y los comunicadores
Carlos
Ialorenzi-Myriam Mitrece
La Prensa,
14.05.2025
Para el Presidente
de la Nación y para una parte de la ciudadanía, el periodismo ha pasado a ser
una profesión de individuos pagados por la casta política. Toda generalización
es injusta, y no todo se mueve con dinero, pero en algunos casos hay actitudes
que levantan sospechas. La falta de veracidad, también puede ser por la
necesidad de responder con excesiva rapidez las necesidades informativas de la época
y así retener a la audiencia, por falta de formación profesional o simplemente
por adhesiones ideológicas que impiden ver claramente la realidad, la cuestión
es que, como dice la sabiduría popular, “no solo hay que serlo, sino también
parecerlo”. Estas sospechas se hacen más evidentes en épocas electorales.
Viene bien
recordar lo que SS León XIV dijo recientemente a los representantes de los
medios de comunicación y que sirve como orientación ética para todos los
comunicadores.
TRABAJAR PARA LA
PAZ
El 12 de mayo el
papa León XIV los recibió y les recordó el Sermón de la montaña del Evangelio
según San Mateo: “Felices los que trabajan por la paz” -agregó- “Se trata de
una bienaventuranza que nos desafía a todos y que nos toca de cerca, llamando a
cada uno a comprometerse en la realización de un tipo de comunicación
diferente, que no busca el consenso a cualquier coste, no se reviste de
palabras agresivas, no asume el modelo de la competición, no separa nunca la
investigación de la verdad del amor con el que humildemente debemos buscarla”.
¡Qué deseable, pero que ajeno parece a lo que muchas veces se ve en medios
masivos: una comunicación que desestiman la verdad y construyen un sustituto a
medida, que se valen de la agresión y las falacias y compiten desmesuradamente!
Pequeños detalles pueden hacer la diferencia entre trabajar para la paz o alimentar la controversia. Va un ejemplo sencillo sobre cierta información ante los innegables desacuerdos entre el presidente y la vice.
Un medio titula “Milei contra
Villarruel: Ella es católica y nacionalista, nada tiene que ver con nosotros”,
escuchando la entrevista de la cual fue extractado el fragmento, el Presidente
dice: “… ella es nacionalista católica, no se encuentra muy cómoda con las
ideas de la libertad”. Entre una y otra afirmación hay poca diferencia
sintáctica pero una gran distancia simbólica. No es lo mismo decir nacionalista
católica, que nacionalista “y” católica. El nacionalismo católico (como opción
política) rechaza los fundamentos del liberalismo, por lo cual es lógico que no
se sienta cómoda con ellos; otra cuestión sería, si se la aparta por su
patriotismo o su religión. “...su servicio, con las palabras que usan y el
estilo que adoptan, es importante. La comunicación, de hecho, no es sólo
transmisión de informaciones, sino creación de una cultura, de ambientes
humanos y digitales que sean espacios de diálogo y de contraste” -continúa
diciendo el Santo Padre-. Las palabras pueden crear climas, especular con la
discordia o propiciar la unidad.
LIBERTAD
Siguió el papa
diciendo: “Solo los pueblos informados pueden tomar decisiones con
libertad”.
Cada uno mira la
realidad desde su enfoque, la absoluta objetividad no existe para el humano. Es
bueno y hace a la libertad de prensa que cada medio tenga su línea Editorial,
lo que está mal es mezclar información con opinión, adrede y con intención
manipulatoria. Basta ver algunas de las señales de noticias para darse cuenta
del sesgo ideológico que pretende cancelar algunas opiniones. León XIV pidió
custodiar “el bien precioso de la libertad de expresión y de prensa”. La
honestidad intelectual es esencial.
INFODEMIA
También llamada
sobrecarga informativa, infoxicación o infobesidad, es uno de los males de la
época. ¿Cómo ocultar un elefante en una plaza? Llenando la plaza de elefantes.
Más de una vez el
exceso de información que llega por todos los canales posibles desvía la
retención de lo importante. Y lo que debiera quedar al descubierto termina
perdiéndose en la confusión. El papa también expresó: “Hoy, uno de los desafíos
más importantes es el de promover una comunicación capaz de hacernos salir de
la “torre de Babel” en la que a veces nos encontramos, de la confusión de
lenguajes sin amor, frecuentemente ideológicos y facciosos”. Hay quienes se
quejan de la falta de información, cuando en realidad, lo que necesitamos es
tiempo para poder procesar la que llega. Necesitamos información que nutra y no
atiborrarnos de chatarra que solo engorda.
EN PRIMERA LÍNEA
León XIV despidió
a los visitantes con palabras que sería bueno que todo comunicador tenga
siempre presente: “Ustedes están en primera línea para describir los conflictos
y las esperanzas de paz, las situaciones de injusticia y de pobreza, así como
el trabajo silencioso de muchos en favor de un mundo mejor. Por eso les pido
que elijan de forma juiciosa y valiente el camino de una comunicación para la
paz.”