Pese a todo, triunfó el sentido común, demostrando, una vez más, que no es imposible resistir al régimen vigente, y que el ciudadano común puede ser persuadido a favor del bien común.
Reproducimos párrafos de un autor -no precisamente fundamentalista- que describe los peligros del pacto alabado en todo el mundo por los progresistas y los ingenuos.
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Los beneficios y “maleficios” del pacto
Fernando Savater
Clarín, 3-10-16
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Comienzo por aclarar, quizá innecesariamente, que las dos partes no son equivalentes: por un lado está un régimen verdaderamente democrático, eso sí lleno de defectos como también los hay en USA, Suecia o España; por otro, una banda terrorista que recubre con fraseología marxista y populista una fabuloso negocio de narcotráfico y secuestros.
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Pero junto a los beneficios, también puede hablarse de ciertos maleficios de la paz. Sobre todo, la impunidad casi total de los criminales (de uno y otro bando), su incorporación con plazas por decreto y no electivas a la vida parlamentaria, las dudas respecto a la gestión de los miles y miles de hectáreas de narcocultivos, un tesoro apetecible para tantos, y también la incertidumbre de dónde y cómo se integrarán en la convivencia democrática los terroristas artificialmente redimidos.
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