Desde hace varios
años García Elorrio viene denunciando que en Córdoba los narcos tienen
protección política. En una entrevista concedida al diario La Voz del Interior expresó que
tomó conciencia del flagelo del narcotráfico simplemente por estar en contacto
con los vecinos de barrios cordobeses cuyos jóvenes están devastados por la
droga. Por su gran interés, reproducimos la entrevista concedida a La Voz.
–¿Le sorprendieron
las irregularidades detectadas en la
Policía ?
–Estos problemas los
detectamos durante la crisis de 2001, cuando, como integrante de la Pastoral Social ,
recibimos decenas de denuncias de gente desocupada que veía y padecía el
incremento del narcotráfico en sus barrios. La misma gente nos decía que el
problema estaba en la policía y en la política.
–¿Y cómo lo comprobó?
–Cuando afirmé esto
en un medio de comunicación, me mandó una carta documento el entonces
gobernador (Juan) Schiaretti, donde me intimaba a dar nombres. Pero antes de
esa carta me habló un ministro de Schiaretti y me dijo que tenía que
rectificarme. Como le dije que no, me respondió: “Asumirás las consecuencias”.
–¿Ya era legislador?
–¡No! Ni siquiera
hacía política. El ministro que me habló me dijo que tenía que rectificarme;
que me iban a hablar de una radio para hacerlo. Así sucedió, pero yo me negué y
me mandaron la carta documento.
–¿Fue un apriete?
–Totalmente: fue un
apriete para que no hablara más.
–¿Quién era ese
ministro?
–Massei.
–Juan Carlos Massei
fue ministro de Desarrollo Social; no tenía relación con el área seguridad, con
drogas. ¿Usted lo conocía?
–Sí, por mi actividad
en Portal de Belén. Yo le dije a Massei que me parecía muy cruel que me
obligaran a correr los riesgos de denunciar esto cuando la Policía sabía
perfectamente quiénes manejaban la droga.
–¿Qué pasó después?
–Me citó una fiscal
provincial, la doctora Balestrini, para que diera los nombres. Le dije que no
podía darle nombres porque ella no tenía competencia en la cuestión drogas, que
era sólo de jurisdicción federal. Un año después reiteré lo que había dicho y
entonces me llegó la citación de una fiscalía Federal. Allí mencioné, con
nombre y apellido, a la banda más grande del tráfico local.
–¿Cuál es?
–La banda de barrio
Maldonado, que ahora se dividió.
–¿Esa banda tenía
protección política?
–Mucha protección
política.
–¿De quién?
–Se daba la
casualidad –quiero pensar que era una casualidad–, que un chico de nombre Elio
Juncos, fue tomado durante un allanamiento; el chico salió rápido del lugar en
cuestión, y cuando la Policía
lo interceptó tenía 63 mil pesos en cambio chico. Ese muchacho, al que le
contaron el dinero y lo dejaron ir, era –es– hijo de la entonces subdirectora
de Derechos Humanos de la
Provincia , Liliana Juncos.
–¿La exlegisladora?
–Sí. A mí me preocupó
mucho porque ese chico vivía con la madre, y estaba en eso.
–¿Quedó detenido?
–No. Ni siquiera se
lo investigó por los 63 mil pesos.
–¿Cuándo fue eso?
–En 2008.
–¿Por eso usted dice
que hay protección política?
–Yo digo que en
Córdoba hay protección política para los narcos por eso, y porque a los días
nos enteramos que Juncos compartía una actividad solidaria con una mujer de
apellido Gramajo, una actividad financiada por el Gobierno. El hijo de esta
mujer fue detenido con 17 kilos de pasta base y fue condenado. La señora
Gramajo trabaja en la
Legislatura.
–¿Trabaja en el
bloque oficialista?
–Tengo entendido que
sí. Además, cuando esta señora Juncos era funcionaria de Derechos Humanos
estaba a cargo de algunos programas carcelarios, y tenía mucha injerencia sobre
las cárceles.
–Pero eso no basta
para probar una conexión narco.
–Si algo me faltaba
para corroborarlo, me tocó defender a un chico de 14 años, acusado de haber
ahorcado a una nenita, en frente de la casa de Liliana Juncos. Los padres del
chico me pidieron que lo defienda y yo no sabía si era inocente o no. Pero me
convencí cuando vi las cosas que hacían en la causa algunos policías de la División Homicidios.
Pusieron de testigos a narcos vinculados con Juncos para demostrar que lo
habían visto al chico salir del local. Cuando identificamos a un sospechoso,
con un sobrenombre que prefiero mantener en reserva, le pedimos a la Policía que lo detuviera,
y me trajeron a un chico con el mismo apodo, pero “trucho”, falso, para
confundir la investigación. Después saltó todo cuando un narco se asustó y
declaró que había varios testimonios falsos.
–¿Se esclareció el
caso?
–Ese crimen no se
esclarecerá hasta que no se intervenga a la Policía. En la fuerza
hay un montón de gente honrada, seria, responsable, pero lo que sucede en
Drogas Peligrosas también se repite en Protección de las Personas, en
Homicidios.
–¿Usted sabía de
Viarnes?
–Hace algunos años me
llegaron mails anónimos con información sobre agentes de servicios de
inteligencia del Ejército que podían estar relacionados con el monitoreo del
paso de la droga grande que va a Europa. A alguien le interesaba tener “topos”
en las policías provinciales para controlar el paso de la droga.
–¿Por qué pasa por
aquí la droga que va hacia Europa?
–Porque la DEA tiene radarizado hasta el
sur de Perú y Brasil. Más abajo, no hay controles. Santiago del Estero se ha
convertido en una pista de aterrizaje. Y por aquí pasan 70 mil kilos de cocaína
por año.
–¿Cómo es la ruta?
–Colombia-Santiago
del Estero, vía aérea. Desde Santiago baja por las rutas 38 o 60, y en Córdoba
se divide en dos: una parte va por el Pacífico y la otra por el Atlántico. Esa
droga se compra en Colombia a 1.700 dólares el kilo, y se pone en un puerto
español a 50 mil dólares el kilo. El traslado lo hace un grupo italiano
conocido como “Ndrangheta”.
–¿Alguna autoridad
política o policial cordobesa recibe dinero para permitir esto?
–Yo no lo vi, pero si
pasan 70 mil kilos de cocaína por año, como dice la Embajada de Estados
Unidos, alguien, en alguna dependencia estatal, lo está monitoreando.
–¿Qué dice de la
investigación de Senestrari?
–Si va hasta el hueso
y no se queda en las falencias de la
Policía local, no descarto que encuentre probables vínculos
de algunos operadores políticos provinciales y nacionales que trabajan juntos.
ArgentinosAlerta.org,
24 Septiembre, 2013