Por Héctor GIULIANO
(12.12.2015)
El jueves 10.12 – último
día del gobierno Kirchner y primero del gobierno Macri – el Ministerio de
Economía (MECON) editó en su página web el informe de Deuda Pública del Tercer
Trimestre de 2015.
Según estos últimos
datos oficiales la deuda aumentó en lo que va del año en 18.100 MD (Millones de
Dólares): era de 233.400 MD al 31.12.14 y pasó a 251.500 MD al 30.9.15.
Estas cifras
corresponden a una deuda del Estado Central que se integra por dos grandes
rubros (de los que – a los fines de cálculo – las autoridades toman en cuenta sólo el primero): 240.000 MD
por deuda performing o en cumplimiento del pago de intereses y 11.500 MD de
holdouts (tenedores de bonos que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna
de 2005-2010).
Tal deuda corresponde
sólo a la deuda en cabeza del Estado Central, es decir, que no incluye la deuda
consolidada de provincias/municipios, Banco Central (BCRA), Empresas Públicas,
Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios y juicios contra el Estado con
sentencia en firme.
El monto de esta
deuda total – la Deuda Pública Nacional – se desconoce porque las autoridades
no lo dan a conocer pero en conjunto pudiera llegar a duplicar la deuda del
Gobierno Central.
El Presupuesto para
el año 2015 – Ley 27.008 – contemplaba ya un aumento de la deuda pública por
casi 18.000 MD (17.700), como producto de vencimientos por capital de 53.600 MD
contra toma de nueva deuda por 71.300; lo que significa que el ejecutado de
deuda al trimestre 3 ya excede el incremento previsto para todo el corriente
año, esto es, faltando todavía falta agregar el cuarto trimestre.
La Ley 27.198 de
Presupuesto para el 2016 prevé, a su vez, un aumento de la deuda pública
durante el próximo ejercicio de otros 23.400 MD (vencimientos de deuda por
capital de 68.000 MD contra toma de nueva deuda por 91.400 MD).
Nuestro país se
aproxima así a redondear la colocación de nuevo endeudamiento público del orden
de los 100.000 MD por año sumando refinanciaciones o novaciones de deuda y toma
de deudas adicionales.
Con el aumento de la
deuda crece obviamente el quantum de los intereses a pagar, que para el 2016
pasan a 104.100 M$ (Millones de Pesos), equivalentes a unos 10.000 MD (9.800).
Como la deuda por
capital no se paga sino que se refinancia en su totalidad – pagando deuda con
deuda – lo que efectivamente se eroga son los intereses, que forman parte del
Gasto Público Corriente y cuyo ritmo de crecimiento pesa sobre el consiguiente
aumento del Déficit Fiscal.
El perfil de
vencimientos de la deuda, por otra parte, se deteriora rápidamente porque la
fuerte colocación de deudas a corto plazo en las postrimerías de la
administración Kirchner acorta la vida promedio de la deuda, que ya pasó de 8.1
a 7.4 años en los 9 meses que van de fines de 2014 al 30.9 pasado.
Y ello genera
entonces la necesidad de tomar más
deuda, preparado el camino para que tanto el gobierno que termina su gestión
como el que la empieza - operando en tándem – produzcan una continuidad y no un cambio en la política sistemática de endeudamiento público.
Por eso la
coincidencia de objetivos entre el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-10 y la
Hoja de Ruta Boudou del 2008 – bajo la administración K – y la nueva política
de deuda de la administración Macri que
(lo mismo que los candidatos Scioli y Massa) jugaban y juegan sus cartas
a la instrumentación del mismo exacto objetivo común: la vuelta al mercado
internacional de capitales para tomar más deuda externa.
Y las informaciones
oficiales allanan el camino en esta dirección.
El Informe de deuda
pública del MECON prevé ahora vencimientos de capital para el 2016 por 45.600
MD. Decimos ahora porque en el informe anterior – a fines de 2014 – esos
vencimientos se estimaban en sólo
25.800 MD.
Todos los años pasa
lo mismo: los importes de los informes del MECON son invariablemente inferiores
a los que se aprueban por presupuesto y las cifras se ajustan luego en los
trimestres sucesivos con enormes diferencias contra el período anterior, como
la citada.
El extraordinario
aumento de la deuda del Estado Central es, en realidad, sólo el prolegómeno de
una nueva gran ola de endeudamiento externo en desarrollo sobre la Argentina,
después de la primera gran oleada de deuda del Proceso Militar y de la segunda,
correspondiente a la Convertibilidad Menemista-Aliancista de la década del ´90.
Esta nueva etapa de
aumento sistemático de la Deuda Pública ya se inició bajo la gestión Kirchner,
batiendo récords históricos de pago de la deuda con terceros – acreedores
privados y organismos financieros internacionales – a costa de aumentar la
deuda intra-Estado, es decir, de traspasar la carga de la deuda fiscal
impagable a los fondos que administra el propio Estado (fundamentalmente ANSES,
BCRA y BNA).
La idea es que este
cúmulo de deuda intra-Estado se refinancie indefinidamente y se vaya licuando
en forma gradual por impagos o condonaciones y por licuación directa de la
deuda en pesos expresada en dólares, carcomida por la inflación.
Hoy el 36 % de la
deuda performing (el subtotal de 240.000 MD) está en pesos y el 64 % en moneda
extranjera; pero el 61 % de toda esta deuda está en manos del propio Sector
Público, lo que determina un gravísimo empapelamiento del Estado con títulos de
deuda que no tienen capacidad alguna de repago.
La administración K,
que recibió una deuda pública de 178.000 MD y se jactó de haber pagado 190.000
MD (sin información desagregada alguna) deja una herencia de más de 250.000 MD,
una suma que no computa los cupones PBI (15.000 MD) ni los diferenciales a pagar
por los reclamos totales de los holdouts (por otros 10-15.000 MD).
Y todo esto ha venido
ocurriendo mientras el saliente gobierno Kirchner estuvo engañando groseramente
a la opinión pública con el mito del des-endeudamiento: una falsía declaradamente
compartida por los grandes partidos de la oposición política, entre los cuales
la nueva administración Macri.