cómo se construye
el pánico con los números
POR AGUSTINA SUCRI
La Prensa,
25.04.2021
Uno de los
primeros en alertar que el covid-19 podía ser el "fiasco de datos del
siglo" fue John Ioannidis, profesor de epidemiología en la Universidad de
Stanford. Ya en marzo del año pasado este especialista, reconocido
internacionalmente, expresaba su preocupación ante el hecho de que se
estuvieran tomando decisiones sin tener datos suficientes. En concreto, advertía
que establecer cuarentenas en aquel momento sin siquiera conocer cuán letal era
el virus de SARS-CoV-2, era un grave error que podía acarrear consecuencias
sociales y económicas severas, "totalmente irracionales".
Más tarde, sus
sospechas se convirtieron en una certeza: "Las tasas de letalidad por
infección de SARS-CoV-2 que se calculan tienden a ser mucho más bajas que las
estimaciones realizadas a principios de la pandemia", concluyó Ioannidis
en el estudio Tasa de letalidad por la infección de la covid-19 calculada a partir
de los datos de seroprevalencia, publicado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) en su boletín de octubre último.
Allí, el
catedrático reveló que "la mediana de la tasa de letalidad por la
infección de covid-19 fue del 0,27 % (corregida en un 0,23 %)", mientras
que en personas menores de 70 años, las tasas de letalidad por la infección
"oscilaron entre el 0,00 % y el 0,31 % con medianas brutas y corregidas
del 0,05 %".
Los medios y
colegas de Ioannidis no tardaron en comenzar a cuestionar a este especialista
en Big Data y estadísticas de la Universidad de Stanford por su postura crítica
e incluso muchos de sus videos fueron levantados de YouTube. Sin embargo, él no
se detuvo en sus estudios y en enero de este año volvió a ser objetado tras la
publicación de un nuevo estudio en el que se evaluaron los efectos de las
cuarentenas y el teletrabajo sobre la propagación del covid-19. Otra vez, las
conclusiones contradijeron el relato: "No encontramos beneficios
significativos de las intervenciones no farmacéuticas más restrictivas sobre el
crecimiento de casos. Se pueden lograr reducciones similares con intervenciones
menos restrictivas", escribieron Ioannidis, Eran Bendavid, Christopher Oh
y Jay Bhattacharya en su estudio.
Las restricciones
impuestas en distintos países se han fundado principalmente sobre la base del
pánico y la alarma, sostenidos por cifras de contagios que se han contabilizado
a partir de una técnica (la RT-PCR) que -tal como su propio creador, Kary
Mullis, ha aclarado- no fue ideada para el diagnóstico de enfermedades.
Ya diversos
especialistas y autores de trabajos científicos han advertido que esta clase de
testeos presenta falencias que podrían estar alterando la foto que tenemos de
lo que en verdad ocurre en esta pandemia. Así lo confirmaron también en una
entrevista con La Prensa los doctores Edgardo Schinder, infectólogo,
epidemiólogo, patólogo, sanitarista y mágister en Salud Pública Internacional,
y Marcela Witt, bioquímica con orientación en microbiología e inmunología, con
una maestría en microbiología avanzada.
- ¿Por qué se
aceptó usar desde un principio la técnica RT-PCR como método de diagnóstico de
los "casos" de covid-19?
Schinder: - La
aparentemente exacta técnica de detección (screening test) se usó por la facilidad
relativa de los hisopados. Pero no es una técnica de diagnóstico sino de
detección presuntiva.
Witt: - El punto
de partida que se toma para contabilizar la cantidad de "casos" no es
adecuado. La PCR no fue diseñada para eso por Kary Mullis, premio Nobel de
Química en 1993. Sino primeramente para trabajar con ADN y, después, se vio que
se podía hacer la transcripción reversa para trabajar con ARN, porque es muy
lábil, altamente contaminable. Es engorroso trabajar con ARN por eso lo que se
hace es pasar todo lo que sea ARN -como es el caso de este virus Sars-CoV-2-
con transcripción reversa para poder detectar secuencias del virus. Lo que
ocurre con la prueba de PCR es que es altamente sensible pero es poco
específica. Me refiero a que los "primers" o "cebadores",
que son aquellas frecuencias cortitas que inician la polimerización de la
cadena del ácido nucleico, tienen que ser muy bien diseñadas para que
reconozcan específicamente una secuencia que no sea compartida con células
humanas o distintos microorganismos que componen la microflora del lugar donde
se toma la muestra. Si hacemos un hisopado nasofaríngeo u orofaríngeo estamos
tomando una muestra de un lugar que no es estéril, sino que tiene una
microflora acompañante que es habitual y no causa ninguna patología. Además, como
la PCR no detecta un virus completo o una bacteria completa sino una secuencia,
no podemos asegurar que esa secuencia corresponda a algún microorganismo -en
este caso el hipotético virus sars-cov-2, que nos esté infectando y causando la
patología. Tampoco nos da idea de cómo va a ser la evolución o el pronóstico de
una enfermedad; si el paciente está cursando la enfermedad, no nos dice si es
transmisor, si es contagioso. lo que indica la PCR es presencia o ausencia de
una secuencia que uno está buscando.
- ¿Se trata de un
escenario inédito en la historia de las grandes epidemias? ¿Cuál sería el
método adecuado para contabilizar casos y obtener un "diagnóstico de
situación" real?
S: - Sí, es una
situación inédita en las epidemias. No se ha apelado a la clínica ni a las
sindemias, parademias y metademias para el diagnóstico. No se han empleado
tampoco los postulados de Koch, de Rivers y de Bradford Hill para configurar
etiología, o sea, la causa. Se asimilan errónea y maliciosamente a los
positivos en el PCR como enfermos en el imaginario popular cuando solamente es
un examen más. Esto hace diseminar el pánico. La situación real debe fundarse
en: a) clínica compatible; b) contactos con enfermos confirmados, c) conversión
serologica IgM e IgG e IgA, d) otros métodos como aislamiento y cultivo viral.
En el 96% a 97%, las infecciones por los siete beta coronavirus conocidos no
dan síntomas o son muy leves.
W: - Se está
utilizando un criterio microbiológico para una prueba molecular, lo cual es
incorrecto porque las técnicas de microbiología y moleculares son de distinta
sensibilidad y tienen fundamentos diferentes. Eso es un error gravísimo de
criterio. Y, además, se está utilizando el criterio de esterilidad como
criterio de curación. Esto queda evidenciado al exigir PCR negativas para dar
el alta y considerar curada a una persona, cuando no presenta sintomatología de
ningún tipo. Y lo más grave es la definición de caso que establece la OMS: se
considera caso a toda aquella persona que tenga una PCR positiva con o sin
sintomatología clínica, eso jamás ocurrió.
- Además este tipo
de pruebas puede arrojar falsos positivos y falsos negativos.
W: - Así es. Los
falsos positivos se pueden dar porque exista contaminación en las muestras, por
una reactividad cruzada con otros microorganismos u otras secuencias que estén
presentes en ese hisopado y que correspondan a otros microorganismos o a
células propias. También por el volumen de muestra puede ocurrir que se
contaminen las muestras entre sí. Si uno no es muy cuidadoso, si uno no trabaja
por duplicado e informa que es positivo sin confirmar el resultado, se está
aumentando la tasa de falsos positivos.
- ¿Cuándo se dan
los falsos negativos?
W:- Pueden darse
si la técnica de extracción de material no ha sido exitosa y no se han tenido
en cuenta las precauciones al extraer el material. Además, hay distintas
calidades de reactivos. Si uno no es de muy buena calidad se corre el riesgo de
un falso negativo. También puede pasar que la muestra no se tome del lugar
correcto o que no haya suficiente cantidad de células en esa muestra. Puede
haber múltiples causas. Tampoco hay un inóculo estandarizado, es decir que no
está estandarizada la cantidad de células que tienen que estar presentes en la
muestra que se toma.
- ¿Cuál es el
vínculo entre el aumento del número de "casos" positivos de covid
registrado en el último tiempo y el incremento de la cantidad de testeos
realizados?
S:- Hay una clara
relación de incremento de "casos" con el aumento de tests de
detección. En paralelo, aumentan también las infecciones, pero un test puede
ser positivo al detectar una fracción de 30 nucleótidos de los 3.000 y no
asegurar que estén "vivos" e infectivos.
W:- Si decimos que
hay más casos porque hay más testeos no estamos cumpliendo con un parámetro
confiable porque sabemos que dentro de los testeos se incluyen las pruebas
rápidas, que también están sujetas a falsos positivos, además de las pruebas de
PCR. Si además consideramos que cualquier persona va a testearse estando
sano y sin una orden médica, le hacen el hisopado a cualquiera. Entonces ya ahí
estamos todavía aumentando la falsedad de casos y se toman decisiones en base a
datos que no son fehacientes.
- ¿Es correcto
hablar de números absolutos de muertes y casos en vez de números relativos?
¿Utilizar este método de conteo e información contribuye a inducir a la
sociedad a la alarma?
S:- No es lo mismo
contabilizar muertos "con" coronavirus que "por"
coronavirus y las comorbilidades. Se aumentan artificialmente las cifras.
Escasamente, un 1/10.000 de las defunciones estimo que son "por"
coronavirus. Se alarma innecesariamente a la sociedad con una finalidad no
clara. Hay un evidente
sobrediagnóstico de covid-19 atribuido a Sars-CoV-2 y un subdiagnóstico de
otras patologías respiratorias y de otros sistemas y aparatos. Con las medidas
sanitarias actuales de ASPO y el DISPO y barbijos es imposible detener la
propagación de estas virosis ARN. Por otra parte, hay sindemias epidémicas
estacionales de rinovirus, adenovirus, metapneumovirus, influenza, que no se
quieren o no se pueden investigar.
W: - Cuando
hablamos de valores absolutos no hacemos referencia a la totalidad de una
población y tampoco unificamos un criterio. Porque para unificar usamos valores
relativos, es decir hablar de porcentajes. Eso sí nos permite comparar.
- En la actualidad
se habla del colapso del sistema sanitario y la alta ocupación de camas pero
distintos especialistas han reconocido que esta situación es habitual en el
sistema sanitario argentino. ¿Es esto así?
S: - El llamado
sistema sanitario argentino está lejísimos del colapso sanitario de internación
y las coronavirosis, en la mayoría de los casos, pueden tratarse
ambulatoriamente con muy pocas hospitalizaciones selectivas.
La llamada
"falta de camas de internación" es un clásico de carencia en todos
los niveles de atención de enfermedades severas. Por otra parte, hay
sobreinternación por padecimientos que no lo requieren.
Hay enfermedades
graves, por ejemplo de causa ambiental, a las cuales no se les otorga atención
y causan decenas de miles de muertes anuales. Entre ellas ocupacionales,
iatrogenia e intoxicaciones.
- ¿Cuáles serían
los parámetros que habría que tener en cuenta para poder establecer la
verdadera magnitud del problema que representa el covid-19 para la sociedad?
S: - Para
establecer parámetros de magnitud de los problemas sanitarios tendría que haber
un sistema nacional de monitoreo y vigilancia epidemiológica serio y confiable
de todas las patologías, del cual se carece históricamente. El covid-19 es la
puntita del iceberg de problemas mucho más graves. Nunca en la Argentina las
estadísticas de salud y enfermedad han sido confiables. En este caso, se ha
generado un pánico epidémico inusitado y no fundado científicamente.
- Da la impresión
de que el "fin" de la pandemia solo podrá alcanzarse cuando la
mayoría de la sociedad esté vacunada. ¿Qué opina al respecto?
S: - Las
inmunizaciones sólo sirven teóricamente para las líneas virales ensayadas y en
vigencia y la efectividad medida por serologia IgM e IgG no asegura protección
para reinfeccion u otras líneas virales. La inmunidad colectiva es casi
imposible de mensurar ya que depende de docenas de marcadores y factores de
riesgo diferentes. Hasta el presente, no me consta ninguna evaluación de
inmunidad colectiva que sea confiable en todas las circunstancias. Sería, en
caso de descubrirse, merecedora de un Premio Nobel. Seguimos como en la
metáfora del elefante, apreciando la realidad por cada parte ínfima de su anatomía.