María Eugenia Tamblay
La huelga de hambre de Patricia Troncoso dejó en evidencia una situación inadvertida hasta ahora en Chile, que se ha fraguado silenciosamente en las principales ciudades europeas durante la última década: los dirigentes y representantes de los grupos mapuches realizan un potente lobby en países como España, Holanda e Inglaterra, y han establecido alianzas formales con partidos políticos nacionalistas e independentistas, para recibir adoctrinamiento sobre la administración de territorios autónomos. Entre los “socios” de los mapuches en Europa figura Batasuna, el brazo político de la banda terrorista ETA.
Este lobby se intensificó en las últimas semanas con la masiva realización de manifestaciones en capitales europeas.
Los parlamentarios de Galicia y de Cataluña ya aprobaron mociones de “apoyo al pueblo mapuche”. Y la Alianza Libre Europea (ALE), una agrupación de partidos independentistas del Viejo Continente, quiere que el Parlamento Europeo les dé su reconocimiento oficial. La ALE presentó su solicitud a petición de dos de sus socios: la Unión Democrática Nacionalista Bretona (UDB) y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), con los cuales los mapuches firmaron recientemente acuerdos de colaboración que terminaron en la fundación de un nuevo partido político, el Wallmapuwen (Tierra Mapuche), inscrito en el Servicio Electoral, en noviembre pasado.
El diputado Bieito Lobeira, promotor de la causa indígena en el interior de BNG, explica a El Mercurio: “No hablamos necesariamente de independencia, pero sí de una estructura política propia que le permita al pueblo mapuche tomar sus propias decisiones o codecisiones con los estados de Argentina y Chile”.
BNG recomendó a los mapuches la creación del partido Wallmapuwn. Lo mismo hizo Ezquerra Republicana de Cataluña. Su dirigente, Daniel Condeminas, ha visitado varias veces La Araucanía y estuvo presente cuando se anunció la formación de Wallmapuwn.
El presidente de Wallmapuwn, Pedro Gustavo Quilaqueo, reconoció abiertamente la influencia hispana: “Si en el interior de España existe el País Vasco o Cataluña, y nadie en Chile se escandaliza mayormente, ¿por qué en Chile no podría existir un País Mapuche?”.
Wallmapuwen también apoya a los independentistas del País Vasco, incluso a los grupos más radicales, como Batasuna, el brazo político de ETA.
La huelga de hambre de Patricia Troncoso dejó en evidencia una situación inadvertida hasta ahora en Chile, que se ha fraguado silenciosamente en las principales ciudades europeas durante la última década: los dirigentes y representantes de los grupos mapuches realizan un potente lobby en países como España, Holanda e Inglaterra, y han establecido alianzas formales con partidos políticos nacionalistas e independentistas, para recibir adoctrinamiento sobre la administración de territorios autónomos. Entre los “socios” de los mapuches en Europa figura Batasuna, el brazo político de la banda terrorista ETA.
Este lobby se intensificó en las últimas semanas con la masiva realización de manifestaciones en capitales europeas.
Los parlamentarios de Galicia y de Cataluña ya aprobaron mociones de “apoyo al pueblo mapuche”. Y la Alianza Libre Europea (ALE), una agrupación de partidos independentistas del Viejo Continente, quiere que el Parlamento Europeo les dé su reconocimiento oficial. La ALE presentó su solicitud a petición de dos de sus socios: la Unión Democrática Nacionalista Bretona (UDB) y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), con los cuales los mapuches firmaron recientemente acuerdos de colaboración que terminaron en la fundación de un nuevo partido político, el Wallmapuwen (Tierra Mapuche), inscrito en el Servicio Electoral, en noviembre pasado.
El diputado Bieito Lobeira, promotor de la causa indígena en el interior de BNG, explica a El Mercurio: “No hablamos necesariamente de independencia, pero sí de una estructura política propia que le permita al pueblo mapuche tomar sus propias decisiones o codecisiones con los estados de Argentina y Chile”.
BNG recomendó a los mapuches la creación del partido Wallmapuwn. Lo mismo hizo Ezquerra Republicana de Cataluña. Su dirigente, Daniel Condeminas, ha visitado varias veces La Araucanía y estuvo presente cuando se anunció la formación de Wallmapuwn.
El presidente de Wallmapuwn, Pedro Gustavo Quilaqueo, reconoció abiertamente la influencia hispana: “Si en el interior de España existe el País Vasco o Cataluña, y nadie en Chile se escandaliza mayormente, ¿por qué en Chile no podría existir un País Mapuche?”.
Wallmapuwen también apoya a los independentistas del País Vasco, incluso a los grupos más radicales, como Batasuna, el brazo político de ETA.
En junio de 2007, Batasuna envió a su emisario Walter Wendelín a Chile. Además de participar en un encuentro organizado por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), visitó a los mapuches encarcelados en Angol.
Reynaldo Mariqueo y Rafael Railaf son los “embajadores” de los grupos mapuches en Europa. Mariqueo está al frente de Mapuche International Link, con sede en Inglaterra, y Railaf dirige la Fundación Folil, en Holanda. Ambos comparten algunos datos biográficos: salieron exiliados de Chile en la década del setenta, lucharon contra Pinochet durante los ochenta y se reconvirtieron en defensores de la causa indígena tras la instalación de la democracia.
“En el Parlamento Europeo logramos una resolución contra el gobierno argentino, por violaciones a los derechos humanos de los mapuches, y ahora estamos trabajando en otra contra el Gobierno chileno”, dice Reynaldo Mariqueo, quien se queja de “la aplicación arbitraria” de la ley antiterrorista en contra de los mapuches procesados. Railaf agrega: “También hacemos lobby ante ministerios del Parlamento Europeo, como el de Agricultura y el de Medio Ambiente, para que pongan mayores exigencias a las empresas europeas con inversiones que pueden afectar al pueblo mapuche, como las salmoneras y las forestales”.
Reynaldo Mariqueo y Rafael Railaf son los “embajadores” de los grupos mapuches en Europa. Mariqueo está al frente de Mapuche International Link, con sede en Inglaterra, y Railaf dirige la Fundación Folil, en Holanda. Ambos comparten algunos datos biográficos: salieron exiliados de Chile en la década del setenta, lucharon contra Pinochet durante los ochenta y se reconvirtieron en defensores de la causa indígena tras la instalación de la democracia.
“En el Parlamento Europeo logramos una resolución contra el gobierno argentino, por violaciones a los derechos humanos de los mapuches, y ahora estamos trabajando en otra contra el Gobierno chileno”, dice Reynaldo Mariqueo, quien se queja de “la aplicación arbitraria” de la ley antiterrorista en contra de los mapuches procesados. Railaf agrega: “También hacemos lobby ante ministerios del Parlamento Europeo, como el de Agricultura y el de Medio Ambiente, para que pongan mayores exigencias a las empresas europeas con inversiones que pueden afectar al pueblo mapuche, como las salmoneras y las forestales”.
Mariqueo y Railaf reciben asesoría de entidades internacionales no gubernamentales, como la Organización de Pueblos y Naciones sin Estado (ONPU) y Nizkor, ligada a la defensa de los derechos humanos en América latina. También mantienen una fluida relación con Amnistía Internacional, que hace pocos días organizó una conferencia de prensa en París.
“Queremos algún grado de autonomía o autodeterminación, como el que plantea la declaración de derechos de los pueblos indígenas de la ONU, o como el que tienen las comunidades autónomas de España y los países de Escocia, Gales e Irlanda”, sostiene Mariqueo, quien, en su calidad de representantes del pueblo mapuche, ha sido entrevistado hasta por la influyente BBC.
A pesar de su discurso “antiglobalización”, ambos mantienen actualizadas sus respectivas páginas web en varios idiomas. A través de su sitio en internet, la Fundación Folil también pide donaciones económicas. Es que el objetivo de los dirigentes mapuches en Europa es seguir captando el apoyo y la solidaridad de la rica y poderosa opinión pública europea, para conseguir su objetivo más preciado: la autonomía administrativa de Wallmapuwen, “la tierra mapuche”.
(Fuente: La Nación, Enfoques, 10-2-08)
“Queremos algún grado de autonomía o autodeterminación, como el que plantea la declaración de derechos de los pueblos indígenas de la ONU, o como el que tienen las comunidades autónomas de España y los países de Escocia, Gales e Irlanda”, sostiene Mariqueo, quien, en su calidad de representantes del pueblo mapuche, ha sido entrevistado hasta por la influyente BBC.
A pesar de su discurso “antiglobalización”, ambos mantienen actualizadas sus respectivas páginas web en varios idiomas. A través de su sitio en internet, la Fundación Folil también pide donaciones económicas. Es que el objetivo de los dirigentes mapuches en Europa es seguir captando el apoyo y la solidaridad de la rica y poderosa opinión pública europea, para conseguir su objetivo más preciado: la autonomía administrativa de Wallmapuwen, “la tierra mapuche”.
(Fuente: La Nación, Enfoques, 10-2-08)