viene de la casta política
POR ARIEL CORBAT
La Prensa, 10.03.2020
"¿Cuántos
dedos hay aquí, Winston?"
George
Orwell - "1984"
George Orwell, desencantado
con los comunistas durante su participación en la Guerra Civil Española,
escribió luego Rebelión en la granja y 1984, dos libros que explican al
kirchnerismo desde antes que naciera Néstor Kirchner. Porque el kirchnerismo,
un fraude en sí mismo, no podía ser otra cosa que un plagio.
Orwell describió con
precisión los métodos y alcances del falseamiento histórico. Así, un capítulo
especial dentro de las mentiras de la falsa épica kirchnerista lo configuran
las fabulaciones en torno a los servicios de Inteligencia.
A partir de diciembre de
2014, colapsado el Sistema de Inteligencia Nacional, el kirchnerismo pretendió
borrar de la historia que hacía 11 años mal usaba ese sistema desde el
gobierno. Allí se inventó que los malvados servicios de Inteligencia eran una
"deuda de la democracia".
Algo desmentido en el
tratamiento parlamentario de la Ley de Inteligencia 25.520, sancionada en 2001.
Pero con el cinismo de esa mentira, Cristina Fernández logró que el Congreso
-cual escribanía- sancionara de la noche a la mañana la Ley 27.126 de creación
de la AFI, a la cual sobrevino un decreto de Nueva Doctrina de Inteligencia
Nacional con marcada inspiración chavista. Dato importante para comprender hoy
la amenaza al campo del senador Oscar Parrilli.
ROTUNDO FRACASO
En el interregno cambiemita,
Mauricio Macri despreció la actividad de Inteligencia, lo cual contribuyó a su
rotundo fracaso. Y aquí es preciso señalar que los servicios siguen
instrucciones de quien el Presidente elige. Si los presidentes designan jefe a
un pelotudo u otro que vive de la pelota ¿de quién es la culpa?
La diatriba constante contra
la Inteligencia esconde que, sí o sí, los servicios operan bajo conducción del
gobierno de turno.
O sea, la casta política los
usa de chivo expiatorio y se lava las manos de su responsabilidad. Por eso
mismo, la aspiración épica de mostrar un presidente en lucha contra los
servicios es ridícula. Y desde el ridículo, tan suyo, es lógico que vociferando
la sarasa del nunca más a los sótanos de la democracia, Alberto de la Fernández
haya retomado con fuerza ese relato delirante. El no quiere ni necesita
servicios de Inteligencia porque realmente no toma decisiones, es un títere que
obedece a su línea jerárquica: Cristina Fernández, Diosdado Cabello y la
tiranía castrista.
Para los planes expansivos
de la parasitaria dictadura cubana es tan peligroso que Argentina cuente con
servicios de Inteligencia como con Fuerzas Armadas y de Seguridad. Ellos
recuerdan bien quiénes los derrotaron en los "70, entonces cuidan con
esmero su Caballo de Troya que tantos años les llevó posicionar; refugian a la
nena, Cristina recibe órdenes en La Habana y Alberto cumple.
Por función los servicios de
Inteligencia no son auxiliares de la Justicia, y por ley sólo excepcionalmente
se justificaba su participación en investigaciones judiciales. No se necesitaba
un DNU vende humo para corregir una deformación profesional que viene de la
casta política. Pero el kirchnerismo es tan orwelliano que tira ese DNU
diciendo que es "para lograr los consensos políticos y sociales que se
precisan a fin de dar cumplimiento a las pertinentes reformas
institucionales". Absurdo. ¿Y el Congreso? ¿Y la República?
LAS FUNCIONES
Luego, una de las funciones
de la Inteligencia Criminal es adelantarse a las mutaciones del delito y
teorizar al respecto. A fin de probar esas teorías se justifica que participen
de alguna investigación criminal. Ahora, DNU mediante, no podrán hacerlo. Y
vaya alguien a saber qué cosa puede entender Sabina Frederic al disponer (Anexo
II Decisión Administrativa 335/2020) como acción propia de la Dirección
Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC): "Dirigir y articular las
actividades operativas de inteligencia criminal, con el objetivo de
desarticular el delito complejo y el crimen organizado". Pues, como enseña
Sarmiento, el idioma español no tiene sus locuciones en vano.
En ese contexto, igual que
un perro lleva el collar de su dueño, mientras dirige la nueva desvirtuación de
la AFI Cristina Caamaño, cual heredera de Rodolfo Walsh exhibe en su cuello el
logo de madres de terroristas que quisieron hacer de la Argentina otra
dictadura comunista.
Entiéndase que el clima de
purga en el complejo de edificios de la calle 25 de Mayo ensaya lo que saldrá
puertas afuera como policía del pensamiento, porque no es para velar por la
democracia que Cristina Fernández quiere a Parrilli presidiendo la Bicameral de
Inteligencia. Su doctrina, acreditada en el Decreto 1311/2015 es perseguir
opositores so pretexto de acciones tendientes a la desestabilización del
gobierno mediante desabastecimientos, golpes de mercado, etc. De ahí que frente
al paro del campo Parrilli, para estímulo de comunistas que sueñan con
expropiaciones y reforma agraria, lo acuse de ser el "sector que más ganó,
se enriqueció, fugó la plata y es el responsable de la crisis que tiene la
Argentina".
Mientras tanto, Winston deja
su escritorio en la AFI y camino a las escaleras se abre la puerta del
ascensor. Salen dos personas. Alguien a quien padece y un rostro que cree haber
visto en otro lado. Escalones arriba le cae la ficha. Y entiende que
"persecución" no es sólo una palabra...
El plan es Argenzuela.