a Santiago Abascal le están comiendo la moral
(nunca mejor dicho)
Eulogio López
Hispanidad, 23/06/20
El ‘tuit’ de Macarena Olona
aseguraba que lo que a ella le importaba era el amor. Con ello, la portavoz de
Vox en el Congreso, muy influyente en Santiago Abascal, respondía a un
sacerdote que, en la misma red social, defendía el matrimonio entre hombre y
mujer y, por tanto, se oponía al homomonio. Sin comentarios.
Otra nota: Vox no tenía que
haberse abstenido en el ingreso mínimo vital (IMV), un alimentavagos. Tenía que
haber votado no. Sencillamente porque es injusto y convierte a los españoles en
mendigos de Pablo Iglesias. Al español de bien, no hay que ofrecerle una
limosna, encima pagada con el dinero de los demás. Se le ofrece un empleo para
que pueda ganarse el pan con el sudor de su frente.
Dos notas, pero hay muchas
otras, que manifiestan el declive de Vox. Al partido de Santiago Abascal no le
ha sentado bien el coronavirus. Dos apuntes: Vox se ha olvidado de sus
principios cristianos y se niega a mojarse en economía.
Abascal no ha sabido escapar
a la maldición del momento: en España remite el virus -aunque no sepamos por
qué- pero no el miedo
Es más, su tendencia
falangista parece imponerse a su tendencia católica. Y eso puede resultar la
perdición de la formación… por desubicación.
Otrosí: Abascal no ha sabido
escapar a la maldición del momento: en España remite el virus -aunque no
sepamos por qué- pero no el miedo. Y una sociedad presa del pánico llega aún
más allá de lo que pretende llegar Pedro Sánchez. Además, se ha creado una
situación crítica en la que cualquier abuso de poder por parte de La Moncloa,
no solo no es contestado por la ciudadanía en defensa de su libertad, sino que
es aplaudido y aumentado. La- encuestas de El Mundo demostraba que a pesar de su desastrosa
gestión, los españoles sufren síndrome de Estocolmo respecto a La Moncloa: al parecer
es Pedro Sánchez quien nos ha salvado del virus. Incluso ha evitado la muerte
de 450.000 personas… según evidencias científicas.
No obstante, Vox continúa
siendo la única alternativa al progresismo de izquierdas y de derechas, en este
segundo incluyo de lleno al PP de Pablo Casado, pero empieza a parecer
políticamente correcto. Eso resulta letal.
Por ejemplo, Vox no se ha
atrevido a lanzar la reindustrialización de España. Este era el momento: bajo
la bandera de que si el coronavirus forzosamente nos lleva a endeudarnos…
endeudémonos para crear empresas públicas (ya las privatizaremos) y con ello
reindustrializar España. Es el momento.
Crear empleo, no rentas
básicas para aumenta la pereza y la indolencia: empresas públicas no
subvenciones públicas.
Vox continúa siendo la única
alternativa a los omnipresentes progresismos de izquierda y de derechas pero
empieza a parecer políticamente correcto
Abascal ha perdido tirón
porque aparece como una voz ligeramente discrepante, cuando los tumores no se
curan con compresas sino con tratamientos duros, incluida la cirugía.
Vox tiene que volver a ser
un partido cristiano. Por ejemplos, ante la Ley Celaá, Abascal debe proponer su
alternativa (está en su programa) que es el cheque escolar. Ni tan siquiera les
he visto hablar de ello.
Y ante la recesión económica
que plantea la reindustrialización de España. En suma, que no se olvide de que
no es un partido ultra sino católico y que un partido que no tiene voz en
economía no la tiene en casi nada. Es el momento de defender la propiedad
privada pequeña… que también forma parte de la doctrina social de la Iglesia.
Y es hora de que el sector
falangista de Vox -Ortega Smith, Macarena Olona, Jorge Buxadé- ceda ante el
sector católico y más liberal -en economía-, más distributista, como el
representado por el matrimonio Espinosa de los Monteros, Víctor González o
Rubén Manso.
Todo ello para que el
español pueda ver en Vox lo que vio en noviembre: una partido cristiano que
representaba una alternativa a lo
políticamente correcto, al PSOE-PP-Podemos-Ciudadanos, todos ellos progres. De
izquierdas o de derechas, pero progres.
Y ya saben lo que significa el progresismo: abajo los curas, arriba las faldas…
y poco más.
Como diría Iván Redondo,
"Abascal ha perdido épica". Más le vale recuperarla cuanto antes.