En 15 años, 265 aviadores dejaron la Fuerza Aérea
Con su pericia sorprendieron al mundo durante la Guerra de Malvinas, pero muchos se preguntan hoy para qué los necesita el país. Ellos también: un flamante informe realizado por el Brigadier Rubén Montenegro -ex jefe de la Fuerza Aérea entre 1966 y 1999, titular del Centro Aeronáutico de Estudios Estratégicos y asesor del Gobierno- asegura que en los últimos 15 años pidieron la baja o el retiro voluntario para trabajar en el sector privado 265 aviadores militares, cuya formación, entrenamiento y licencias profesionales insumieron una inversión mínima de diez millones de pesos por persona. Es decir que en ese lapso el Estado transfirió a distintas aerolíneas privadas unos 2.650 millones de pesos.
“El problema es del Estado, no de la Fuerza Aérea”, advierte Montenegro. “Antes era impensable dejar la fuerza. En mi promoción éramos 65, y sólo habrán renunciado cinco o seis. Además las líneas aéreas tomaban muy buenos pilotos civiles, que se entrenaban en los aeroclubes. Hoy quedaron pocos instructores, y sumar horas para obtener licencias es muy caro, Por eso las aerolíneas tientan a los pilotos militares, bien formados y con sueldos bajísimos”.
(...) con la partida de 28 aviadores, sólo en el 2007 se fue la misma cantidad de gente que entre 2002 y 2006. La calculadora de Montenegro, además, dice que por esas bajas el Estado perdió unos 260 millones de pesos, equivalentes, por ejemplo, al presupuesto de la Secretaría de Cultura para tres años. “Y si no se hace algo habrá que prepararse para más partidas”, augura el brigadier.
[opina un joven aviador] “Las cuentas son demoledoras. Yo estoy casado, tengo dos hijos, no paro de estudiar, volar y especializarme, y cobro 1.700 pesos. No me alcanza para comer, lo digo con tristeza. Ahora dicen que nos pasarían a un básico de 3.000; ojalá, así se podría respirar. Mientras, afuera, un trabajito como copiloto se paga 7.000 pesos. El año pasado se fue un vicecomodoro que era jefe de escuadrón de F-18, y como comandante de una línea civil pasó a cobrar 17.000 pesos”.
(Clarín, 3-2-08)
Con su pericia sorprendieron al mundo durante la Guerra de Malvinas, pero muchos se preguntan hoy para qué los necesita el país. Ellos también: un flamante informe realizado por el Brigadier Rubén Montenegro -ex jefe de la Fuerza Aérea entre 1966 y 1999, titular del Centro Aeronáutico de Estudios Estratégicos y asesor del Gobierno- asegura que en los últimos 15 años pidieron la baja o el retiro voluntario para trabajar en el sector privado 265 aviadores militares, cuya formación, entrenamiento y licencias profesionales insumieron una inversión mínima de diez millones de pesos por persona. Es decir que en ese lapso el Estado transfirió a distintas aerolíneas privadas unos 2.650 millones de pesos.
“El problema es del Estado, no de la Fuerza Aérea”, advierte Montenegro. “Antes era impensable dejar la fuerza. En mi promoción éramos 65, y sólo habrán renunciado cinco o seis. Además las líneas aéreas tomaban muy buenos pilotos civiles, que se entrenaban en los aeroclubes. Hoy quedaron pocos instructores, y sumar horas para obtener licencias es muy caro, Por eso las aerolíneas tientan a los pilotos militares, bien formados y con sueldos bajísimos”.
(...) con la partida de 28 aviadores, sólo en el 2007 se fue la misma cantidad de gente que entre 2002 y 2006. La calculadora de Montenegro, además, dice que por esas bajas el Estado perdió unos 260 millones de pesos, equivalentes, por ejemplo, al presupuesto de la Secretaría de Cultura para tres años. “Y si no se hace algo habrá que prepararse para más partidas”, augura el brigadier.
[opina un joven aviador] “Las cuentas son demoledoras. Yo estoy casado, tengo dos hijos, no paro de estudiar, volar y especializarme, y cobro 1.700 pesos. No me alcanza para comer, lo digo con tristeza. Ahora dicen que nos pasarían a un básico de 3.000; ojalá, así se podría respirar. Mientras, afuera, un trabajito como copiloto se paga 7.000 pesos. El año pasado se fue un vicecomodoro que era jefe de escuadrón de F-18, y como comandante de una línea civil pasó a cobrar 17.000 pesos”.
(Clarín, 3-2-08)