Por Héctor GIULIANO
(12.4.2017)
Días pasados el INDEC
dio a conocer las últimas informaciones sobre la Deuda Externa de la Argentina:
192.500 MD (Millones de Dólares, con redondeo) a fin del 2016.
Aclaremos que se
entiende por Deuda Externa la suma de deudas pública y privada, esto es, la deuda
contraída con residentes en el exterior tanto por parte del Estado Argentino –
a través de todos sus organismos públicos y todos sus niveles (Provincias, Municipios,
Bancos Oficiales, Organismos Nacionales, etc.) – como por parte de entidades
privadas (Empresas y Bancos).
Esto es importante
tenerlo en cuenta porque muchas veces se habla erróneamente de la Deuda Externa
como sinónimo de la Deuda Pública cuando sólo una parte de ella es externa.
DEUDA PÚBLICA Y DEUDA
EXTERNA.
La Deuda Pública
Total informada por el gobierno Macri era al 30.9.2016 (última información
disponible) de 264.600 MD.
Esta deuda es sólo la
que corresponde al Estado Central, es decir, sin contar la deuda de Provincias,
Municipios, Banco Central (BCRA), Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios y
juicios contra el Estado con sentencia en firme.
Todavía no hay datos
oficiales desagregados a esa fecha porque los Informes de Deuda Pública del
Ministerio de Economía - hoy Ministerio de Finanzas - son trimestrales y del
tercero sólo se cuenta con una hoja de avance o resumen de importes totales por
rubro.
Del último Informe
que sí se tienen datos más detallados es
al 30.6.2016, aunque los mismos están dados sobre un total que era entonces de
258.200 MD y que muestran, a esa otra fecha, lo siguiente:
a) La Deuda Externa Pública – según
criterio de residencia del acreedor, que es la metodología internacional de
cómputo al respecto - era de 81.000 MD: el 34.3 % de la Deuda Pública Total;
pero está medida no sobre el total de los 258.200 MD sino sobre un total algo
menor, de 236.100 MD.
b) Estos 236.100 MD – 22.100 MD menos que
el total oficial general – se explicarían porque a los efectos del cálculo no
se consideraron aquí los 13.400 MD de cupones PBI ni el saldo todavía pendiente
de pago de la deuda con los Holdouts, que sumaba a esa fecha unos 8.800 MD.
Esta última cifra es la mitad del total de la deuda con los acreedores que no
entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 (los Holdouts) según fue
reconocida por la administración Macri (19.000 MD en total).
c) La Deuda Externa (por criterio de
residencia del acreedor) es distinta de la deuda por tipo de moneda que –
siempre al 30.6.2016 – era de un 28 % del total en pesos y un 72 % en moneda
extranjera. Aunque cabe precisar que esta información por tipo de moneda se
calcula sobre otro total diferente, que es de 244.800 MD (no los 258.200 MD ni los
236.100 MD) porque aquí no se estarían tomando como deuda los 13.400 MD de
cupones ligados al PBI (pese a que son deuda en firme – y no deuda contingente
- que están en su mayoría en moneda extranjera y que además son en su casi
totalidad deuda externa).
La falta de criterios
claros y completos son tradicionalmente parte de las falencias y/o
insuficiencias en las informaciones oficiales acerca de la deuda pública en
general. Pero, de todos modos, de esto se colige entonces que más del 72 % de
la Deuda Pública Total está en moneda extranjera y que más del 34 % - también
del total - es Deuda Externa.
O sea, que las
relaciones son aproximadamente inversas:
- Por la metodología oficial de
criterio de residencia del acreedor más del 34 % de la Deuda del Estado Central
es Deuda Externa y el 66 % restante es Deuda Interna. Pero
- Por Tipo de Moneda en que está
contraída esa deuda, un 28 % está en pesos y el 72 % restante está en moneda
extranjera.
- Esto se explica porque una gran parte
de la deuda en moneda extranjera es Deuda Interna, asumida por el Tesoro
Nacional con organismos del propio Estado (fundamentalmente con el BCRA y otros
entes oficiales, como el caso del BNA-Banco Nación Argentina): esto es, Deuda
intra-Estado.
- Habiendo además una proporción, hoy fuertemente
creciente, de deuda interna o local en moneda extranjera contraída con
acreedores privados.
La disparidad entre
totales de referencia oficiales y poca claridad o directamente insuficiencia de
datos en la presentación de los Informes trimestrales de Deuda Pública – unida
a la imposibilidad de acceso a la documentación del Ministerio de Finanzas, que
es secreta – por lógica dificultan mucho la tarea de análisis de los conceptos
y cifras contenidos en las comunicaciones de Gobierno.
ESTRUCTURA DE LA
DEUDA EXTERNA.
Aclarado, en
principio, el aspecto conceptual y técnico de la cuestión, vayamos a los
últimos datos oficiales dados a conocer hace pocos días (comunicado del 29.3
pasado).
Según información del
INDEC con datos a fin de 2016 la Deuda Externa bruta de la Argentina era a esa
fecha de 192.500 MD, con la siguiente
composición:
- Sector
Público y BCRA 127.500 MD
- Sector
Privado 65.000 MD
- Empresas 61.000 MD
- Bancos 4.000 MD
- Total
Deuda Externa 192.500 MD
Esto es, que el 66.2
% de la Deuda Externa Total es Deuda Externa Pública y el 33.8 % restante es
Privada.
El stock de la Deuda
Externa era de 170.400 MD a fin de 2015, lo que implica que la deuda aumentó
unos 22.100 MD durante el primer año de la gestión Macri, es decir, un 13 %.
Este aumento se debió
fundamentalmente al aumento de la Deuda Externa Pública, que pasó de 101.700 MD
en 2015 a 127.500 en 2016: un incremento de 25.800 MD (25.3 %).
En el mismo período
la Deuda Externa Privada bajó en 3.800 MD: de 68.800 a 65.000 MD.
El motivo principal de
suba de la deuda externa del Estado fue la colocación de bonos y títulos
públicos – por 35.600 MD – de los cuales una parte (12.500 MD) se emitieron
para pagar deudas con los Holdouts, si bien a fines del 2016 restaban pagar
8.800 MD que – como dijimos – es aproximadamente la mitad de la deuda
reconocida por la administración Macri a los Holdouts (después de haberse
colocado los 12.500 MD con ese objeto).
CAMBIOS EN LA DEUDA
EXTERNA.
Durante el primer año
de gestión de la administración Macri se han producido – y se siguen
produciendo – importantes cambios tanto por aumento del stock de la Deuda
Externa Pública como por modificación en su estructura o composición.
El hecho que hoy
(12.4.2017) todavía no se tenga noticia oficial ni extra-oficial del cierre de
la Deuda Pública Total al 31.12.2016 – que debiera complementar los datos del
INDEC sobre la Deuda Externa y esclarecer lo ocurrido durante el año – limita
obviamente las posibilidades de analizar las variaciones producidas con el
nuevo endeudamiento del Estado, habida cuenta que – como se explicó antes - el
último Informe de Deuda es al 30.6 del año pasado y que al 30.9 sólo se cuenta
con una hoja de avance o resumen de totales por rubro.
Sin embargo, sobre la
base de los datos parciales conocidos hasta la fecha, es posible adelantar
algunas observaciones relevantes:
a) En
el marco de su política de gobernar con
deuda, el nuevo aumento de la deuda externa del Estado constituye un
capítulo consustancial a la gestión del gobierno Macri: si la actual administración
no puede seguir sosteniendo sus finanzas públicas con endeudamiento sistemático
pierde su estabilidad financiera, económica y política.
b) Este
aumento de la Deuda Externa Pública sería hoy superior al aumento de la Deuda
Interna y explicaría – en medida determinante - el por qué de la política de retraso cambiario llevada a
cabo desde el Banco Central (BCRA) con el objetivo de garantizar a los
acreedores externos el pago de los servicios de esta deuda exterior (que son
exclusivamente servicios por pago de intereses y no por capital o principal, ya
que éste se refinancia íntegramente al vencimiento y además se toma más deuda).
c) El
gran aumento de la Deuda Externa en curso – aparte de su crecimiento en gran
escala - tiene la característica fundamental de revertir el mecanismo de la
Deuda intra-Estado de la administración Kirchner, en función de la que el
gobierno pagaba privilegiadamente la Deuda Externa con Terceros (Acreedores
privados y Organismos Financieros Internacionales) a costa de traspasar obligaciones
impagables al propio Fisco.
Esto último es de
esencial importancia para comprender cuál fue el verdadero rol del gobierno
kirchnerista en materia de Deuda Externa:
- La
administración K batió récords históricos de pago de la Deuda Externa de
la Argentina, sin objeción alguna sobre su ilegitimidad y sin
reconocimiento de la real insolvencia fiscal para poder atender los
servicios de Intereses y Capital de la misma.
- Esta
política de pagos a ultranza de la Deuda Exterior del Estado se hizo
cancelando la mayor parte de esas obligaciones a su vencimiento con nuevas
deudas contraídas con entes públicos, fundamentalmente: el BCRA (a través
de su política de pagos externos con reservas internacionales), la ANSES
(utilizando la mayoría de los recursos del Fondo de Garantía de
Sustentabilidad del Sistema Jubilatorio – el 65 % de este FGS – para
prestarlo al Tesoro para que éste pague Deuda en pesos y moneda
extranjera) y el Banco Nación (BNA, que tiene la mitad de su cartera de
créditos prestada al Estado), como así también toda una larga lista de
organismos nacionales transformados desde entonces en los principales
acreedores del Estado; dándose así la paradoja de que más del 60 % de la
Deuda Pública – deuda sin capacidad alguna de repago - pasó a estar en manos
del propio Estado.
- La
presidenta Cristina Fernández de Kirchner se jactó incluso de haber
convertido a la Argentina en pagadora
serial de su deuda externa y pública en general, aduciendo haber
abonado el país – en el período 2003 y 2012 – entre 173.700 MD (discurso
al pueblo argentino de Agosto 2013) y más de 190.000 MD (discurso ante la
Asamblea General de las Naciones Unidas de Setiembre 2014); cifras éstas
que – por otra parte – eran notoriamente inexactas, porque no se trataba
de amortizaciones netas sino de novaciones de deuda, y a la vez engañosas en boca de un
gobierno que vendía la imagen de estarse “des-endeudando” mientras la
deuda pública aumentaba 100.000 MD durante todo su mandato (150-152.000 MD
a mediados de 2003 contra más de 250.000 MD a fines de 2015).
La política de pagos
sistemáticos de la deuda pública externa por parte de la administración
Kirchner – que descongestionó una gran parte de los pasivos externos del Estado
– fue funcional a la nueva ola de endeudamiento Macri, que notablemente el
único mérito que le reconoció a su
antecesora – junto con todo el establishment financiero y la partidocracia
parlamentaria – fue haber bajado el nivel del endeudamiento externo, de modo de
allanar el camino a la vuelta de la Argentina al Mercado Internacional de
Capitales, es decir, para volver a endeudarse en el extranjero (que era el
mismo objetivo planteado en su momento bajo la gestión del ministro Lavagna – después
del Megacanje 2005 – y luego bajo la gestión Boudou).
Se trataba, en
realidad, de dos pasos sucesivos dentro de un mismo proceso o ciclo de
re-endeudamiento público:
- Un
gobierno de discurso confrontativo pero que pagó a ultranza su deuda externa. Y
- Un
nuevo gobierno que, con la bandera de una reinserción
de la Argentina en el mundo, capitaliza ese descongestionamiento de la
deuda externa para volver a endeudarse.
Que esto fue así, y
no a la inversa, lo demuestran los hechos porque la administración Kirchner
siempre se negó a plantear la cuestión de la ilegitimidad de la enorme e impagable
Deuda del Estado, que como agravante la aumentó y que cifró incluso sus
esperanzas en volver a retomarla tratando de llegar a sucesivos acuerdos con
los acreedores para poder endeudarse de nuevo en el exterior.
De allí que ahora
vivimos el principal cambio en curso operado con y por el gobierno Macri: la
reconversión o nuevo traspaso de la Deuda Pública Interna intra-Estado de la
administración kirchnerista a la nueva ola de endeudamiento externo en gran
escala de la administración macrista.
Uno de los
principales errores de interpretación del actual momento financiero, económico
y político que vive nuestro país reside precisamente en no percibir la
naturaleza y magnitud de este rol complementario o trabajo en tándem
Kirchner-Macri realizado en materia de Deuda Pública.