elmanifiesto.com, 14
de junio de 2014
En pocas ocasiones un
Papa habrá hablado de forma más inequívoca, más contundente, sobre un tema
político. Lo ha hecho, en declaraciones a “La Vanguardia ” (antaño
“española”). Cuando uno sabe lo cauteloso que es el lenguaje diplomático en
general y el del Vaticano en particular, asombrado —y regocijado— se queda ante
las declaraciones de Su Santidad. Las reproducimos íntegramente.
«¿Le preocupa el
conflicto entre Cataluña y España?
»Toda división me
preocupa. Hay independencia por emancipación y hay independencia por secesión.
Las independencias por emancipación, por ejemplo, son las americanas, que se
emanciparon de los Estados europeos. Las independencias de pueblos por secesión
es un desmembramiento, a veces es muy obvio. Pensemos en la antigua Yugoslavia.
Obviamente, hay pueblos con culturas tan diversas que ni con cola se podían
pegar. El caso yugoslavo es muy claro, pero yo me pregunto si es tan claro en
otros casos, en otros pueblos que hasta ahora han estado juntos.
Hay que
estudiar caso por caso. Escocia, la
Padania , Cataluña. Habrán casos [sic][1] que serán justos y
casos que no serán justos, pero la secesión de una nación sin un antecedente de
unidad forzosa hay que tomarla con muchas pinzas y analizarla caso por caso.»
«La secesión de una
nación sin un antecedente de unidad forzosa», dice Su Santidad, socavando en su
raíz todo el victimismo de la
Cataluña que pretende que la unidad que ya en Roma se
denominaba Hispania le ha sido vilmente impuesta por la fuerza. Como no podía
ser de otro modo, el Papa expresa su inequívoca condena diciendo, en lenguaje
diplomático, que dicha secesión «hay que tomarla con pinzas». Y a la templanza
del lenguaje (totalmente justificada, dado el contexto) se agarran los
repudiados para pretender… que aquí no se repudia nada, limitándose el Papa a
encogerse angélicamente de hombros sin pronunciarse ni en un sentido ni en el
otro.
No hay peor ciego
desde luego que el no quiere ver, sobre todo cuando está cegado por los
espumarajos de rabia que lanzan quienes desde siempre han contado en su
secesión con el militante apoyo de la Iglesia catalana. Tal vez el Abad de Montserrat
tenga que acabar encabezando pronto el Cisma Catalán.
[1] «Habrán casos»…
Catalanismo por «habrá casos». Nota de la Red.