Por Héctor
GIULIANO
(16.11.2023)
Es paradójico –
por no decir sintomático – que el principal problema concreto de la Argentina,
que es Financiero antes que Económico y que está esencialmente
condicionado por la Deuda Pública, haya
estado ausente en la campaña política en general y en el discurso de los dos
candidatos a Presidente de la Nación frente al balotaje de este Domingo 19.11.
Y esto tendría una
explicación muy simple: el Plan Económico-Financiero ya está escrito y aceptado
por los gobiernos Macri y Fernández-Fernández/Massa (FF/M) en función de los
Acuerdos con los Fondos Buitre de Agosto de 2020, con el Fondo Monetario
Internacional (FMI) de Marzo de 2022 - ratificado por Ley Especial del Congreso
27.668 - y con el Arreglo complementario Massa-FMI de Agosto de 2023, que
determinan las exigencias a cumplir por parte de nuestro país durante la
próxima década, hasta el 2034.
Cualquiera de los
dos candidatos que resulte electo tiene que hacer lo mismo: seguir gobernando
con Deuda; y para ello, cumplir con las condicionalidades de los convenios
firmados bajo el tándem Macrismo-Kirchnerismo, que reitera la tradicional
colaboración biunívoca por alternancia entre Liberalismo y Social-Democracia.
La principal
diferencia entre ambos postulantes sería que uno (Milei) propone una Política
de Shock mientras que el otro (Massa) aspira lograr los mismos objetivos de
manera gradual, como hasta ahora. Es el clásico dilema entre Shock o
Gradualismo.
Pero uno y otro
son parte de lo mismo: enuncian metas genéricas sin aclarar cómo las piensan
lograr, venden a la Opinión Pública la idea que tienen Planes Económicos que no
han explicitado en concreto y, sobre todo, eluden hablar del problema de la
Deuda, que es el condicionante total y absoluto de todo lo que ocurre en la
Argentina en materia financiera, económica y política.
CUADRO DE
SITUACIÓN
Hoy la Deuda
Pública del Estado Central – según datos oficiales a Octubre 2023 – es de
431.900 MD (419.300 Deuda Bruta + 12.600 de Cupones PBI), prácticamente 432.000
MD.
Al final de la
administración Macri ese stock de Deuda era de 336.000 MD, de modo que el
acumulado de la Deuda FF/M suma actualmente unos 96.000 MD (95.900).
Durante la gestión
Macrista el aumento de la Deuda fue de 82.000 MD , con lo que el actual
gobierno – que tanto se lamenta de la Deuda recibida – ha tomado más Deuda que
la administración anterior.
Peor aún, si a
esto se le agrega el paralelo incremento de la Deuda cuasi-fiscal del Banco
Central (BCRA) producido bajo el actual gobierno, que solamente por Letras de
Liquidez (Leliq) equivale a unos 52.000 MD, el incremento conjunto de la Deuda
Pública del Tesoro más Leliq del BCRA bajo FF/M se eleva a 147.900 MD (95.900 +
52.000), prácticamente 148.000 MD; contra 100.000 MD de Macri (82.000 + 18.000,
respectivamente).
El Proyecto de Ley
(PL) de Presupuesto 2024 contempla vencimientos de Deuda por Capital de 101.000
MD – que van a ser refinanciados en su totalidad – y la toma de Deuda Nueva por
otros 32.000 (31.800 MD). En total, el Estado Argentino tiene así que salir a
pedir al Mercado 133.000 MD el año que viene.
Al problema de los
vencimientos de Capital se suma el pago de los Intereses de la Deuda.
Los Intereses a
Pagar el año que viene – también según el PL - suman unos 7.0 B$ (≡ 14.400 MD) a cargo del Estado Central pero la Bola de
las Leliq del BCRA (que corre paralela,
por separado) agrega un peso más gravoso todavía: hoy el BCRA tiene una
Deuda por estas letras que suma más de 24 B$ (≡ 68.600 MD) y paga por las mismas una Tasa de Interés
del 133 % anual (TNA-Tasa Nominal Anual que equivale a una TEA-Tasa Efectiva
Anual del 255 %), de modo que los Intereses a Pagar por el Banco totalizan unos
32 B$ (≡
91.200 MD) por Año. En promedio, son 87.500 M$ por Día sólo de Intereses (≡ 250 MD, al TC
350.025 $/US$).
El riesgo
financiero de este problema es altísimo porque esta Deuda del BCRA por Leliq
está en Pesos pero expuesta permanentemente al juego extorsivo de los Bancos y
Fondos de Inversión (FCI) a través del arbitraje entre Tipos de Cambio y Tasas
de Interés.
Con el agravante
que la composición real de la Deuda Bruta del Estado Central también se ha
hecho más vulnerable porque el 65 % de la Deuda Total del Tesoro – los 432.000
MD ya citados – está en Moneda Extranjera y el 35 % restante en Pesos, pero
ahora la totalidad de esta Deuda en Pesos ha sido indexada por TC-Dólar y/o por
Inflación (CER), el que resulte mayor (para beneficio de los acreedores).
Lo que significa
que la Deuda en Pesos ha sido dolarizada vía ajuste por Tipo de Cambio. Y esto
se ha hecho bajo Massa como Ministro de Economía.
La “solución” para
este estado crítico de sobre-endeudamiento público es la previsión – que ya
está en curso - de tomar más Deuda. Por eso el objetivo final de los nuevos
Acuerdos firmados con el FMI es que la Argentina regrese al Mercado
Internacional de Capitales, para volver a endeudarse más en el Exterior.
Y para ello es que
se realiza el “trabajo sucio” de seguir la Nueva Receta Recesiva del Fondo
Monetario (RR FMI) que es la de licuar gran parte del Gasto Público para
reducir el Déficit Fiscal Primario a través de la Inflación, lo que se viene
logrando con la baja de los Salarios Reales, las Jubilaciones/Pensiones y los
Planes Sociales, todos afectados sistemáticamente por la caída en términos
reales contra la Inflación: la fórmula de aumentos de Precios superiores a los
aumentos de Ingresos.
Por el contrario,
para beneficio de los Capitales Financieros, se les garantiza la regla inversa:
Tasas de Interés Reales Positivas, esto es, mayores que la Inflación.
Se trata de una
asimetría en curso que favorece al Gobierno y a los grandes Formadores de
Precios, que se da en detrimento de la capacidad adquisitiva de la población
consumidora y a los fines de reducir el Déficit Fiscal para poder pagar más
Intereses y volver al Mercado de Capitales para tomar más Deuda Pública.
Esto es lo que
está programado, lo que se viene cumplimentando y lo que se proyecta para el
futuro inmediato y mediato del país.
Es la nueva RR FMI
que – según lo acordado – debe mantener este esquema de dependencia financiera
total y habilitar además el pasaje de la Argentina hacia un estadio superior de
Reformas Estructurales, principalmente Laboral, Previsional y Tributaria; y cuya
realización pasa ahora a cargo del nuevo gobierno que sea electo este 19.11.
Es el pasaje de la
etapa de Ajuste a la Estabilización – que interactúa con la anterior - bajo
Políticas ampliadas en Materia Monetaria, Cambiaria y Bancaria en el marco del
Sistema de Deuda Perpetua que rige los destinos de nuestra Patria.
Se abriría así,
una suerte de Neo-Menemismo y, con ello, una previsible Nueva Convertibilidad
sostenida – como la anterior – en base a más Deuda Externa.
Y cualquiera de
los dos candidatos que asuma la presidencia va a hacer lo mismo porque la
diferencia entre ambos es sólo una cuestión de grado, de forma o de método
dentro del Sistema de la Deuda, no de fondo ni de estructura fuera de la misma.
ALGUNAS
CONSIDERACIONES POLÍTICAS
Vista la problemática
específicamente financiera de la coyuntura argentina al momento de las nuevas
elecciones presidenciales que se deciden con el balotaje del domingo 19.11 cabe
vincular ahora este cuadro de situación con la cuestión Político-Institucional
que le sirve de marco, porque comúnmente se dice que la Incertidumbre Política
es la causante de la Crisis Financiera mientras que la realidad nos muestra lo
contrario: que es la Incertidumbre Financiera la que determina la Crisis
Política.
Desde el punto de
vista político, el hombre elegido dentro de la terna propuesta por el Consejo
de las Américas para la Argentina es Sergio Massa.
Su finalidad es
alinear a nuestro país con los intereses de los Estados Unidos y para ello
cuenta con el apoyo de base de las tres grandes estructuras de poder del
Imperio: los grandes Fondos de Inversión de la Bolsa de Nueva York, el
Departamento de Estado Norteamericano (con administración del Partido
Demócrata, en Washington) y las Empresas Multinacionales reunidas en Houston,
Texas (petróleo, litio, minerales en general).
Desde su viaje de
presentación al Foro de Davos como “delfín” de Macri en Enero de 2016 Massa
aparecía ya como el continuador de esta nueva etapa de transformación encarada
para la Argentina y ello explica también su asociación con el Kirchnerismo –
fundamentalmente a través de su relación con Alberto Fernández, para
contrabalancear la influencia de CFK – y siguiendo la “profecía” del economista
Guillermo Calvo (de Julio de 2019), en el sentido que convenía un triunfo del
Kirchnerismo frente a Macri porque el Ajuste que tenía que hacer la Argentina
(tal como se viene haciendo) mejor que lo hiciera un “gobierno populista”
porque tendría menos resistencia de la población que un gobierno liberal.
De allí el rol
clave citado de Massa en el arreglo con los Fondos Buitre del 2020, en la
ratificación del Acuerdo Macri con el FMI por el Congreso en 2022 (con su
ampliación por 10 años) y la reciente formalización de los nuevos planes con el
Fondo de Agosto de este año.
Con estos acuerdos
firmados, cualquiera sea el nuevo presidente tiene el “libreto” ya escrito y
sólo le cabe continuarlo, desarrollarlo y perfeccionarlo, pero no cambiarlo.
La carrera de
Massa a la Presidencia se presentaba así allanada en la competencia contra un
retorno del Macrismo pero para llegar a esa instancia faltaban algunos pasos
que fueron rápidamente cumplidos:
a) Que, como
consecuencia del “Golpe de Estado Financiero-Cambiario” de mediados del 2022
asumiera la doble condición de Ministro de Economía y a la vez candidato a la
Presidencia, a los fines de dejar fijada la garantía de que el suscriptor de
los nuevos arreglos fuese también su ejecutor en el futuro.
b) Que la nueva RR
FMI se llevase a cabo a rajatabla, a través de la Inflación inducida, para
licuación de Gasto Público a costa de la caída de los Salarios, las
Jubilaciones y el valor de los Planes Sociales y los Subsidios en moneda local,
en términos reales, a los efectos de garantizar el pago de mayores Intereses de
la Deuda del Estado.
c) Que como
Candidato vendiese a la opinión pública la imagen de un discurso de futuro que
lo disociase de su co-responsabilidad directa dentro del actual gobierno K pese
a su compromiso irrecusable en todo lo actuado por el mismo durante estos 4
años.
Pero además, para
que esto se llevase a cabo se necesitaba un bloqueo a la competencia del
Macrismo, que pugnaba para volver y llevar a cabo el mismo programa.
Y allí es donde
aparece “sorpresivamente” la figura de Javier Milei como “producto electoral”,
fabricado bajo una promoción maximalista anarco-liberal y planteando un
experimento contradictorio (un “populismo liberal”) cuya tarea resultase en la
práctica funcional a un triunfo electoral de Massa.
Es la regla de que
el Tercer Candidato divide y resta votos a la oposición y consecuentemente
favorece la continuidad del Oficialismo de turno (como fue el caso de Bordón a
favor de Menem en 1995 y de Lavagna – mentor de Massa – a favor de los Kirchner
en 2007).
Así, gracias a la
irrupción de Milei, Massa pudo quedar ayudado en principio – primera vuelta,
del 22.10 - debido a la división del voto opositor.
Mas ocurrió algo
posiblemente imprevisto: que el desconocimiento, la desorientación y la
neutralización de la mayoría de la ciudadanía (por distracción de la Opinión
Pública, Inflación descontrolada, Pobreza e Indigencia, Delincuencia,
Corrupción Moral y desinterés en la Política) llevó a mucha gente a volcarse a
favor de la candidatura de Milei aunque no por el contenido de sus ideas (de
las que muchos no tienen siquiera conocimiento) sino como canalización de su
“voto bronca” y el atractivo de su escenificación contestataria.
De manera que
Milei devino una suerte de Frankenstein político que amenazaba la situación
electoral de Massa y que, por lo tanto, era necesario contenerlo porque excedía
el rol original de división de la oposición, para lo cual se lo había
diseñado.
Ello explicaría la
fuerte campaña de difusión de enemigos y también de “amigos” en su contra, y
hasta el por qué en los últimos tiempos el propio Milei - y varios de sus
colaboradores cercanos, como Benegas Lynch (h), Lilia Lemoine, García Moritán
(h) y otros - parece que hicieron todo lo posible por auto-desacreditarse y/o
contradecirse, ofreciendo puntos vulnerables y favoreciendo así de hecho la
falsa antinomia utilizada para la
propaganda y la promoción de Massa.
El último paso en
este sentido lo dio el notable bajo desempeño de Milei durante el debate
televisivo contra Massa, en el marco de una confrontación vacía de
definiciones, contenido, planes e ideas concretas, donde – como se subtitula
esta nota – no ganó Massa sino que perdió Milei.
Una “derrota” de Milei ante la Opinión Pública que pareciera pre-armada para reducir su poder ayudada por su propio descrédito. Aunque la palabra final no está dicha porque, pese a esto, falta ver todavía cómo reaccionará la gente con el “voto bronca” y la esperanza de un supuesto “cambio” en el balotaje del 19.11.
El Sistema - como
lo dice la difusión de Presidencia, la Clase Política y los Medios - está
tratando de “salvar la Democracia” antes que a la Patria Argentina
Pero al ciudadano
medio, en última instancia, ante la falsa antinomia de la teoría del “mal
menor” y frente a la opción forzada de tipo “tener que elegir entre carne
podrida de pollo o carne podrida de vaca” le queda la alternativa de no votar
por ninguno de los candidatos, como forma de sinceramiento de su posición y
deslegitimación de las trampas políticas del Sistema y su Partidocracia, en
lugar de sumarse a una farsa de representatividad vacía.
Porque el Libreto
ya está escrito por las estructuras económico-financieras de poder y los
candidatos a votar son personajes que sólo se pelean para ser los intérpretes o
protagonistas de ese libreto.