EL CASO DE AEROLÍNEAS
Fernando Laborda
"Para nosotros,
los que vivimos lejos, que venimos del Sur y lo único que nos puede traer es
Aerolíneas Argentinas, para nosotros, ésta es, casi les diría, una cuestión de
vida."
(De Cristina
Kirchner, en su mensaje a la Asamblea Legislativa. )
Convertida desde hace
tiempo en una empedernida relatora de historias, la Presidenta , a fuerza de
repetición de sus relatos, ha quedado atrapada en ellos. A tal punto que, en su
afán por defender la gestión de Aerolíneas Argentinas, se ha presentado como
una simple ciudadana de a pie y del interior profundo, pretendiendo que
ignoremos que dispone de una flota aérea presidencial formada por tres
helicópteros y cinco aviones, para trasladarse hasta Río Gallegos o su lugar en
el mundo, El Calafate.
No ha debido padecer,
al menos en los últimos 12 años, paros, demoras y otros trastornos que sufren
los usuarios de las líneas aéreas. Mucho menos los agotadores periplos en
ómnibus, medio de transporte que, aunque Cristina no lo sepa, utiliza la
mayoría de los argentinos que viajan desde o hacia la Patagonia y que no
pueden pagar los 5471 pesos que cuesta un pasaje aéreo regular de ida y vuelta
entre Buenos Aires y la capital santacruceña. Tampoco sufre esos problemas un
buen número de funcionarios, como Axel Kicillof y Héctor Timerman, que en
noviembre último, para trasladarse a la reunión del G-20 en Australia, no
tuvieron pruritos en alquilar un jet de lujo, de bandera suiza, al módico costo
de 600.000 dólares.
Sin duda, Aerolíneas
Argentinas no es una cuestión de vida para la Presidenta , que cuando
descansa en El Calafate, hasta se hace traer los diarios de Buenos Aires en uno
de los aviones Tango, administrados como bienes personales de ella aunque sean
del Estado; es decir, de todos. Pero tal vez sí se trate de una cuestión de
vida para la mano de obra militante que, desde 2008, copó Aerolíneas
renacionalizada y la transformó en una agencia de colocaciones de La Cámpora. Desde
entonces hasta 2013, la plantilla de esta compañía y Austral aumentó en 1730
empleados, aunque se hayan ido unos 1600. En síntesis, alrededor de 2400 nuevos
nombramientos hizo la administración kirchnerista en ese período, llevando a
Aerolíneas al récord de tener 295 empleados por aeronave, contra 75 de Air
Europa o 110 de Delta Airlines. O bien 631 pasajeros por empleado, frente a
2746 de Air Europa, 2000 de Delta y 1731 de Alitalia. "Nosotros estamos
tercamente empecinados en brindar alegría", dijo no hace mucho Cristina.
Ahora sabemos a quienes.