El Semanal Digital, 13-6-14
La organización
profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHA ha pedido, por medio de
su presidente, un tal Ransés Pérez Boga, la legalización de la prostitución y
las drogas blandas para aumentar la recaudación. La medida tiene por fin, según
ellos, "luchar mejor contra los efectos adversos" y aumentar los
ingresos públicos. Los chicos de IHE han recordado un informe de 2002 de la
"patronal de locales de alterne" según el cual al tributar un 30% del
total, Hacienda recaudaría 6.000 millones de euros si se legalizara solo la
actividad entendida como "alterne".
Nadie, repito, nadie,
ha cogido al tal Ransés Pérez y le ha restregado los hocicos contra la caquita,
como se hacía con los perros jóvenes que defecaban en la alfombra. Y es que uno
creía que existen cosas que son innegociables y que el Estado no puede
permitirse. Resulta que tenemos que decir "miembros y miembras" por
imperativo legal de la
Santa Madre progresista y por expreso deseo de una ministra
subnormal, pero debemos "legalizar" –o "regularizar"-
actitudes claramente denigratorias como la explotación económica del propio
cuerpo, con todas las secuelas y sordideces que arrastran esos avernos. Y todo
ello para "equilibrar las cuentas" o para "combatir el
déficit".
Lo peor es que la
iniciativa procede no de un avezado especialista al que su hiper-deformación
profesional le ha licuado los sesos, sino de la mismísima Unión Europea, la
actual madre de todas la batallas. Desde Bruselas se pide introducir cambios
derivados de la adaptación de la Contabilidad Nacional
y Regional de España a las normas del nuevo sistema europeo de cuentas (SEC
2010) aprobado en mayo de 2013.
Al parecer, según el
SEC2010, el Producto Interior Bruto (PIB) nominal aumentaría hasta en 45.000
millones tras el cambio de base de la Contabilidad Nacional
que hará el Instituto Nacional de Estadística (INE). Naturalmente, esta cifra
es una estimación, por lo que el dato último se incorporará en la publicación
que realizará el INE en septiembre.
De acuerdo con el
diario El Mundo (13.6.2014), "el cambio de base 2010 puede incrementar el
PIB nominal entre el 2,7% y el 4,5%. Si tenemos en cuenta que el PIB nominal
del año 2010 fue 1.062.591 millones de euros, se podría decir que el impacto
podría ser de entre 28.689 y 47.800 millones". Siempre según el diario
progre-carca, "los cambios metodológicos, como la capitalización del gasto
en investigación y desarrollo, en armamento militar y otros, podrían suponer un
aumento de entre el 1,2% y el 1,5% del PIB nominal. Por su parte, los cambios
estadísticos y la incorporación de información estadística nueva como las
actividades de prostitución y tráfico de drogas elevarían la riqueza nacional
entre un 1,5% y un 3%, entre 15.938 y 31.877 millones de euros".
Todo esto trae
aparejadas algunas reflexiones. La primera tiene que ver con las consecuencias
que tienen sobre las vidas de las personas los errores teóricos. Gracias a
estos debates suscitados en parte por medios de comunicación ávidos de carnaza,
se destaca la naturaleza ficticia y teórica de mucho de lo que nos pasa.
Así, obsérvese lo
fácil que es "luchar contra el déficit" y "reducir la
deuda", dos ideas en la base de todos los recortes de los gobiernos de
Zapatero y Rajoy, y gracias a los cuales millones de familias están pasando
"las de Caín" Simplemente, lo que antes era una cosa pasa a ser otra.
Por ejemplo, el armamento que adquiere España deja de ser consumo y pasa a ser
inversión.
La prostitución o el
tráfico de drogas, que consume miles de millones de euros del Estado en
recursos para combatir la delincuencia, ahora "elevan la riqueza
nacional". Por arte de birlibirloque, la "deuda" y el
"déficit" pueden desaparecer, de manera que España podrá cumplir con
el déficit al que se comprometió tan solo con re-etiquetar algunas actividades
económicas, de manera que sobre la base de un PIB mayor, el Estado podrá emitir
más deuda. Es solo una manera de estabilizar el chiringuito macro de cara a
Bruselas para que todo siga exactamente igual; es decir, sin actividad
económica y sin la liquidez que demandan nuestras PYMES y nuestros autónomos y
que, por cierto, sigue sin llegar.
Otra reflexión que se
suscita es la siguiente. Bien: aceptemos que la prostitución, voluntaria y no
forzosa, debe ser legalizada toda vez que las objeciones morales solo pueden
ser consideradas como subjetivas. Pero, ¿y el consumo de drogas? El asunto de
las drogas es algo distinto dado que son ampliamente conocidos los efectos
perniciosos sobre la salud y, de modo indirecto, sobre el tejido social.
Los muchachos del
IHE, los del seso licuado entre apuntes contables, además de otros muchos de la
fauna "progresista" y "avanzada" que pulula por la Piel de Toro, explican que
ello ayudaría a luchar contra las mafias. Nadie se para a pensar en lo absurdo
de tal afirmación. Una mafia legalizada, que no necesita recurrir a la coerción
y a la violencia, es lo que llamamos un "trust" o un
"cartel"; un "cartel" reprimido deviene en mafia casi
seguro.
Por esa razón, la
"despenalización" de la droga, y la subsiguiente transformación en un
mercado más, no lleva a su desaparición si no a su difusión siempre que se den
las condiciones necesarias. Por este motivo, todos los años hay varios miles de
muertos por alcoholismo –una droga legal- y solo un par de centenares por
heroína. Se dirá que en países como Holanda, donde ciertas drogas están
"despenalizadas", el consumo es menor que en otros países donde no lo
están.
El argumento obvia
que el consumo de drogas aumenta por razones que no son económicas, como son el
nihilismo social, la desestructuración de la familia o la subversión de la moral
tradicional. Lo que es cierto es que poner la droga en las farmacias o en los
bares, simplemente para que los muchachos del IHE recauden más y se equilibre
el presupuesto, no ayuda en el caso de una sociedad como la nuestra, en plena
decrepitud de valores y estructuras sociales.
Todo esto son solo
algunas reflexiones derivadas del caos de los tiempos, en los que la economía
anda claramente subvertida y al margen de cualquier control político. No es
admisible que la dirección del Estado –la dirección moral también- esté a
merced de gentes sin formación alguna y sin escrúpulos, aunque se sienten en
algún distante estamento de Bruselas. Es necesario a veces decir no.
Lo contrario conduce
a actitudes tan lamentables como las del secretario de Estado de Administraciones
Públicas, Antonio Beteta, que ha explicado en Expansión (13.6.2014) que
"no todas (las normativas comunitarias) son fáciles ni sencillas, ni
tenemos la posibilidad de negarnos. Lo que pretende Eurostat es que se refleje
en las cuentas una realidad económica de modo estimativo y que tenga su reflejo
en la contabilidad de todos los países".
Nosotros nos
preguntamos si existe algún límite para las metodologías estadísticas: si el
"impuesto revolucionario" etarra debe ser considerado también una
"realidad económica" o si los sicarios que asesinen, por ejemplo, a
políticos o a inspectores de hacienda deben ser también considerados
"agentes económicos". ¿Se atreverán a redefinir el concepto de
"parado"? Porque vistas las ventajas del método, podríamos contratar
un equipo de marketing y despedir a De Guindos y a Montoro a la vez.
Con Donoso Cortés,
muchos creemos que la primera directiva del Estado es de orden moral. Cuando
ella falta aflora el caos y la estupidez, aunque ambos procedan de pulcras
instancias bruselenses. Ya se sabe lo que pasa cuando la mona se viste de seda.