional.
La respuesta
La decepción en
Olivos por este mensaje habría sido grande. Cuando Monseñor Karcher abandonó la
residencia de Olivos junto a Valdez, éste le comentó que era una lástima que el
Papa no bendijera el indulto a una presidente que se opone a que se discuta el
aborto en el Congreso de la Nación. No se sabe si Karcher entendió bien el
mensaje o "apriete" que le transmitió sutilmente el embajador. De esa
conversación llegamos a ayer a la mañana, cuando el flamante ministro de salud,
Daniel Gollan, declaró que el gobierno estaba dispuesto a debatir la cuestión
del aborto, tema que, según él, tuvo una salida exitosa en Uruguay.
Esto puso en
alerta roja a la Conferencia Episcopal Argentina y al Vaticano. Pero a las
pocas horas, el también flamante Jefe de Gabinete Aníbal Fernández desmintió al
citado ministro y alegó que el aborto no estaba en la agenda de este gobierno.
Los malpensados de siempre informaron que el Vaticano estaba dispuesto a
considerar el "indulto a la corrupción" en favor de la presidente,
aunque ella, ante la posible persistencia del Santo Padre en negarse a esa
solicitud, el domingo, en su discurso de inicio de las sesiones ordinarias,
entre otros asuntos señaló que quiere debatir y que podría ser legisladora. De
este modo contaría con fueros que le darían inmunidad de arresto pero que no
impedirían la continuación de los casos Báez y Hotesur, entre otros. De ahí que
la mejor solución para el cristinismo sea, sin duda, el indulto de Julián
Domínguez como presidente interino.