Guillermo Cherashny
Informador Público,
21-2-15
Apenas tres días
después de la muerte violenta de Alberto Nisman, se habló de un vecino chino de
su mismo piso que podía pasar a su departamento a través del conducto del aire
acondicionado. Pero en realidad su vecino no era chino sino japonés; se llama
Toshiro Shiva y es directivo de la empresa NEC, que se dedica a la tecnología
de comunicaciones. El sábado anterior a la muerte de Nisman, cuando éste
despachó a su custodia policial, Shiva fue a llevar al aeropuerto de Ezeiza a
su mujer, que viajó por un tiempo a Tokio, su tierra natal.
Cuando fue llamado
a declarar, no tuvo ningún inconveniente en hacerlo pero resulta muy raro que
la fiscalía a cargo de Viviana Fein nunca informara sobre el vecino del fiscal
y da la casualidad que el directivo de NEC declaró que su esposa, antes de irse
a Japón el martes anterior al domingo fatal, vio a dos hombres que trabajaban
en el conducto del aire acondicionado que une a los dos departamentos y por el
que se puede acceder a uno u otro en forma indistinta.
El agente iraní
Esta declaración
demuestra que pudieron ingresar al departamento del fiscal en forma silenciosa,
darle un golpe que lo desmayara y luego ejecutarlo con un tiro a dos
centímetros de la oreja. Como ya dijimos en otra nota, la fiscal Fein está
empecinada en archivar la causa caratulándola como suicidio, tal como le piden
Alejandra Gils Carbó y Sergio Berni. Especialmente este último, ya que los
hombres bajo su comando entraron al departamento del fiscal después de las 23
horas del domingo y Fein recién llegó a la 1.48 hs. del lunes. O sea, más de
dos horas en las cuales los dirigidos por Berni ensuciaron la escena y la
pisotearon, sin usar zapatos de plástico para no borrar huellas. Como si fuera
que lo hicieron a propósito para ocultar los rastros del asesinato del fiscal.
Dekba, un sitio de la
inteligencia militar israelí, publicó que Nisman fue asesinado por un falso
desertor iraní que le vendió que otro funcionario de la inteligencia persa
había desertado y tenía información vital que darle. Habrían combinado entonces
que el encuentro fuera el sábado a la noche, cuando no estaba la custodia, y
que golpearía tres veces la puerta como contraseña para que Nisman le abriera.
De este modo, el sicario iraní habría entrado, primero lo golpeó y luego lo
ejecutó. Ese mismo artículo dice que el gobierno argentino estaba al tanto del
falso desertor iraní y que liberó la zona y el edificio para que Nisman fuera
ejecutado y que el asunto venía de antes, porque el régimen de los ayatolas
había dictado una fatwa contra Nisman.
Sea cierta esta información o no, está
claro que alguien pudo ingresar por el aire acondicionado o golpeando tres
veces con una clave para una reunión secreta. Son versiones ambas que tienden a
descalificar la teoría pericial de que no intervino otra persona y que la
fiscal Fein “compró” en paquete con moño. También existe la posibilidad de que
Nisman le abriera la puerta a una amante y que atrás de ella entraran dos
sicarios que días más tarde también habrían matado a la mujer que apareció
carbonizada y cuyo cuerpo nadie reclama. Es que podría ser, como dice CFK, “una
mujer que no se gana la vida decentemente”.