domingo, 6 de noviembre de 2016

GRAVE: FALSIFICAN FIRMAS DEL EX PRESIDENTE KIRCHNER


Hugo Alconada Mon
LA NACION,  06 DE NOVIEMBRE DE 2016


Las firmas truchas de Néstor Kirchner en los libros de Hotesur -la sociedad controlante del hotel Alto Calafate- son doce. Y no son las únicas firmas falsificadas. Hay otras dos, además de otras múltiples "irregularidades" que involucran a la ex presidenta Cristina Kirchner y sus dos hijos, según surge del dictamen de los peritos caligráficos cuya copia obtuvo LA NACION.

Fechas modificadas, firmas adulteradas, tachaduras sin salvar y el uso intensivo de "liquid paper" para ocultar a la ex presidenta, son algunas de las irregularidades que detectaron los expertos, que firmaron juntos el reporte. Tanto los dos oficiales, Juan Santiago Rattaro (vicedecano de la Corte Suprema) y Alejandro Centofanti (por la Policía Federal), como José María Buitrago, por la defensa.


"Las firmas atribuidas a Néstor Carlos Kirchner en el Libro Depósito de Acciones y Registro de Asistencia a Asambleas, fojas 11 (número de orden 1, 3, 4 y 5), fojas 12 (número de orden 1, 3, 4 y 5) y fojas 13 (número de orden 1, 3, 4 y 5), NO SE CORRESPONDEN con el material indubitado/base de cotejo aportados", coincidieron los tres peritos, que así lo remarcaron, en mayúscula, en su dictamen.

¿Por qué no? "Nos encontramos frente a firmas que no concuerdan, no sólo en su aspecto estructural, sino tampoco en el constitutivo", remarcaron los tres peritos.

Esas firmas quedaron bajo la lupa luego de que el juez federal Claudio Bonadio allanara múltiples domicilios en julio de 2015, como parte de su investigación en Hotesur. Tras los procedimientos en la capital santacruceña, la presidenta de Hotesur, Romina Mercado, solicitó 48 horas a la Justicia para entregar esos libros, y se comprometió a presentarlos en el Juzgado Federal de Río Gallegos. Cumplió su palabra, aunque la autenticidad del contenido de esos libros quedó bajo sospecha.

Tanto la diputada nacional Margarita Stolbizer como el fiscal Carlos Stornelli plantearon la necesidad de analizar esos libros al siguiente juez a cargo de la instrucción, Daniel Rafecas. Pero recién fue el tercer juez de la causa, Julián Ercolini, quien ordenó el peritaje.

Curiosidades


Lo curioso es que también una firma de la propia Mercado resultó cuestionada por los peritos calígrafos. "La firma obrante a fs. 70 del Libro Actas de Directorio NO PERTENECE a su puño y letra", indicaron, en mayúsculas.

A lo largo de su dictamen de 26 fojas, Rattaro, Centofanti y Buitrago también expusieron las repetidas veces en que los libros se sobreescribieron para eliminar el nombre de la ex presidenta y de su hija Florencia, y dejar como único nombre visible el de Máximo.

Los peritos también detectaron que se antedataron algunos asientos societarios. Así ocurrió, por ejemplo, en el renglón 23 de la foja 27 del libro de Actas de Asambleas en la que pudieron reconstruir que se había anotado "marzo de 2013" -sin lograr precisar el día exacto-, pero se tapó con "liquid paper" y se reescribió encima "veinticuatro de febrero de 2012". Es decir, trece meses antes.

¿Vendedor o socio?

Por su parte, el análisis del Libro Depósito de Acciones y Registro de Asistencia a Asambleas deparó otra sorpresa, que alimentó aún más las sombras que rodean a la cuestionada sociedad hotelera.

¿Por qué? Porque oculto debajo del nombre José Carlos Amil López -el vendedor de la sociedad Hotesur a los Kirchner- y su número de DNI, encontraron los restos de otra anotación que se intentó borrar. ¿Qué decía? Hotel Kennedy SA y su correspondiente clave única de identificación tributaria (CUIT).

Con domicilio fiscal en la calle Carlos Pellegrini 507, en Buenos Aires, esa sociedad es dueña de dos marcas comerciales: Hotel Colón y Gran Hotel Colón. Es decir, los establecimientos propiedad del propio Amil López. ¿Era, pues, socio de la ex familia presidencial?


Por el contrario, los peritos no pudieron avanzar sobre otro eje clave: si todas las firmas se fraguaron al mismo tiempo y por la misma persona, aunque sí pudieron descartar un punto: ninguno de los que sí firmaron habría sido el falsificador. Por eso, ahora el fiscal Pollicita evalúa ordenar una ampliación del peritaje, pero centrado en un "estudio cromatográfico".