el otro
escándalo de Scioli
Alexis Di Capo
Informador Público, 2-8-16
En este caso, la hipótesis de delito remite a una
maniobra de ocultamiento consistente en omitir a lo largo de consecutivos
períodos fiscales las ganancias obtenidas a partir de la actividad financiera
marginal llevada a cabo en la sede del Casino Flotante, siendo que esa misma
maniobra de ocultamiento fue levada a cabo por todos y cada uno de los
integrantes de la sociedad de hecho responsable del mentado Casino Flotante.
Por tanto se trata (la evasión tributaria agravada) de un delito de pura
actividad y de acción permanente, donde la actividad delictiva consistente en
la sistemática omisión de declarar ante el ente impositor la ganancia producida
por esa actividad financiera marginal proyecta el ilícito en forma consecutiva
hacia todos los períodos fiscales posteriores desde el inicio mismo de dicha
actividad. El caso fue llevado hacia la prescripción y ahora la Corte Suprema
de Justicia de la Nación debe resolver si, conforme lo hiciera con el caso de
la valija de Antonini Wilson, revoca dicha prescripción y ordena que se
investigue el caso.
La sistemática omisión de exteriorizar las
ganancias consecutivamente devengadas por la sociedad de hecho a partir de los
años 1999 y 2000, constituye la materia delictiva a investigar en la sede del
Juzgado en lo Penal Tributario; y se trata en este caso -dada las modulaciones
específicas que presenta el caso- de un delito de omisión permanente y de pura
actividad, donde, como se dijo, la ilicitud perdura en el tiempo durante todo
el tiempo en que el responsable persiste en la actitud omisiva de ocultar la
ganancia devengada.
El imputado Peluso alegó en sede laboral que su única
actividad económica era la que llevó a cabo en la empresa LINSER S.A.
(afirmación reafirmada por su Contadora María del Pilar Rego); como dato
objetivo esa afirmación se pone en crisis -como ya se dijo en varias
presentaciones escritas- desde el momento en que el señor Peluso revistió el
cargo de titular de Lotería de la Provincia de Buenos Aires, dato éste por si
solo que contribuye a descreer de aquella afirmación.
Pues bien; ¿por qué extraña razón el señor juez -de
modo manifiestamente arbitrario (y no precisamente discrecional)- denegó la
producción de un peritaje contable para evacuar la cita del propio imputado en
sede laboral? ¿Por qué extraña razón no se llevan a cabo averiguaciones tendientes
a conocer los balances de la firma LINSER S.A., las DDJJ que haya presentado
ante el ente impositor? ¿Por qué extraña razón no se llevó a cabo tal peritaje
contable para determinar si LINSER S.A. arrojó utilidades, y en su caso si
Peluso extrajo o retiró utilidades de dicho ente ideal?
Resulta de toda obviedad que los funcionarios de la
AFIP DGI que confeccionaron el informe ya agregado la sede del Juzgado en lo
Penal Tributario, han incurrido en las graves distorsiones arriba denunciadas.
Rubén José Curdi que manejó la mesa de dinero
-prohibida desde 1994- que el titular de la Lotería de la Provincia de Buenos
Aires, Luis Peluso, formó en 1999, en el casino flotante “La Estrella de la
Fortuna”.
En declaraciones al diario Perfil, su ex empleado dio
detalles sobre cómo el funcionario del gobernador Daniel Scioli habría lucrado
junto a Miguel Ángel Egea, quien a su vez está acusado de integrar empresas de
represores de la ESMA montadas con los bienes de desaparecidos. Entre ambos,
habrían prestado 14 millones de dólares en seis meses, sin declarárselo al
Estado.
Curdi contó que el empresario del juego Oscar “Data”
Robinson fue quien lo llevó a trabajar al barco Casino Buenos Aires. “El trato
era que Robinson ponía los clientes y el resto de los socios, Peluso, Egea,
Lito Fernández e Isaías Vodolarsky, ponía el capital. El 6 de diciembre de 1999
se empezó a trabajar, cuando Lito Fernández trajo el capital inicial”.
Este ex miembro de la organización contó que se
trabajaba “dentro del barco Estrella de la Fortuna y les prestábamos dinero a
los jugadores fuertes para apostar”.
Aunque Peluso negó en un juicio laboral que haya sido
su empleado, Curdi manifestó que es fácil de comprobar que no es así “porque a
toda persona que ingresa al barco, el casino la filma y vigila todos sus
movimiento”.
“Estamos en las filmaciones de la sala VIP.
Funcionarios de Lotería Nacional me preguntaban a mí quiénes eran los jugadores
fuertes para hacer relaciones públicas”, denunció.
Curdi, que dijo haber trabajado siete meses allí,
contó el modus operandi: “Un jugador fuerte no lleva 50 mil dólares encima. Por
eso estábamos nosotros, para prestarles el dinero que apostaban. Podían apostar
1.000 dólares a un número y ganar hasta 432 mil”.
Siempre según la denuncia del ex trabajador, los
inversores pagaban un interés pequeño a la hora de devolver el dinero, pero “la
ganancia extraordinaria estaba en el 12,5% de lo que perdía cada jugador, que
el barco le pagaba a Peluso y los socios”.
Curdi reveló que el funcionario de Scioli “era el que
más se movía, venía, recorría el lugar y me preguntaba cuánto se había
prestado”.
Rubén José Curdi, que manejó la mesa de dinero
-prohibida desde 1994- que el titular de la Lotería de la Provincia de Buenos
Aires, Luis Peluso, formó en 1999, en el casino flotante “La Estrella de la
Fortuna”.
En declaraciones al diario Perfil, su ex empleado dio
detalles sobre cómo el funcionario del gobernador Daniel Scioli habría lucrado
junto a Miguel Ángel Egea, quien a su vez está acusado de integrar empresas de
represores de la ESMA montadas con los bienes de desaparecidos. Entre ambos,
habrían prestado 14 millones de dólares en seis meses, sin declarárselo al
Estado.
Curdi contó que el empresario del juego Oscar “Data”
Robinson fue quien lo llevó a trabajar al barco Casino Buenos Aires. “El trato
era que Robinson ponía los clientes y el resto de los socios, Peluso, Egea,
Lito Fernández e Isaías Vodolarsky, ponía el capital. El 6 de diciembre de 1999
se empezó a trabajar, cuando Lito Fernández trajo el capital inicial”.
Este ex miembro de la organización contó que se
trabajaba “dentro del barco Estrella de la Fortuna y les prestábamos dinero a
los jugadores fuertes para apostar”.
Aunque Peluso negó en un juicio laboral que haya sido
su empleado, Curdi manifestó que es fácil de comprobar que no es así “porque a
toda persona que ingresa al barco, el casino la filma y vigila todos sus
movimiento”.
“Estamos en las filmaciones de la sala VIP.
Funcionarios de Lotería Nacional me preguntaban a mí quiénes eran los jugadores
fuertes para hacer relaciones públicas”, denunció.
Curdi, que dijo haber trabajado siete meses allí,
contó el modus operandi: “Un jugador fuerte no lleva 50 mil dólares encima. Por
eso estábamos nosotros, para prestarles el dinero que apostaban. Podían apostar
1.000 dólares a un número y ganar hasta 432 mil”.
Siempre según la denuncia del ex trabajador, los
inversores pagaban un interés pequeño a la hora de devolver el dinero, pero “la
ganancia extraordinaria estaba en el 12,5% de lo que perdía cada jugador, que
el barco le pagaba a Peluso y los socios”.
Curdi reveló que el funcionario de Scioli “era el que
más se movía, venía, recorría el lugar y me preguntaba cuánto se había
prestado”.
Del contexto del expediente N° 35921/02 “Curdi, Rubén
José c/CASINO DE BUENOS AIRES SA s/ DESPIDO” (51282), surge claro -también- que
la absolución de posiciones dada por Oscar Eduardo Rato Robinson, abastece el
concepto arriba vertido.
De las declaraciones brindadas por el señor Cainelli
en sede laboral surge acreditado que la sociedad de hecho brindaba anticipos de
dineros a apostadores del Casino por lo menos hasta el año 2.004, circunstancia
ésta que permite inferir que esa actividad financiera sigue brindándose en la
actualidad como servicio especial para comodidad de los apostadores con gran
capacidad económica.
Lo supra aludido, a su vez, permite inferir que la
evasión impositiva se proyecta, en su consumación, en forma ininterrumpida,
desde el inicio de la actividad comercial de dicha sociedad de hecho, por
cuanto no ha cesado la omisión de declarar -ante el ente impositor- y de
declarar las ganancias obtenidas como consecuencia directa de la rentabilidad
obtenida a partir de esa misma actividad financiera.
Se acredita, asimismo, que el capital social inicial
de la sociedad de hecho en cuestión oscilaba alrededor de un millón de dólares
estadounidenses.
No se exhibían -a la vista del público- carteles que
indicaran prohibición alguna de aceptar préstamos en la sala de juegos.
Está asimismo acreditado que le fue asignada al señor
Curdi una caja de seguridad en la misma sede del Casino Flotante.
De la declaración de Héctor Osvaldo Cainelli (expte.
N° 35921/02) (24/05/05), surge claro que conoció a Robinson del Casino de Mar
del Plata, del barco Casino y de las Vegas -EEUU- y Punta del Este; admite -y
describe- el mismo Cainelli la metodología aplicada en los anticipos de dinero
(préstamos de dinero) dados a los apostadores; esto es, “el dicente entraba al
casino con 10, 20, 30.000 U$S, perdía y el turco (Curdi) le iba a buscar plata
tres o cuatro veces iba a la caja, la traía plata, al otro día la iba a buscar
y el dicente le pagaba un pequeño interés, que si no fuera por el actor el
dicente no hubiese perdido tanto porque uno pierde y se va y aparte el dicente
tiene crédito en el Conrad de U$S 100.000 para poder jugar -sic-.” “Que esto
ocurrió desde que abrió el casino que cree que el casino está desde hace cinco
años…”
Estos datos se corroboran con distintas crónicas
periodísticas, a saber; Diario Perfil (5/07/09), sección política, pág. 15
(Chiche Peluso, bajo la lupa judicial, Investigan al jefe de Lotería de Scioli
por negocios en las Vegas); idem 12/07/09; Perfil ( Scioli, complicado por la
investigación de los negocios de su “cajero” con el juego); ídem misma crónica
pág.2 (Nuevas denuncias contra el titular de los casinos complican a Scioli);
ídem pág. 3 (Un hombre ligado al menemismo, que creció con el negocio del
juego).
Del contenido de dicha crónica periodística surge
claro (ver cuadro sinópico) el detalle y la frecuencia de los viajes al
exterior efectuados por Peluso, esto es 67 viajes, entre los años 2.004 y
2.009, a los EEUU -20-, Uruguay -35-, Chile -7-, Italia -4-, Brasil -2-, y el
detalle de los medios de transporte utilizados.
Otra crónica periodística remite al diario La Nación
(17/07/09) (“Investigado, el director de la lotería provincial se apresta a
renunciar”), pág. 7, donde se da cuenta de imputaciones en sede judicial por
enriquecimiento ilícito y evasión tributaria.
Clarín brinda otra crónica periodística (29/07/09)
(“Por las denuncias judiciales, Scioli echó al titular de Lotería”).
No se pidió a la Unidad Funcional de Instrucción
Complejo N° 8 de la Plata (UFIC) requiriéndose copia certificadas de las
actuaciones tramitadas en dicha sede respecto de Luis Peluso, por presunto
enriquecimiento ilícito y probables negociaciones incompatibles con la función
pública.
Tal investigación habría tenido lugar en virtud de
buscarse saber, por ejemplo, con el señor Peluso habría adquirido un
departamento de aproximadamente 300 metros cuadrados en el estado de la Florida
-EEUU-, valuado supuestamente en US$ 2.100.000.