Defender a Cristina
por U$S 5 millones y su alianza con los nuevos “grupos de tareas”
por Jorge D. Boimvaser
Informador Público, • 10/03/2016
Hacer lobby en Tribunales para que Cristina no tenga
que rendir cuenta de los despojos que hizo su gobierno -y ella misma en la
causa Hotesur-, le costaría a la ex Presidente la suma de cinco millones de
dólares si acepta la propuesta de León Arslanián. Hacer lobby no sólo es una
práctica prohibida en la Argentina. Significa lisa y llanamente repartir dinero
para que los jueces cajoneen los expedientes o, en el mejor de los casos, la
absuelvan o hagan tiempo haciendo lugar a los que embarran la cancha.
La señorita Elisa Carrió rezonga contra un Daniel
Angelici que es un novato en eso de lobbiar en la Justicia, pero se le pasa por
alto -quizás por desconocimiento- la maniobra del ex Ministro de Seguridad en
sus prolegómenos.
Pero de pronto un rumor que suena fuerte en el ámbito
policial bonaerense es que también Arslanián es una de las cabezas
conspirativas para desplazar en abril próximo al actual Ministro Cristian
Ritondo.
Los robos en las viviendas de intendentes bonaerenses
no son una casualidad; es un plan concebido por colocar la cabeza de Ritondo en
la guillotina.
Hay nuevos “grupos de tareas” para concebir la
inseguridad. Se nombra específicamente al ex jefe Jorge “Ruso” Matzkin como un
activo reclutador de policías dados de baja en esta nueva administración que
asumió en diciembre.
Su centro de operaciones sería Castelar Norte, donde
mantiene reuniones discretas con los viejos policías acostumbrados a pactar con
lo peor de la delincuencia bonaerense.
No sólo actúan en Provincia; el ataque contra la sede
de un local de “Nuevo Encuentro” hace pensar que también andan por territorio
porteño, quizás porque su propósito es también la cabeza de Patricia Bullrich.
La legisladora del Frente Renovador Fernanda Gil
Lozano lo dijo hace días en una reunión con su gente: “¿A quién se le ocurre
atentar contra Martín Sabbatella, si es más inofensivo que el agua mineral?”
Y reflexionó que, si no fue un autoatentado para
querer posicionarse como la cabeza del FPV después de Cristina, el ataque lo
organizaron para crear inestabilidad institucional.
Algo es cierto. En los contados locales de Nuevo
Encuentro no hay actividad alguna; permanecen cerrados -al menos en CABA- todo
el tiempo, salvo algunas actividades con centros de jubilados.
Son locales pequeños, algo más grandes que un
maxikiosco y nunca se ven militantes, porque la gente del echado directo de
AFSCA no tiene mucho que hacer ni qué decir a su gente.
Sabbatella quiere victimizarse para ascender en una
escala de dirigentes donde no tiene cabida. Los legisladores peronistas lo
ignoran, o mejor dicho, se ríen de sus convocatorias a las plazas que son una
payasada a lo pavote.
Pero los grupos de tareas que roban en lugares claves
-domicilios de intendentes y/o funcionarios- con su propósito de desestabilizar
a Ritondo sí tienen un objetivo.
¡Oh casualidad! El mismo Arslanián que pretende
defender a Cristina además opera para poner a un hombre suyo en el manejo de la
seguridad bonaerense.
O sea, defiende la corrupción kirchnerista y, por otro
lado, juega a ponerle gente al gobierno de Macri.
Si le dieran cabida, la inseguridad en territorio
bonaerense se potenciaría hasta un grado intolerable. Fue Arslanián -por
consejo de Matzkin- quien expulsó de la “maldita policía” a oficiales de alto
grado de conocimiento y trayectoria intachable y dejó en la fuerza a elementos
vinculados a la delincuencia y el narcotráfico.
Arslanián-Matzkin… la dupla perfecta para hacer de la
provincia un infierno de inseguridad peor del que vivimos ahora.
¿Pagará Cristina esos millones de dólares para evitar
su procesamiento y una eventual encarcelación? ¿Dejará Macri caer a Ritondo
para que ese ministerio lo mande desde afuera León Arslanián?