Por ISMAEL BERMÚDEZ
E l proyecto de
Presupuesto 2014 estima que en 2013 la deuda pública aumentará en casi $110.000
millones, una cifra equivalente a US$20.000 millones. Y otros US$12.700
millones en 2014.
El aumento del
endeudamiento de este año se explica, en gran parte, por el déficit fiscal que
ahora se calcula en $46.686 millones pero será aún más alto. Para 2014, el
Presupuesto prevé un superávit de $3.579 millones, que seguramente concluirá en
un rojo superior al de 2013 y con un endeudamiento también mayor al previsto.
Según el analista
Héctor Giuliano, “la totalidad de los vencimientos de capital se refinancia y
además se toma más deuda, con el agravante que los desvíos por superación de
estas cifras de mayor endeudamiento son cada vez más relevantes en los hechos”.
Así, agrega, “en los últimos ejercicios, el aumento real de la deuda fue muy superior
a las previsiones presupuestarias originales: en 2011 se previó un aumento del
stock de deuda de US$9.400 millones y el incremento real fue de US$14.600
millones. Y en 2012 el aumento previsto era de US$11.700 pero el incremento
real fue de US$18.800 millones”.
También señala que
dentro de este esquema, “la totalidad de los vencimientos de capital se cubren
tomando nuevas deudas, en su gran mayoría deuda intra-Estado, y además se toma
deuda adicional, fundamentalmente para cubrir el déficit fiscal, que es
fuertemente creciente”. La conclusión de Giuliano es que, en consecuencia, “no
es cierto que la Argentina se esté des-endeudando”.
Después del canje de
2005, la deuda pública quedó en US$129.227 millones y a diciembre de 2012
totalizó US$197.464 millones. En otras palabras, el Gobierno fue pagando la
deuda de administraciones anteriores y agregó su propio endeudamiento.
Ahora, si al saldo de
fines de 2012 de US$197.400 millones se le suma la previsión de aumento para
2013 y 2014, la deuda pública superará los US$260.000 millones, contando los
intereses devengados con el Club de París, la deuda que resta cancelar del
cupón PBI, lo que se agregue por el nuevo canje y los eventuales pagos por los
litigios en el exterior.
En tanto, los
intereses de la deuda del sector público en 2014 sumarán $80.322,5 millones
(más de US$12.000 millones), con un aumento del 70,4% respecto de lo que se
terminará pagando en 2013.
A su vez, el proyecto
autoriza el pago de los vencimientos de la deuda de 2014 con reservas
internacionales del BCRA por US$9.855 millones. De esta manera, si al actual
stock de reservas de US$35.000 millones se le restan encajes y pasivos y los
pagos en divisas de 2014, el stock quedaría reducido a menos de US$14.000
millones.
También el Presupuesto
2014 autoriza que el Estado Nacional otorgue avales o garantías por valor de
US$37.580 millones.
Estas operaciones
tocan a financiamiento de obras de infraestructura y/o equipamiento cuyos
principales entes avalados son el Banco Nación Argentina (BNA) por US$7.650
millones para las represas Kirchner y Cepernic (en Santa Cruz), Energía
Argentina SA por US$2.000 millones, Nucleoeléctrica S.A. por US$6.000 millones
para la Central Atómica Embalse, CAMMESA por US$5.000 millones, BNA para obras
de Gas por US$5.500 millones, etcétera.
Circulo vicioso Todo
esto lleva a Giuliano a decir que “el círculo vicioso de la deuda pública
perpetua – na deuda impagable que determina la refinanciación permanente de las
obligaciones y la toma de más deuda– sigue vigente en la Argentina y condiciona
totalmente el Presupuesto 2014 enviado por el gobierno Kirchner al Congreso”.
Así las cosas, “y
habiendo llegado prácticamente al límite de sus posibilidades de deuda
intra-Estado, la administración Kirchner no tendría otro remedio que aplicar el
tercer paso de la hoja de ruta Boudou: después de resolver, de la manera que
sea, el problema de los holdouts y después de arreglar la deuda externa con los
países del Club de París – que estarían interesados en acelerar los tiempos para
volver a financiar inversiones de sus empresas en la Argentina– tiene que venir
el próximo paso, que es el objetivo del programa trazado desde el Megacanje
Kirchner-Lavagna de 2005, con el regreso al mercado internacional de capitales
... para volver a endeudarse en el exterior. Se da, de este modo, la paradoja
que después de una supuesta década ganada, el gobierno K se encuentra hoy
frente a la encrucijada de tener que resolver con urgencia problemas parecidos
a los que existían en la época de su inicio”, concluye Giuliano.
Clarín, ieco, 29-9-13