multitudes como 'marea'
"El hombre es
tal cuando reconoce que es un `animal inestable y frágil'''. (Dante Alighieri)
POR JUAN ALBERTO
YARÍA
La Prensa,
29.01.2023
Jorge murió,
mientras escucho los lamentos de sus padres en una consulta. Era un joven de 30
años que se sentía en la plenitud de su poder. La unión de fiestas inacabables
con el alcohol y las drogas estimulantes acabaron con una vida que se
desgranaba en la omnipotencia del ''a mí no me va a pasar''. Es uno de los
tantos que no fue noticia periodística, pero sucedió como cientos en los fines
de semana.
El 'homo
festivus', como hoy se llama en Europa al hombre que surge de la posmodernidad
con orfandad de sentido, es un gran negocio para muchos: miles de personas
entran a la diversión nocturna, hay oferta escandalosa de drogas (confesión de
varios pacientes o habitués a estos locales), los tragos tienen precios
siderales, las mesas en los lugares vips superan los cientos de miles de pesos,
las entradas para entrar a esos lugares de diversión van de 2 mil a 4 mil
pesos. Muchos caen luego del consumo 'avivado', todo esto por música a todo
volumen y luces estroboscópicas (destellos breves y con distintos colores en
rápida sucesión) que anulan más la conciencia. El cuerpo, la naturaleza tienen
leyes. No las podemos desafiar. Dante Alighieri nos enseñaba que si reconocemos
esta 'fragilidad' sobreviviremos infinitamente al cambio y a la destrucción.
Lecciones olvidadas hoy en medio de 'las mareas humanas y las multitudes
aglomeradas' que hacen de su fragilidad ignorada un blasón que los lleva al
descenso a los 'infiernos' (en el sentido del Dante). Dio señales, pero no
fueron escuchadas por sus allegados. Choques automovilísticos, sobredosis,
deudas, etc. Lo permisivo triunfa hoy.
El límite no es
'políticamente correcto'. Ya desde los tiempos de Hitler y Stalin había
palabras que ellos llamaban 'mordaza': 'cipayos', 'burgueses', etc. Eso
discriminaba y acallaba al otro. Hoy poner límites es ser 'conserva', o
'represor'. Dimisión de los padres. Tiranía de los hijos. Miedo a los hijos.
Muchos no tienen padres.
Las historias de
hoy no contadas forman parte de la serie de sucesos que ni siquiera están en
los avisos fúnebres de los diarios. El ego pudo más en él que la escucha
humilde de nuestra fragilidad. La permisividad socio-familiar también.
Es la multitud
como 'marea' lo que se impone con un gran 'neuromarketing' que parece triunfar.
Reino de individuos sacrificados en el 'altar' de su ego que imponen por el
imperio de lo masivo la peor de las dictaduras desde la ignorancia y la
soberbia.
Epocas de
Barbarie. Veda a la ley que es a la escucha del otro. La salud mental en una de
sus evaluaciones se mide por la capacidad de hablar, no actuar en forma
impulsiva y, fundamentalmente, escuchar. No se puede llenar de policías los
lugares de diversión o de playas, ya que lo que parece fallar es la principal
ley de lo humano; escuchar y cuidar la salud como primer registro que es el de
cuidar la vida.
La interiorización
de la ley, en muchos, parece fallar. La transgresión a la ley de la escucha es
lo más importante. Las consecuencias no se evalúan porque los efectos de las
conductas son repudiados, elididos, burlados, transgredidos. Más allá del ego,
lo otro como diferente no existe o es no-yo. Es la ceguera de los que ven lo
que se impone. Este ego omnipresente y omnipotente nos condena a la peor de las
fragilidades que es el encuentro con la muerte.
GLOBALIDAD DEL
PROBLEMA
Son problemas del
cual participan todas las clases sociales; desde los sectores más vulnerables
hasta las clases más acomodadas. Son momentos difíciles en nuestra comunidad.
Las drogas y el abuso general de sustancias se inscriben en este contexto en
donde parecería que el joven no encuentra un lugar en la sociedad.
La escolarización
está dañada desde hace años, incluso la universitaria. El empleo formal está en
crisis. El PBI es similar al de 2004 pero con 7 millones más de habitantes. Hay
un 50 por ciento de niños en situación de pobreza y un 45 por ciento con
problemas de acceso a la educación. A menores posibilidades de empleo se
deterioran dos vectores claves: la familia y la vida escolar (interrumpida en
lo vincular durante la pandemia). La educación social está resentida y la 'vida
de calle' se impone ante la ausencia o déficit de los vectores institucionales
que son fundamentales en el proceso formativo y educativo.
En la 'vida de
calle' aparecen nuevos vendedores de ilusiones que permiten por un momento
recrear paraísos de ilusión, como lo es el 'dealer' con sus redes que llegan a
ser más importantes que los transmisores de cultura.
La ley como tal
que se interioriza desde ciertos 'porta-palabras' como lo son los padres, los
maestros y las figuras significativas de la comunidad se notan débil en sus
efectos. A esto hay que agregar el proceso de des-familiarización creciente de
nuestra sociedad.
En la otra punta
de la escala social el consumo de alcohol es alto (el más alto de América) y al
lado de eso la marihuana esta 'normalizada'. Nuestro país es el primer
consumidor de cocaína de toda América, y no nos olvidemos que la mayoría de los
países de América Latina son productores de drogas o distribuidores. La
Argentina es un mercado apetecible. El 'neuromarketing' de las drogas facilita
que todo espacio sea vivido como un desierto con 'oasis' fabricados con
ilusiones paradisíacas sin ley.
La transgresión de
la ley o la veda de esta representan la vuelta de la barbarie. Heidegger dirá
''cuando los mundos se evaporan''; el filósofo Hobbes, cuando ''el hombre es el
lobo para el hombre''. La veda de la ley nos muestra el derrumbe del mundo y la
emergencia de lo in-mundo. En nosotros hay una pasión por la veda de la ley
(todo vale y el poder lo marco desde el golpe brutal) desde mi ego, como ley
única.
'PERIFERIZACION'
DE LAS CIUDADES
Las periferias se
dan alrededor de las ciudades o dentro de las mismas ciudades. Son circuitos
con códigos diferentes y en donde lo informal e ilegal impone leyes. Reinan
otros patrones y la ley formal pacta o directamente no entra.
Las ciudades de
hoy no pueden ser entendidas sin estos nuevos actores; uno de ellos es el
narcotráfico que opera barrio por barrio con una clientela asegurada dadas las
fallas de socialización de miles.
La venta al
menudeo de drogas se da la mano con la gente que vive en la calle y al mismo
tiempo coches lujosos surten el paisaje en donde lo triste se une a lo pomposo
de las ciudades más sofisticadas. Puerto Madero al lado de sus villas
laterales. Al lado de esto está lo multi-étnico y los fenómenos masivos de
migración desde el interior y las poblaciones marginalizadas que proceden en
algunos casos del exterior (países vecinos).
Lo periférico se
une con lo central de las ciudades en estos momentos de intercambio. Son dos
mundos que se tocan. Dos ciudades al mismo tiempo. Por eso, el profesor García
Canclini definió a la ciudad de hoy como un palimpsesto, o sea un jeroglífico
en donde viven distintos lenguajes.
LA CAIDA DE LOS
REFERENTES DE LA LEY
Los 'dealers' se
convierten en guardianes del territorio y, de esta manera, es muy difícil
trabajar. A todo esto, hay que agregar la dilución del papel simbólico del
médico y de todo referente de autoridad en casi todos los sectores de la
sociedad. El guardapolvo blanco o la chaquetilla ya no generan el mismo respeto
y significado que antes. Esta dilución del papel de este profesional es
paralela a la crisis del maestro, el político, y en general de todo aquel que
representaba antes una referencia ética indudable. Sus palabras ya no son tan
escuchadas. E incluso la violencia es el primer mensaje ante ellos. Ya no se
espera la palabra de estos representantes.
Juan Alberto Yaría
* Director general
de Gradiva - Rehabilitación en adicciones