Guillermo
Cherashny
Informador Público,
4-2-15
Surgen cada vez más
sospechas sobre el ex marino Ceferino Serra, dueño de SIE, la empresa de
seguridad de la torre Le Parc de Puerto Madero y también de otras empresas del
ramo que operan en la misma zona. El caso es que, como en esa zona viven muchos
funcionarios del gobierno nacional, Serra tiene estrechos contactos con el
Secretario de Seguridad Sergio Berni y el jefe del Ejército, Teniente General
César Milani, quien actúa en muchos casos en conjunto con Fernando Pocino, el
director de reunión interior de la
SI desde junio del 2003. Éste trabajó junto a Nilda Garré
cuando era Ministra de Defensa y luego de Seguridad y actuaba en tándem con
Horacio Verbitsky, quien participó activamente en la desinformación de la
muerte del fiscal Nisman.
La sociedad Garré-Verbitsky-Pocino-Milani funcionó
varios años, hasta que aparecieron las denuncias contra el jefe del ejército
por violaciones de derechos humanos. Entonces Verbitsky, en nombre del CELS,
trató de salvar su imagen y tomó distancia de Milani pero no del cristinismo.
Se transformo así en un severo crítico de Nisman aun mucho antes de su denuncia
contra la presidente y otros.
Seguridad dibujada
La declaración de la
fiscal Viviana Fein en el sentido de que en el edificio Le Parc podría entrar
cualquiera sin que se pueda determinar quién entró o no, es reveladora. Está
claro que, en caso de un supuesto asesinato, los presuntos criminales estaban
en conocimiento de que se podía vulnerar fácilmente la seguridad, llegar hasta
el departamento del fiscal y entrar al mismo sin problema.
El que aparece como
titular de la empresa de seguridad de Serra es Martín Toro, pero, como dijimos,
el dueño es aquél. El domingo 18 de enero, día de la muerte de Nisman, entonces
pudo entrar cualquiera y con un alambre abrir la puerta de servicio, sorprender
al fiscal y "ejecutarlo" con un tiro de 22 de arriba hacia abajo, que
entró a 2 cm de la oreja, en una posición casi imposible para suicidarse. De
ahí la sospecha generalizada de un probable asesinato en el que cree la gran
mayoría de la población. Y cada vez más la hipótesis del suicidio se cae a pedazos.
Un simple razonamiento: ¿cuál situación era más costosa para el gobierno,
Nisman hablando en los diputados nacionales o Nisman muerto? Hasta ahora es
evidente que el costo menor es Nisman muerto. Sin embargo, hay que esperar el
transcurso del tiempo para saber en definitiva cuál será el costo mayor.