jueves, 22 de mayo de 2025

FARMACÉUTICO ALEMÁN

 

 renuncia a su licencia para no dispensar la «píldora del día después»

 

(Adf/InfoCatólica) 21-5-2025

 

Andreas Kersten, farmacéutico alemán que fue propietario de la farmacia Undine en Berlín, ha solicitado oficialmente la retirada de su Approbation —la licencia estatal que habilita el ejercicio de la profesión farmacéutica en Alemania—. Esta decisión se produce tras el fallo del Tribunal Administrativo Superior de Berlín-Brandeburgo, que el pasado junio de 2024 lo absolvió de haber vulnerado sus deberes profesionales, pero al mismo tiempo dictaminó que los farmacéuticos no tienen derecho a negarse a dispensar medicamentos autorizados alegando objeción de conciencia.

 

Kersten explicó que no puede continuar ejerciendo su profesión sin traicionar sus principios:

 

«Es lamentable que se le niegue a los farmacéuticos el derecho a la libertad de conciencia cuando adoptan una postura a favor de la vida. No puedo vender la llamada “píldora del día después” porque podría poner fin a una vida humana. Por eso me veo obligado a renunciar a mi licencia».

 

El proceso judicial comenzó en 2019, cuando la Cámara de Farmacéuticos de Berlín inició un procedimiento disciplinario en su contra por negarse a vender la “píldora del día después” por razones de conciencia. En la primera instancia, el Tribunal Profesional de Berlín reconoció en noviembre de 2019 que los farmacéuticos podían invocar la libertad de conciencia. Sin embargo, la Cámara recurrió el fallo y el proceso se prolongó durante años. Aunque Kersten cerró su farmacia por motivos de salud en 2018, permaneció colegiado a la espera de una posible reincorporación profesional.

 

El fallo definitivo de junio de 2024 ratificó su absolución y rechazó con costas el recurso de la Cámara, pero incluyó una motivación que ha suscitado polémica. El tribunal sostuvo que la libertad de conciencia debe ceder ante el deber de dispensación de medicamentos legalmente autorizados. Además, afirmó que un farmacéutico que no pueda actuar conforme al suministro exigido por su función profesional deberá abandonar la profesión. Aunque esta argumentación no tiene carácter vinculante, por no formar parte de la parte dispositiva del fallo, ha tenido un fuerte impacto público.

 

El doctor Felix Böllmann, director del departamento jurídico europeo de ADF International —organización que apoyó el caso de Kersten durante seis años—, señaló que la motivación del fallo contradice el derecho constitucional y los tratados internacionales:

 

«Los derechos fundamentales deben garantizarse de forma efectiva, no solo formal. La argumentación del tribunal no deja espacio para la libertad de conciencia. Resolver conflictos de conciencia obligando a abandonar una profesión es incompatible con un Estado de derecho que protege tanto la libertad de conciencia como la libertad profesional».

 

El debate se intensifica al considerar que la “píldora del día después”, aunque legal en Alemania, está rodeada de controversias éticas y médicas. El propio manual de la Cámara Federal de Farmacéuticos impone a los profesionales una obligación de asesoramiento exhaustivo sobre su uso, lo que podría chocar con una dispensación automática basada únicamente en el deber de suministro.

 

El doctor Böllmann concluyó:

 

«Nadie debería ser obligada a realizar actos contrarios a su conciencia, especialmente cuando están en juego la vida y la muerte. Quien, como profesional sanitario, enfrente presiones por ello, puede contar con nuestro apoyo para defender su libertad de conciencia. Las prohibiciones profesionales por motivos de conciencia no son dignas de un Estado que se dice respetuoso con los derechos fundamentales».