Roberto V.
Maturana
Informador Público, 15-8-16
Sr. Presidente
Respetuosamente:
A principios de agosto de 2016, Theresa May a través
de una carta le comunico su interés por el inicio de negociaciones vinculadas a
vuelos y extracción de hidrocarburos en nuestras islas, pidiendo el fin de
medidas restrictivas para Gran Bretaña.
“Es mi sincero deseo que, donde tengamos diferencias,
estas puedan ser superadas en una atmósfera de mutuo respeto y con la intención
de actuar en una forma que beneficie a todos los involucrados”. May le expresa
en su deseo que el Reino Unido y la Argentina puedan continuar “trabajando
juntos” hacia una “fase más productiva” de la relación.
En junio de 2016, en la sesión del Comité de
Descolonización de la ONU, reunido en Nueva York especialmente para tratar la
cuestión Malvinas, nuestra canciller Susana Malcorra exhortó al Reino Unido a
reanudar las negociaciones por las Islas Malvinas.
Señor Presidente: tiene una oportunidad única para
lograr una equilibrada negociación sin precedentes. Argentina no puede ingresar
a pescar en sus propias aguas soberanas por determinación unilateral de Gran
Bretaña. Así es como debemos asumir que en un plano de igualdad, la flota
nacional debería poder ingresar a pescar a la ilegal zona de exclusión.
Filmus y Bustamante, funcionarios de la política
depredadora de Cristina Fernández de Kirchner, que siguiendo las indicaciones
de su jefa, al igual que ella, jamás hablaron de la pesca en Malvinas, en
custodia de la caja más corrupta de nuestra historia en democracia.
Pero la canciller Malcorra, al igual que sus
antecesores Timerman y Taiana, tampoco habló de los recursos pesqueros
nacionales que hacen ricos a los Kelpers. La venta de licencias de pesca de
nuestras especies tranzonales y migratorias del continente, invaden los
mercados del mundo compitiendo con las exportaciones nacionales, esas aun
capturadas por buques de pabellón argentino, con tripulación argentina y los
costos tributarios argentinos.
Las imágenes satelitales que recorrieron el mundo
mostrando buques pesqueros factorías que pescan durante la noche en el Mar
Argentino, también muestra la de la zona que Gran Bretaña excluyó a nuestra
flota.
Antes de la guerra de Malvinas en 1982, la zona
marítima económica de los malvinenses se extendía a 3 millas marinas alrededor
de las islas. Al finalizar la guerra se extendió a la denominada "zona de
exclusión", que llegaba a las 200 millas marinas. Esa zona creció
exponencialmente durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. En esa
área económica, responsabilidad del gobierno argentino, perdemos U$S 4000
millones anuales por pesca ilegal que enriquece a May y su séquito.
Muchos de esos buques son chinos, con banderas de
Taiwan. China se apropia de nuestros recursos ilegalmente pero continuamos
firmando acuerdos que extrañamente nunca son denunciados a costa de hambrear a
las comunidades pesqueras.
Los mandatarios de Argentina y China firmaron la
Declaración para Fortalecer la Asociación Estratégica Integral y convenios de
cooperación
En febrero de 2015, Cristina Fernández de Kirchner y
Xi Jinping firmaron convenios de cooperación y suscribieron una declaración
conjunta de Fortalecimiento de la Asociación Estratégica Integral.
Por ello Bustamante sigue caminando el Consejo Federal
Pesquero, y se reúne con Tony Solimeno en su casa de Mar del Plata mientras los
chinos se hacen dueños del fresco. Hay que solucionar los pendientes y seguir
robando la reserva alimentaria de la Nación.
Como argentino conocedor de la problemática y del
área, veo con preocupación que lo único que se tratará en esta nueva etapa de
esperanza, es de petróleo y vuelos. Si así fuera, queda de manifiesto una vez
más que la Nación carece de una política pesquera que este a la altura de la
realidad geopolítica.
Nuestra Pampa Azul tan rica como el campo, utilizada
como moneda de cambio de todos los políticos corruptos que detentaron el poder
hasta hoy, sigue sangrando con nuestros héroes de Malvinas.