aclaró (sic) sus dichos sobre la
homosexualidad, en una carta a un sacerdote cercano a la comunidad LGBT
Infobae, 28 de
Enero de 2023
James Martin es un
sacerdote jesuita estadounidense, autor de “Construyendo un puente: Cómo la
Iglesia católica y la comunidad LGBT pueden entablar una relación de respeto,
compasión y sensibilidad”, y al que el papa Francisco nombró en 2017 como
consultor de la Secretaría de Comunicaciones del Vaticano. Martin también es
editor de la revista católica America y del sitio Outreach (Acercamiento), este
último destinado a la comunidad LGBT.
Luego de la
entrevista concedida por Francisco a la agencia Associated Press, en la cual se
refirió al tema de la homosexualidad, James Martin le envió tres preguntas
destinadas a precisar sus conceptos, ya que consideró que “algunos medios de
comunicación” habían atribuido al Papa el sentimiento de que la homosexualidad
es un pecado.
Para Martin con
esa entrevista, “el papa Francisco se convirtió en el primer pontífice en pedir
la despenalización de la homosexualidad”. “Fue un paso histórico hacia la
protección por la Iglesia Católica de las personas LGBTQ vulnerables en todo el
mundo”, escribió el sacerdote jesuita en Outreach.
A fin de
contribuir a aclarar el tema, Martin formuló al Papa las siguientes tres
preguntas:
“Santo Padre,
gracias por su firme llamamiento a despenalizar la homosexualidad. ¿Por qué ha
decidido decirlo en este momento?”
“Parece que ha
habido cierta confusión sobre su comentario: ‘Ser gay es pecado’, que, por
supuesto, no forma parte de la doctrina de la Iglesia. Mi impresión fue que
usted simplemente repetía lo que otros podrían decir hipotéticamente. Entonces,
¿cree que el simple hecho de ser gay es pecado?”
“¿Qué les diría a
los obispos católicos que siguen apoyando la penalización de la
homosexualidad?”
Francisco
respondió estas preguntas con una breve carta manuscrita dirigida a Martin y
destinada a ser publicada, en la cual luego de precisar que no era la primera
vez que hablaba “sobre la homosexualidad y las personas homosexuales”, explicó:
“Quise aclarar que no es un delito para subrayar que toda criminalización no es
buena ni justa”.
“Cuando dije que es pecado, simplemente me referí a la
enseñanza de la moral católica que dice que todo acto sexual fuera del
matrimonio es pecado”,
escribió Francisco. “Por supuesto que hay que tener en cuenta las
circunstancias que disminuyen o anulan la culpa”, acotó a continuación.
“Tendría que haber
dicho ‘es pecado como lo es todo acto sexual fuera del matrimonio”, dijo. “Esto, hablando de la ‘materia’ del pecado,
pero sabemos bien que la moral católica, además de la materia, evalúa la
libertad, la intención; y esto para todo tipo de pecado”, precisó.
Y en cuanto a la
última pregunta, respondió: “Y a quien quiera criminalizar la homosexualidad le
diría que está equivocado”.
Al publicar la
carta del papa Francisco, James Martin destacó que el Papa, al referirse al
tema, dijo: “También es pecado la falta de caridad de unos con otros”.
En la entrevista
con AP, Bergoglio había criticado las leyes que en algunos países todavía
criminalizan la homosexualidad. Las calificó como “injustas”, y dijo que Dios
ama a todos sus hijos tal y como son. También pidió a los obispos católicos que
apoyan esas leyes que acojan a las personas LGBT en la Iglesia.
“Ser homosexual no
es un delito”, dijo. Reconoció que algunos obispos en ciertas partes del mundo
apoyan esas leyes que discriminan a los homosexuales, y aunque atribuyó esas
actitudes a contextos culturales, dijo que esos prelados debían pasar por un
proceso de cambio para reconocer la dignidad de todos.
*****
Anexo:
La doctrina de la
Iglesia sobre este tema, está condensada en el Catecismo, p. 2357:
La
homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan
una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo.
Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen
psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones
graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1,
24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos
homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina
de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la
vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.