la sentencia
política contra la expresidenta
Marinellys
Trenmamunno
Brújula cotidiana,
14-06-2022
El pasado 10 de
junio se supo la noticia de la condena de 10 años de prisión a la expresidenta
de Bolivia, Jeanine Añez, acusada de haber realizado un golpe de estado contra
su antecesor, el socialista Evo Morales en 2019. Es oportuno recordar que el
dirigente indígena fue responsable de un fraude electoral, confirmado incluso
por los observadores internacionales, el cual lo llevó a renunciar de la
presidencia y escapar del país.
Luego de la
renuncia de Evo Morales, también renunciaron el vicepresidente Álvaro García y
la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra. En consecuencia, de acuerdo con
la línea de sucesión establecida por la Constitución, la vicepresidenta del
Senado Jeanine Añez asumió la presidencia del país, logrando luego su
pacificación y la realización de nuevas elecciones (la Brújula lo explicó en un artículo y además lo
confirmó en una entrevista el garante de la Conferencia Episcopal Boliviana,
Mons. Scarpellini).
El Tribunal
Primero de Sentencia de La Paz dio conocer su fallo luego de un juicio que duró
sólo tres meses, a pesar de que Añez se encuentra en prisión preventiva desde
hace más de un año. La noticia ocupó los principales titulares del
mainstreaming, sin embargo, no se dijo que tal juicio es inconstitucional
porque Jeaninne Añez fue juzgada por la vía ordinaria, como si se tratase de un
ciudadano común, y no como corresponde a los exmandatarios en Bolivia con un
“juicio de responsabilidades”. ¿La razón? El Movimiento Al Socialismo (MAS) no
consiguió reunir dos tercios de los votos en el Legislativo para llevarlo a
cabo.
Además, la prensa
local advierte que el mencionado juicio presentó varias irregularidades:
presión del Ejecutivo y Legislativo sobre “jueces obedientes”; la condena llega
cuando estaba pendiente una resolución del Tribunal Constitucional sobre una
queja presentada por la defensa; y dos días después de la sentencia, Evo Morales
reveló que tal juicio se decidió en una reunión política del MAS.
Ante este panorama
la Brújula conversó en exclusiva a Carolina Ribera Añez, hija mayor de la
exmandataria, quien asumió la defensa de su madre y confirmó que “le han negado
todos sus derechos”, además de ser “un proceso ilegal de principio a fin”.
Denunció que “le han negado estar presente en su propio juicio. No hay un
debido proceso ni investigación fiscal transparente, no hay presunción de
inocencia y los jueces han sido designados provisionales para este proceso.
También la están juzgando dos veces por un mismo hecho, lo cual es ilegal en
Bolivia. Hay declaraciones públicas de ministros y viceministros presionando a
jueces y es un juicio express, con audiencias maratónicas”. También se supo
que el tribunal ha rechazado pruebas periciales, pruebas documentales e incluso
la declaración de testigos presentados por la defensa.
Este lunes 13 de
junio su madre está de cumpleaños, es el segundo que celebrará en prisión,
¿cómo se siente con este resultado?
No hay palabras
para describir todo lo que uno siente al vivir esta injusticia y solamente por
la monstruosidad de algunas personas de querer mantenerse en el poder y que nos
les importa acabar con la vida de personas inocentes. Es muy duro todo esto, es
una sentencia política, mi madre es una presa política, esto es un juicio
político y yo como hija voy a seguir luchando por la libertad e inocencia de mi
madre, para que la verdad prevalezca, por mi país y por la democracia.
¿Qué pruebas tiene
de que se trata de un juicio político?
El día de ayer
(domingo) Evo Morales reveló al mundo entero que ellos fueron los que
decidieron meter presa a mi madre y condenarla. Es decir, Evo Morales, Luis Arce (el presidente de
Bolivia), Choquehuanca (dirigente del Mas) y toda la cúpula masista, para lavar
la cara del cobarde que huyó. Esta es una prueba contundente de que mi madre ha
sufrido un linchamiento político. Es una prueba de que no existe el estado de
derecho en Bolivia y da nulidad a todo este circo judicial.
¿Qué mensaje
quiere hacer llegar hasta la Santa Sede?
La Iglesia
católica jugó un papel muy importante en el 2019, estuvo presente en todas las
reuniones para pacificar el país, y le pediría al Vaticano y a toda Italia que
alcen su voz y exijan la libertad de mi madre, que se pronuncien de forma
contundente porque son testigos de lo que pasó en Bolivia en el 2019. Pido que
no nos dejen solos, que no nos abandonen, porque esta lucha ya no es la lucha
de mi familia o de mi madre, sino que tiene un trasfondo mucho más profundo.
Hoy son los derechos de mi madre y de los 72 presos políticos que hay en
Bolivia, pero si callamos y si todo el mundo calla y deciden abandonarnos,
mañana serán todos los derechos y la libertad de todos los bolivianos.