no registrados
llegó al 50%: se triplicó en menos de un año
Andrés Klipphan
Infobae, 31 de
Agosto de 2021
En esta época de
pandemia, quienes tuvieron COVID-19 y se curaron, deben realizarse un chequeo.
El primer estudio que solicita el facultativo es una radiografía pulmonar. Lo
que sigue es eso, una radiografía de la situación laboral de la Argentina que
aún cursa la infección. En primer lugar disculpas al lector por la cantidad de
cifras que pueblan esta nota. La única forma de auscultar a este paciente y
evaluar su estado de salud es a través de porcentajes, sumas, restas. Los
especialistas realizaron un primer diagnóstico: en el país, casi el cincuenta
por ciento de los trabajadores ganan su sustento diario de manera informal.
Realizan changas, colaboran en comedores comunitarios, reciclan residuos,
trabajan la tierra y cultivan alimentos que después comercializan; hay
empleadas domésticas, cuidan niños, realizan tareas de plomería, electricidad,
pintura, jardinería, albañilería y carpintería. Son parte de la denominada
economía popular.
Los que están
registrados, ya sea en el sector privado, público o monotributistas, suman
12.034.000. Fuera de estas estadísticas queda el 1.337.136 hombres y mujeres
desocupados.
De esos seis
millones de ciudadanos que se ganan la vida de manera no registrada, 2.830.520
forman parte del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la
Economía Popular (ReNaTEP), que
elabora el ministerio de Desarrollo Social, conducido por Juan Zabaleta. Se dio
a conocer en las últimas horas y tuvo como fecha de corte el pasado 11 de
agosto. La cifra es casi un 200% superior a los anotados el año pasado.
La Tarjeta
Alimentar es el principal programa que depende de ese Ministerio. El segundo es
Potenciar Trabajo. Casi un millón de personas son beneficiarios de ese plan.
Para acceder a él, entre otras condiciones, hay que estar inscriptos en el ReNaTEP.
Así de importante es el registro.
Apenas asumió la
cartera, en reemplazo de Daniel Arroyo -el ideólogo del Potenciar Trabajo-
Zabaleta se comprometió a reemplazar esos planes por trabajo genuino.
El registro se
creó en julio de 2020. En diciembre de ese año, había un millón de personas
anotadas. Casi todas ellas, accedieron al Potenciar Trabajo. A agosto de este
año, el número de anotados casi se triplico (2.830.520). La mayoría, el 57,3%,
son mujeres. Se trata de una población joven, en la cual el 64,3% de los
trabajadores y trabajadoras se ubica entre los 18 y los 35 años de edad. A
nivel geográfico, la región centro del país es la que presenta la mayor
cantidad de inscriptos (50,5%) y Buenos Aires es la provincia que encabeza la
cantidad de personas registradas con el 35,6% del total nacional. Le siguen
Tucumán (6,2%), Santiago del Estero (6,1%), Salta (6,1%) y Chaco (5,8%).
El ReNaTEP busca
reconocer, formalizar y garantizar los derechos de los trabajadores de la
economía popular para que accedan a herramientas que les permitan potenciar su
trabajo a través de programas que dependen de Desarrollo Social.
Ayer, después de
presentar el informe del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la
Economía Popular que publica Infobae, en las instalaciones de la Cooperativa
“Maleza, Cosmética Natural”, ubicada en la Villa 20 de Lugano, en la Ciudad de
Buenos Aires, los principales referentes de la UTEP, con su secretario general
Esteban “Gringo” Castro a la cabeza, se reunieron con Juan Zabaleta en un
comedor popular de la Villa 15.
“Con toda esa
cadena que se viene construyendo en la Economía Popular, de abajo hacia arriba,
vamos a reconstruir la Argentina; visibilizando y trabajando para que las y los
trabajadores y trabajadoras del ReNaTEP tengan en claro que nosotros planteamos
movilidad social ascendente”, les dijo el funcionario en el encuentro.
Gildo Onorato,
secretario gremial de la UTEP y dirigente del Movimiento Evita, también
presente en el encuentro, le dijo a este medio que con Zabaleta hablaron de las
maneras de “priorizar al trabajo como ordenador social en la Argentina con el
fin de sacar al país adelante”.
En la reunión
también le expresaron que los movimientos populares -alineados con Fernández-
“queremos trabajar en sintonía con el Gobierno de manera complementaria” y
quedaron en mantener encuentros periódicos para abordar, entre otras
problemáticas los desarrollos productivos, la integración urbana y las
problemáticas alimentarias.
En el acto también
estuvieron presentes la directora del Registro Nacional de Efectores Sociales,
Sonia Lombardo; el director Nacional de Abordaje y Gestión Socio Administrativa
de Programas de la Economía Social y Popular, Pablo Chena y, entre otros
dirigentes de la UTEP, Norma Morales y Fredy Mariño.
Radiografía de la
economía popular
El ReNaTEP
funciona bajo la órbita de la Secretaría de Economía Social, que desde el
Ministerio de Desarrollo Social conduce Emilio Pérsico, uno de los referentes
del Movimiento Evita e integrante de la Unión de Trabajadores de la Economía
Popular.
El resultado del
trabajo difundido ayer demuestra que en la Argentina el trabajo informal
continúa en ascenso y la pandemia y las políticas de encierro y distanciamiento
que tomó el Gobierno profundizaron la crisis entre los sectores más
vulnerables.
En promedio, al
registro se incorporaron 217.732 trabajadores y trabajadoras de la economía
popular por mes.
Si se toma como
referencia la distribución por ramas, como las ocupaciones, se destacan, por
ejemplo, los que se desempeñan en los comedores y merenderos comunitarios
(26,3%); servicios de limpieza (10,5%); agricultura (6,6%), vendedores
ambulantes (4,7%); albañiles (4,2%); auxiliar en obras de construcción (3,9%);
Peluquería, depilación, manicura o masajista (3,6%); asador y cocinero o
cocinera (3,4%); feriantes (3,2%).
En total, los
servicios socio comunitarios y servicios personales y otros oficios concentran
el 61,5% de los casos, seguido por comercio popular y trabajos en espacios
públicos (12,1%). El resto de las ramas de actividad no alcanzan al 10%, siendo
transporte y almacenamiento la que registra menos cantidad de inscripciones
(1,2%).
En relación a cómo
se distribuyen las inscripciones por ramas de actividad según la región
geográfica, se advierte que, la agricultura familiar y campesina es la única
que se distribuye de manera proporcional entre tres regiones: NOA, NEA y
Centro. El resto muestra una marcada concentración en las provincias de la zona
centro del país, seguida por las que componen el NOA.
En cuanto a la
forma de organización del trabajo, la mayoría de los inscriptos manifestó
trabajar de forma individual (59,5%) y entre las formas colectivas se
destacaron las organizaciones sociales y comunitarias predominan sobre el
resto.
Al analizar los
lugares de trabajo, se observa que los hogares particulares (tanto el propio
como ajenos) reúnen la mayoría de los casos (56,1%), seguido por quienes
trabajan en el espacio público con el 17,3%.
Onorato, quien se
reunió varias veces con el presidente Fernández, le aseguró a Infobae que el
aumento de un millón a casi tres millones de inscriptos en el registro de la
economía popular sucedió porque “el sector busca ser reconocido” y aclaró que
“el universo es al menos de seis millones, y solo un millón tienen programas de
trabajo estatal, por lo tanto la idea de transformar planes en trabajo es un
muestra de desconocimiento del sector de aquellos que lo mencionan”.
El informe revela
otra realidad: una gran parte de la clase trabajadora argentina no tiene todos
los derechos. “Podemos ver que los trabajadores y las trabajadoras formales de
nuestro país son una minoría y, si comparamos los ingresos de esos mismos
sectores, vemos que aun en la formalidad muchos están por debajo de la línea de
pobreza, como una gran parte los estatales de la provincia de Buenos Aires, o
como la inmensa mayoría de los trabajadores y trabajadoras municipales”,
destaca Onorato y recuerda: “Aun en períodos de crecimiento económico
sostenido, como en el período 2002- 2010, nunca se pudo reducir la pobreza
estructural por debajo de un dígito y mucho menos reinsertar en el mercado de
trabajo formal a la mayoría de la clase trabajadora argentina”.
Si el informe del
Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular fuese
un placa radiográfica de pulmón post COVID-19, en la pantalla se observaría un
amplio sector de color negro sobre el cual habrá que trabajar y mucho para que
el paciente, la Argentina, comience a respirar sin dificultad y el cuadro no
empeore.