Por Carlos Pavon
Informador
Público, 8-8-24
Según Platón, un
gobernante ideal debe poseer cuatro virtudes cardinales:
1. Sabiduría
(sophía): El gobernante debe tener conocimiento profundo y comprensión del bien
común, así como de las leyes y principios que rigen la sociedad y el universo.
2. Valentía
(andreia): Debe ser capaz de enfrentar desafíos y peligros con firmeza y
coraje, protegiendo la justicia y el bienestar de la comunidad.
3. Templanza
(sofrosyne): Es necesario que el gobernante tenga autocontrol y moderación,
equilibrando sus deseos y emociones para actuar de manera justa y equitativa.
4. Justicia (dikaiosyne):
Esta virtud implica actuar de manera justa y equitativa, asegurando que cada
persona reciba lo que le corresponde y manteniendo el orden en la sociedad.
Platón argumenta
que solo aquellos que poseen estas virtudes están verdaderamente capacitados
para gobernar, pues pueden tomar decisiones sabias y justas para el beneficio
de todos.
Estas virtudes deben
regir los actos del pleno de miembros del estado con responsabilidad en las
distintas áreas del mismo, y fundamentalmente, en los distintos poderes que en
equilibrio manejan en democracia los asuntos para los cuales son designados por
el pueblo, en elecciones libres.
No obstante,
parece que en nuestro país, en especial en el poder judicial, sobresalen las
siguientes características, que a la vista del ciudadano, ya ha incorporado
como natural y común en su quehacer cotidiano y se conforma con seguir relatos
que son verdaderas burlas a la inteligencia pero que con el tiempo agravan sus
posibilidades de progreso individual y colectivo. Dichas caracteristicas son:
1. Impericia.
La impericia se refiere a la falta de habilidad, destreza o competencia en la ejecución
de una actividad o tarea. En un contexto profesional, especialmente en áreas
como la medicina, la ingeniería, la política o la justicia , la impericia puede
implicar una actuación deficiente o incorrecta debido a la falta de
conocimientos o habilidades necesarias, lo que puede resultar en errores o
fallos significativos.
2. Negligencia.
La negligencia es la falta de atención, cuidado o diligencia que una persona
razonable y prudente debería tener en una situación específica. En el ámbito
legal y profesional, la negligencia se refiere a la omisión de realizar una
acción que se consideraría adecuada o a realizar una acción de manera
inadecuada, lo que puede causar daño o perjuicio a otros. Es un concepto
importante en la responsabilidad civil y penal, ya que puede ser la base para
reclamaciones de daños y perjuicios.
3. Ideología. La
ideología es un conjunto de ideas, creencias y valores que conforman una visión
incoherente del mundo y guían el comportamiento social, político, económico,
jurídico y cultural de las personas. Las ideologías pueden influir en la forma
en que las personas perciben la realidad, toman decisiones y actúan en diversos
ámbitos de la vida.
Lo contrario a las
VIRTUDES señaladas por Platón, es el VICIO. Mientras que la virtud representa cualidades morales
positivas, como la honestidad, la bondad y la justicia, el vicio se refiere a
hábitos o comportamientos negativos y moralmente reprochables, como la
deshonestidad, la maldad y la injusticia. Los vicios son considerados defectos
de carácter que van en contra de las normas éticas y sociales.
Así, al analizar
en particular los hechos de los 70, vemos que la clase política anterior a los
70 y posterior al 83 ha demostrado con su accionar los vicios qué reflejan su
cobardía, su ineptitud, su mediocridad y su ideología contraria a un gobierno
virtuoso escondiéndose detrás de relatos que satisfacen a la masa de habitantes
y sirven para mantenerse en un poder que les queda grande, con el auxilio de
comunicadores que compraron el relato y lo hicieron suyo infectando con su
prédica tendenciosa y maliciosa a la población que inerme ante este bombardeo
de falsos relatos se niega a reconocer el esfuerzo y dedicación de hombres de
las fuerzas armadas qué en su momento pusieron el cuerpo, la inteligencia y los
medios para evitar caer en un régimen autoritario que intentaba tomar el poder
y mantenerse en el per saecula saeculorum.
Hoy esos hombres
que con virtudes y defectos combatieron los vicios siguen cumpliendo condenas
irritas que ponen evidencia los vicios actuales de la justicia y de los
restantes poderes del estado.
Será ahora el
momento de poner fin a esta iniquidad y empezar a transformar la república en
un lugar digno de vivir.