Lo dijo el especialista en geopolítica, Carlos Pereyra
Mele, en relación a la decisión de mudar el Centro de Control Aéreo Comodoro
Rivadavia a la ciudad de Córdoba. Además, se perderían 35 fuentes laborales.
Esteban Schoj
Tiempoar.com,
12 de Junio de 2017
La decisión de la Empresa Argentina de Navegación
Aérea (EANA), dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación, de
trasladar el Centro de Control Aéreo Comodoro Rivadavia de la ciudad patagónica
a Córdoba, en diciembre próximo, no sólo afectaría la continuidad laboral de
las 35 personas que trabajan en ese organismo, sino que supone el riesgo de
perder el control de la soberanía en el Atlántico Sur desde un punto de vista
geopolítico y geoestratégico.
Y aunque fuentes oficiales aseguran que la decisión se
debe al tipo de equipamiento empleado para contactarse con los vuelos que
utilizan esas rutas del Atlántico Sur (en Comodoro las comunicaciones son
mediante la utilización de equipos HF y en Córdoba podría ser con fibra
óptica), la vigilancia del espacio aéreo de la zona antártica y las Islas
Malvinas perdería efectividad.
Según consignó el portal web El Patagónico, cuya
fuente pidió resguardar su identidad, el proyecto que pretende implementar la
EANA “tiene previsto que el control aéreo se haga de la misma manera que ahora,
pero se sabe que esto no es posible, sobre todo por las comunicaciones”. Luego,
la fuente amplió: “Lo problemático es cuando se cortan las comunicaciones:
desde Comodoro se pueden restablecer más rápido mientras que en Córdoba sería
más difícil porque allí tienen complicaciones permanentemente y todo depende de
la comunicación que uno tenga con el piloto. No hay ninguna garantía de que se
pueda realizar desde un lugar tan lejano. En Comodoro, cuando tenés problemas
con las comunicaciones, se utiliza otro equipo HF que en Córdoba no usan porque
tampoco pueden tener un alcance tan alejado”.
En diálogo con Tiempo, el licenciado en ciencia
política y especialista en geopolítica suramericana, Carlos Pereyra Mele,
explicó algunas de las consecuencias que podría acarrear la efectivización de
ese traslado. “En Comodoro Rivadavia está el control de tránsito aéreo. Desde
allí se monitorean los vuelos civiles de todo el Atlántico Sur hasta un punto
intermedio entre Argentina y Sudáfrica, pero a la altura de la Patagonia. Ese
control de tránsito aéreo se trasladaría a Córdoba, lo que demuestra que desde
lo geopolítico no tenemos plan estratégico sobre qué hacer con el tema
Malvinas, Atlántico Sur y Antártida”.
Pereyra Mele también destacó que “nada sobre la
Patagonia debe analizarse desde lo económico porque no cierra ninguna ecuación
en esa dirección”, y en ese sentido expresó que “es necesario ver esta
situación como nuestra proyección continental hacia el mar, porque además es
nuestra proyección sobre el nuevo continente a explotar”. Y finalmente alertó:
“La Antártida será un lugar de conflicto por su explotación y aquí tenemos cero
programas de qué hacer”.
En consonancia con Pereyra Mele, la Asociación del
Personal Técnico Aeronáutico (APTA) se pronunció en rechazo a esta decisión a
la que consideró “inconsulta y arbitraria” y emitió un comunicado en el que
asegura que el traslado del Centro de Control Aéreo “originará daños laborales
y económicos irremediables para sus trabajadores y lesionará nuestra soberanía,
como nuestro desarrollo geoestratégico en la Patagonia, Islas Malvinas e Islas
del Atlántico Sur”.
“Dicho centro no solo supervisa y vigila el tránsito
aéreo sino que, además, constituye una presencia que demuestra el ejercicio de
nuestra soberanía en esta tan amplia y sensible zona del territorio aéreo,
continental y marítimo argentino”, agregó el comunicado.
Fuentes de trabajo en riesgo
El traslado de la base, que tiene jurisdicción desde
Bahía Blanca a Islas Malvinas, afectaría de manera directa a 35 trabajadores y
a sus familias, que deberán optar entre dejar su fuente laboral, ser
transferidos a la Torre de Control o mudarse a Córdoba.
En esa línea también se expresó la APTA: “En el plano
profesional y laboral esta decisión ha generado una gran incertidumbre en los
trabajadores del Centro Comodoro Rivadavia en particular, pero también a los
integrantes de los Servicios de Navegación Aérea de la Argentina, dado el grave
precedente que establecería el cierre del Centro. Los trabajadores estarán
obligados –para mantener su continuidad laboral y su carrera profesional– a
desarraigarse con toda su familia o a hacerlo ellos solos que es aún peor. Caso
contrario, deberán realizar tareas que no han elegido y carecen de vocación, en
la que no se han capacitado y en las que no poseen experiencia alguna”.
Según se supo, la EANA les propuso a los trabajadores
tres alternativas: trasladarse a Córdoba, donde deberán pagarse el alquiler
(con una indemnización de 150 mil pesos); desvincularse de la empresa o ser
trasladados a la Torre de Control del Aeropuerto Internacional General Enrique
Mosconi, donde habría personal excedente. Todas estas propuestas fueron
rechazadas por los empleados que sostienen que con el traslado se está violando
el Convenio Colectivo de Trabajo que garantiza su estabilidad laboral. Además,
la semana pasada, el senador nacional Alfredo Luenzo presentó un pedido de
informe al Poder Ejecutivo Nacional y los trabajadores esperan la intervención
del gobernador de Chubut, Mario Das Neves.