por cada empleo en blanco privado se crearon
más de dos en el sector público
Daniel Sticco
Infobae, 4 de
Junio de 2022
Ajeno a cualquier
crisis, económica, sistémica o sanitaria, el sector público en su conjunto
(nacional, provincial y municipal) ha mostrado a lo largo de la última década
una enorme capacidad para generar puestos de trabajo en relación de
dependencia, y perder productividad laboral, mientras que, por el contrario, se
contrajo en el ámbito privado asalariado registrado en valores absolutos, y más
aún cayó en valores ajustados por el crecimiento vegetativo de la población.
Sólo en los
últimos dos años, entre febrero de 2020 -antes de que irrumpiera la pandemia de
Covid-19- e igual mes de 2022, la estadística del Ministerio de Trabajo registró
un crecimiento de la nómina asalariada en el agregado de la administración
pública de todo el país de 124.100 personas, a un ritmo de 1,91% acumulativo
por año.
En ese período, el
total de los puestos privados en relación de dependencia declarados al Sistema
Integrado Previsional Argentino (SIPA) aumentó en 58.300 personas, a una tasa
anualizada de apenas 0,49%, menos de la mitad de la tasa de incremento
vegetativo por año de la población que arrojó el Censo Nacional 2022, (1,247%),
según los datos provisorios que dio el Indec. Claramente, los desincentivos a
la inversión productiva que provoca una política más orientada al control de
precios, aumento de retenciones y cupos sobre las exportaciones y pensar en más
impuestos, junto con la prohibición de despidos, aparecen en las principales
explicaciones que esgrimen los empresarios cuando se los consulta sobre la
situación del mercado de trabajo asalariado.
Entre febrero 2020
e igual mes de 2022, la nómina asalariada en la administración pública aumentó
3,86% y en el sector privado registrado 0,98 por ciento
Semejante brecha
en la dinámica de generación de empleo público y privado, de casi 2,3 a 1, en
esos ámbitos respectivamente, no solo contrasta con la relación inversa que
muestra la serie de ese tipo de puestos de trabajo: poco más de 6 millones de
personas en el primer caso; y de 3,3 millones en el segundo; sino que además
reafirma la creciente participación de la población ocupada en el Estado, la
cual constituye una de las causas del déficit fiscal y de las necesidades de
recursos que el conjunto de las provincias requiere de la Administración
Central, más allá de los giros automáticos de la coparticipación federal de impuestos.
La serie de la
cartera laboral que comienza en enero 2012 permite advertir que mientras en la
segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner por cada empleo
asalariado registrado en el sector público en su conjunto había 2,17 en el
privado; en el gobierno de Mauricio Macri se redujo a 1,97; y en poco más de
dos años de la gestión de Alberto Fernández se recortó a 1,81 puestos.
Ese notable
aumento de la población ocupado en relación de dependencia del Estado
-nacional, provincial, y municipal- fue una constante en la última década: se
elevó 30,8% entre extremos, en contraste con la variación observada en el
sector privado: se redujo 0,4%, cuando sólo de haber acusado un crecimiento
vegetativo debiera haber crecido poco más del 13% (dejó sumar unos 800 mil
puestos de trabajo).
En alguna medida,
ese bache fue cubierto por la franja de ocupados en condición de monotributista
único (1,8 millones en febrero último, hay otro tanto que tiene como ingreso
principal un empleo en relación de dependencia o es jubilado-pensionado), la
cual creció en la última década 37,3%; y la de independientes Monotributo
Social (comprende a quienes reciben un subsidio del Estado y acreditan una
contraprestación laboral mínima), la cual se multiplicó por 2,63 veces, a 441.700
personas.
Si se considera el
agregado de todas las categorías ocupacionales, por tipo de modalidad de
contratación registrada -comprende además de las analizadas previamente la de
asalariados ocupados en casas particulares y los autónomos-, también se
advierte un creciente aumento de la representatividad de los estatales en
relación de dependencia: pasó de 24,6% del total en la segunda presidencia de
Cristina Fernández de Kirchner; a 25,9% en la administración de Mauricio Macri
y, a 27% en los primeros 27 meses de gobierno de Alberto Fernández.
Metodología de la
serie oficial
Criterios
operacionales para personas con pluriempleo: en el caso de los trabajadores que
tienen más de un empleo y esos puestos corresponden a modalidades ocupacionales
diferentes, se categoriza de manera unívoca según el mejor orden de prioridad
según la siguiente tabla: asalariado privado, asalariado público, independiente
autónomo, monotributo, asalariado casas particulares y monotributo social.
Criterios para la
identificación del empleo asalariado del sector público: es identificado a
través de la base de CUIT públicos elaborada por el OEDE (Oficina de Empleo del
Estado). “Un aspecto a considerar es la escasa regularidad que presentan los
empleadores del sector público en el envío de sus declaraciones juradas a la
AFIP. Esta irregularidad introduce importantes perturbaciones a la serie, que
se hacen más evidentes cuando los datos se presentan con una periodicidad
mensual. Para minimizar los efectos de este problema, se plantea calcular la
variación porcentual entre los empleadores que presentaron declaraciones
juradas en el mes evaluado y en el mes anterior, únicamente”.
Nada dice el
informe oficial sobre la falta de datos desagregados del empleo en el sector público,
por provincia y por sector económico, como hace en el caso de los puestos
privados registrados en el ámbito privado. Al parecer, porque se trata de una
estadística que sirva de orgullo a las gobernaciones, según los resultados
aportados por entidades particulares, como el Ieral de Fundación Mediterránea.
La máxima
aproximación con algún grado de desagregación actualizada en forma trimestral
por el Indec es la “Cuenta de Generación de Ingreso” del Indec, la cual
sintetiza desde 2019 el total del empleo, asalariado e independiente y
registrado e informal -sin aportes al SIPA- que a fines de 2021, sobre un total
de 21,2 millones de puestos de trabajo 3,65 millones fueron generados por el
conjunto del sector público nacional, de los cuales, de los cuales se
desagregaron en 1,66 millones se concentraron en la Administración, defensa y
sistema de seguridad social; 1,5 millones en la enseñanza; y 0,49 millón en el
conjunto de los servicios sociales y de salud.
Si al parcial de
3,65 millones de puestos de trabajos en el Estado nacional, provincial y
municipal, se le suman los empleos en empresas públicas, principalmente en el
área de los servicios públicos, hidrocarburos y entidades bancarias oficiales,
se constituye en el mayor empleador de la Argentina, detrás del comercio y
reparaciones que suma 3,7 millones de posiciones laborales; y más aún de la
industria manufacturera con 2,4 millones; la construcción 1,7 millones; el agro
1,6 millones y el servicio de transporte, almacenamiento y comunicaciones con
1,2 millones, entre los más representativos del mercado de trabajo.