Por Iván Velázquez
Adelanto24.com, Abr 17, 2017
A la hora de evaluar un servicio de inteligencia, la
CIA suele partir desde un interrogante: “¿Cuál es el presupuesto de
funcionamiento de la organización”. Y es
así como también se busca establecer el origen de los fondos que sirvieron para
financiar el sistema de inteligencia paralelo que el detenido ex jefe del
Ejército, César Milani, lideró –operativamente– durante el kirchnerismo.
Según pudo saber Adelanto 24, la columna financiera de
esta estructura estaba compuesta por tres fuentes: el presupuesto relativo a
las tareas de apoyo al Operativo Fortín contra el narcotráfico en el norte del
país; la Dirección General de Inteligencia del Ejército, donde se hicieron
incorporaciones masivas de parientes y amigos para que desarrollaran “tareas de
calle” y la generación de contratos apócrifos por más de $ 5 millones
mensuales.
En el caso de la operación Fortín, que fue
desarticulada por el ministro Julio Martínez (Defensa), ya hay un imputado por
las presuntas irregularidades: el general Joaquín Estrada, actual director de
Personal del Ejército, quien pasó viáticos por $ 24 millones mensuales por el
despliegue de 1600 hombres cuando en realidad sólo operaban 800. El caso lo
lleva la justicia federal de Paso de los Libres, Corrientes.
“La liquidación de esos viáticos quedaba en Buenos
Aires, bajo custodia directa de gente de Milani”, aseguró una alta fuente del
Ejército a Adelanto 24.
La incorporación de 400 agentes de inteligencia a la
plantilla de Personal Civil de Inteligencia (PCI) del Ejército, en tanto, fue
reconocida por el propio Estado cuando el gobierno nacional publicó el informe
“El estado del Estado”. Aunque, sin dudas, la información más inquietante sobre
esto es la que la Asesoría Jurídica del Ejército le aportó al juez federal
Claudio Bonadio, en el marco de la causa que investiga el presunto sistema de
inteligencia paralelo.
Fuentes judiciales aseguraron a este medio que en el
juzgado federal N° 11 recibieron “información de los PCI y los contratos en
Inteligencia Militar”, correspondientes a las gestiones de Francisco Pérez
Berbain y José Eduardo Arce.
El coronel Granitto y su esposa, Valeria Arroyo.
“Allí pudieron constatarse hechos tales como el pago
de contratos de más de 35.000 pesos mensuales a Generales y Coroneles en
actividad [en calidad de Personal Civil de Inteligencia, PCI], lo que
constituye un claro y flagrante delito ya que la ley prohíbe el cobro de dos
sueldos del Estado en forma simultánea”, contó una fuente del caso a Adelanto
24.
Otro caso significativo es el de la familia Granitto.
El coronel Marcelo Granitto, mano derecha de Milani, logró que sus tres hijos
fueran incorporados como PCI. Uno de ellos es Guido, quien -como contó este
portal- forma parte del aparato de censura con el que el Ejército ataca,
virtualmente, a los medios que publican información que resulta comprometedora
para los mandos.
Joaquín C. Pereyra.
También resultaron beneficiarios de los generosos
contratos otorgados por el milanismo, entre otros, la esposa de Granitto,
Valeria Arroyo, cuya firma puede verificarse en los contratos que el Dr.
Bonadio tiene en su juzgado, y los agentes Millán y Garay, sindicados por
fuentes castrenses como “operadores de Joaquín Conrado Pereyra”, ex suboficial
mayor y PCI, que oficiaba de “jefe de calle” de Milani.
En las listas figurarían además las contrataciones de
los hijos del general Arce, los coroneles Pérez, Antequera, Lotta, Villegas,
Señorino y decenas de incondicionales del hoy detenido ex jefe del Ejército.
El contrato del coronel (R) José Luis Esperoni quizá
sea uno de los más peculiares: habría cobrado sueldo agente de inteligencia,
docente en la Escuela Superior de Guerra y contratos con el sistema de
inteligencia del Ejército. “Maniobras como estas son las que hoy hacen que los
PCI no puedan cobrar su sueldo hasta, casi, fin de mes”, lamentó un general
que, off the record, habló con Adelanto 24 sobre estas irregularidades.
Fuentes judiciales anticiparon que “en los próximos
días” empezarán a desfilar los incluidos en las nóminas de contratos de los
años 2014, 2015 y 2016, para “explicar qué tareas realizaban y en dónde”. “Con
esto, empiezan a desmoronarse los montajes de teatro armados por Pérez Berbain
y Arce en beneficio de Milani”, sentenció el general consultado por este medio.