José María Poirier-Lalanne, Director de Criterio
“Curiosamente, antes de
llegar al pontificado era un obispo reservado, de pocas palabras en público, de
voz queda y gesto hierático. Proverbial, la expresión adusta del rostro. Sin
embargo, desde el momento mismo en que comenzó su misión universal, emergió
otra imagen de su persona: se demostró un extraordinario comunicador, un
carismático de la palabra, sonriente y afable con las infinitas personas que
encuentra en sus audiencias y, en general, en sus viajes.”
“Curiosamente, es un papa
que predica la comunión y la colegialidad –y lo hace con convicción intelectual
y autenticidad personal-, pero demuestra estar más acostumbrado a un estilo de
gobierno personalista, a las decisiones inconsultas, a dar más valor a la
propia intuición que a otras instancias.”
Fuente: “Un pastor
contemporáneo, nostálgico de pasados míticos”; La Nación, 26-2-18