Por ISMAEL BERMÚDEZ
“Década ganada”,
“inclusión social”, “mejora en la distribución del ingreso”. Todas esas frases
contrastan con los propios datos oficiales del INDEC que marcan, para el
segundo trimestre de este año, que la mitad de las 16.084.000 personas ocupadas
gana menos de $ 3.800 por mes.
Son 8 millones de
personas que tienen trabajo como obreros, empleados, profesionales, o por
cuenta propia, tanto registrados como no registrados ante la Seguridad Social ,
de acuerdo a la
Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC.
Si se desciende en la
escala, más acuciante aún está el 25% de esa gente ocupada -4 millones- que
gana menos de $ 2.000 mensuales. A eso se agregan 1.229.000 desocupados, sin
ingresos o que reciben una mínima “prestación por desempleo”.
Se trata en todos
estos casos de valores muy bajos con relación al costo de una canasta familiar.
Si $ 3.800 mensuales
es el promedio nacional para el 50% de los ocupados, en el Norte la situación
es más comprometida. En Corrientes la mitad de los ocupados gana menos de $
2.300, en Resistencia (Chaco) y Jujuy menos de $ 2.500 y en Formosa menos de $
2.800 mensuales (ver infografía).
En la otra punta, en la Patagonia , los ingresos
son más altos, caso Rio Grande-Ushuaia con la mitad de los ocupados con
ingresos de menos de $ 8.500 mensuales.
Pero para la Dirección de
Estadísticas y Censos de Tierra del Fuego, la canasta básica de una familia
tipo -matrimonio y 2 hijos- en agosto fue de $ 9.600 mensuales.
En base a estas
cifras oficiales es difícil sostener, como lo hace el INDEC, que sólo unas 2
millones de personas sean pobres y que ese total solo 600.000 sean indigentes.
Lo que sucede es que
el Instituto Estadístico considera que una familia de 4 personas no es pobre si
tiene ingresos por encima de $ 1.708 mensuales. La estructura de ingresos
muestra que entre los que tienen trabajo sobresale una amplia base pobre o que
linda con la pobreza. En este segmento abundan los asalariados en negro -4,2
millones- y la gente subocupada -1,5 millones- que trabaja pocas horas porque
no consigue empleos a tiempo completo.
En promedio, la gente
ocupada gana $ 4.324 mensuales. Pero la mitad, tanto de operarios como de
técnicos cobra menos de $ 4.000. La mitad de los no calificados menos de $
2.000 y la mitad de los profesionales menos de $ 6.000 mensuales. Como pasa con
otros indicadores laborales, las mujeres cargan con la peor parte: la mitad de
los varones con un promedio de 43 horas semanales gana menos de $ 4.000 y la
mitad de las mujeres, con 33 horas semanales, menos de $ 3.000 por mes.
Por su parte, tampoco
se advierten mejoras en el reparto de la “torta” que sigue siendo muy desigual:
la mitad de los ocupados de menores ingresos recibe el 24,1% de los ingresos
totales, un porcentaje inferior a lo que se lleva el 10% más rico: 26,7%.
Clarín, 24-9-13