Carlos E. Viana
Informador Público, 5-11-16
¿Fue un error?
He visto por TV a varios periodistas entrevistando al
Señor Marcelo Salinas, padre del menor de 13 años que ejecutó a un delincuente
que estaba atacando a su madre y a su hermanito. Salvo la Sra. Mirtha Legrand,
que guardó respeto, otros periodistas no condenaron al delincuente sino que
trataban de hacer que el padre de este chico reconociera que fue un error matar
al delincuente, tener un arma en su casa y haberla dejado al alcance de su
hijo. Una mujer, no recuerdo cuál, en otra entrevista, llegó a condenar al
padre por dejar armas al alcance de este niño. Todos hablan de contención
psicológica y el padre por poco tiene que pedir disculpas por lo que hizo su
hijo por tener un arma en su casa.
Un héroe: Uno contra cinco
Recordemos que este niño accionó cuando vio que un
delincuente la tiraba violentamente al suelo a su madre agarrándola de los
pelos, a su hermanito también y que él se enfrentó solo contra cinco
delincuentes armados con subametralladoras y protegidos por chalecos antibalas.
La acción espontánea de un héroe, que salió a defender a una indefensa mujer y
a un niño.
Nadie dijo la verdad. Ese niño es un héroe y un
ejemplo de coraje y honestidad para todos los argentinos.
Uno de los asaltantes, todos con gruesos prontuarios,
le había cortado un dedo a un hombre en un asalto anterior, en una sesión de
tortura para que dijera dónde estaba la plata.
Sí, un héroe, y esto sobresale en un país cuya mitad
votó por los políticos más corruptos que conoció la historia argentina.
Políticos que se identificaron con los delincuentes y los protegieron con una
doctrina diabólica, en la que los desproveían de toda responsabilidad.
Salinas hijo es un héroe que en una democracia, como
Estados Unidos o Francia, habría sido condecorado por el gobierno y exaltado
por los medios públicos.
Violencia de genero
El delincuente ejecutado fue sumamente violento contra
una mujer indefensa, nadie reparó que esto es violencia de genero y que esta se
da en una sociedad con la moral destruida, por largos años de corrupción y
delincuencia, que se confunde irreconociblemente entre los delincuentes comunes
y los funcionarios que ocuparon altos puestos oficiales.
Estos son los que condenan la mano dura con la
delincuencia, cuando la lucha contra la misma, esta alcanzando la dimensión de
una guerra y solo puede combatírsela con la fuerza. El policía o el asaltado
debe esperar que le tiren antes de responder. Porque un médico mato a otro
delincuente con grueso prontuario, debió pedir disculpas públicamente,
presionado por periodistas que declaman sobre los derechos humanos, como si
estos, como pasa en todo el mundo, no debieran ser mantenidos por la fuerza,
porque precisamente quienes los violan utilizan la violencia. Un juez
zaffaronista lo procesó a este médico y lo tuvo detenido varios días, pero por
otro lado tenía la “puerta giratoria”.
Casi todos se rasgan las vestiduras por el aumento de
casos de justicia por mano propia, cuando esta es la causa de la ausencia del
Estado que ellos quieren hacerlo más grande y benévolo, con los delincuentes.
Que agarren los libros que no muerden como dejo César Bruto. Hobbes ya había
visto, hace mas de tres siglos, que la principal función del Estado es la
seguridad y que el derecho que retienen los ciudadanos es la defensa propia de
sus vidas.
Las causas, imbéciles
Ahora si quieren encontrar las causas, enfrenten sus
propios mitos y comiencen por el ataque terrorista de marxistas e islámicos, la
demagogia de Alfonsín que indultó delincuentes masivamente y continúen por la
corrupción y los indultos para delincuentes comunes de Menem, la inacción de De
la Rúa, la negación de los derechos humanos por Duhalde y la violación
sistemática contra estos por Néstor Kirchner su mujer y acompañado por la
exégesis de los “pobres delincuentes” que le debía su condición a la sociedad.
En esto último tenían algo de razón, porque una sociedad sana nunca los hubiera
elegido.
Felicitaciones, pequeño gran Salinas
Señor Marcelo Salinas, no se deje amedrentar, lo
felicito por la educación que le dio a este pequeño gran héroe, lo felicito
porque confió en él y porque debido a su decisión valiente de tener un arma en
su casa, su hijo pudo defender a su madre y a su hermano, cuando este Estado
inmenso que nos oprime y sus creadores y exegetas, estuvo ausente. Un gran
abrazo para su hijo y dígale que no necesita psicólogas, sino el ánimo y reconocimiento
que merece un héroe. Arriba Salinas, hijo, sos de los héroes que hoy necesita
más Argentina.