revelan nuevos detalles del día en que
apareció el cuerpo
Daniel Santoro
Clarín, 3-11-17
Dos nuevos análisis realizados sobre el cuerpo de
Santiago Maldonado señalan que el plancton encontrado en su cuerpo “era del río
Chubut” y que los desprendimientos y arrugas de la piel abonan la teoría de que
estuvo más de “dos meses bajo el agua”, revelaron a Clarín fuentes judiciales.
El juez federal Gustavo Lleral, quien el 20 de octubre
había revelado que el cadáver “no presentaba lesiones”, y las partes de la
causa recibieron en los últimos días copias de los análisis de diatomeas (micro
algas), entomológico (correspondencia del lugar del hallazgo del cuerpo y
posible escena secundaria). También recibieron o están por recibir el análisis
histopatológico, a cargo de los médicos forenses de la Morgue Judicial, que
determinará el tiempo de permanencia en el agua, análisis de cortes dérmicos y
daño en pulmón por sumersión.
Pero para determinar finalmente cuáles fueron las
causales de la muerte y si el cuerpo hipotéticamente fue “plantado”, falta que
los peritos entreguen el análisis llamado palinológico -que lo prepara el
laboratorio de geología forense de la policía bonaerense- que es la
determinación de la coincidencia del lugar del hallazgo y la escena del
fallecimiento. En las fuentes judiciales se estima que a principios de la
segunda semana de noviembre, el juez Lleral estará en condiciones de llegar a
una conclusión definitiva y dar a conocer los resultados de todos estos
análisis.
Por lo pronto, el análisis de diatomeas realizado en
la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA señaló que “el plancton
que había en la médula ósea de Maldonado corresponde al plancton que habita el
río Chubut” a esa altura, precisaron las fuentes. El plancton son organismos
vegetales o animales de pequeñas dimensiones que se encuentran en suspensión en
el agua del mar o de los ríos. En cuanto al tiempo de permanencia en el agua
-Maldonado estuvo desaparecido 78 días- las fuentes señalaron que los resultados
abonan la teoría que el cuerpo “estuvo más de dos meses en el río Chubut”,
aunque aún no se tiene una fecha exacta. “Todo indica que ningún ser humano
tocó el cadáver”, precisaron las fuentes, lo que de ser cierto aleja la
hipótesis de que el cuerpo estaba en otro lugar y fue “plantado” antes de ser
encontrado el 17 de octubre (Ver aparte).
En una declaración testimonial los buzos de prefectura
que encontraron el cuerpo flotando “en posición fetal boca abajo” -como la
mayoría de los ahogados- en el río Chubut a unos diez metros aproximadamente
del llamado “punto cero” (la parte más baja del cauce) informaron que se
encontraba “frenado” por las ramas de un árbol que crece en forma vertical en
un pozo de unos 2,40 metros de profundidad. El pozo está, a su vez, separado de
la orilla por decenas de ramas o raíces de sauces que crecen a la vera del río
Chubut. El cálculo de la altura se basa en que los buzos, que tienen una altura
de 1,70 no podían hacer pie en el lugar ni siquiera sobre sus patas de rana que
tienen otros 30 centímetros.
Los buzos tenían en la cabeza una cámara submarina
(marca Go pro) pero el juez Lleral les quitó la memoria para que no se filtran
fotos del momento del hallazgo y las guardó en su oficina bajo secreto de
sumario.
Mientras rescataban el cuerpo aquel día un grupo de
mapuches les gritaban desde la orilla “mentira, allí no hay ningún cuerpo”. Es
cierto que por lo frondoso de las ramas es muy difícil ver desde las orillas.
Según las fuentes, los gendarmes que persiguieron a los mapuches el 1° de
agosto luego de despejar el corte de ruta estuvieron unos 10 o 15 metros más
abajo. Por ese lugar pasaron los mapuches que sí sabían vadear el río, a
diferencia de Maldonado que tampoco sabía nadar. La ropa y los borceguís
mojados le dieron 31 kilos más de peso a Maldonado. Se investiga si Maldonado,
además de la tonza retráctil (como la que usan los karatecas) llevaba algún
otro elemento en las manos.
Para los buzos la versión del llamado testigo “E”
según la cual el joven artesano le dijo: “Siga usted peñi, no puedo más, yo me
vuelvo” no sería verdad. Si en ese momento, Maldonado se estaba ahogado se
hubiese aferrado con desesperación a la mano del testigo “E”. Los ahogados
muchas veces arrastran a quienes intentan salvarlos.
En estos análisis también se estudia si podría
tratarse de una muerte causada por hipotermiaya que el agua del río Chubut
tiene una temperatura de entre 2 y 5 grados centígrados.
La autopsia del 20 de octubre fue realizada conforme
al llamado “Protocolo de Minnesota” y se firmó “con plena conformidad de todo
lo observado, abarcando conanuencia de todas las partes” que participan de la
investigación judicial. Ese protocolo está recomendado internacionalmente para
trabajar con casos donde existe presunción de ejecución y en el que pudieran
estar involucrados funcionarios del Estado.
Durante el examen de las ropas que vestía Maldonado al
momento de su muerte, además de la campera celeste, se halló “una tonfa
metálica retráctil” junto a un cuello polar que podría ser usado a manera de
pasamontañas y un par de lentes ahumados.
El DNI de Maldonado, que Clarín reveló en exclusiva,
estaba en el bolsillo de su pantalón pero a la morgue judicial habría llegado
en una bolsa con otros elementos personales como la tonfa. El joven tenía
puesto un pasamontañas con dibujos de calaveritas y una bufanda enrollados en
el cuello. Con rayos X se investigó si había sido ahorcado, pero la radiografía
lo descartó, indicaron las fuentes consultadas.
El único que manipuló el cuerpo durante la autopsia
fue el tanatólogo de la Corte, Roberto Cohen, pero bajo la observación de más
de 50 peritos de todas las partes y otros 30 que esperaban afuera. El juez y la
fiscal pidieron máximos controles para que no se repitan los escandalosos
errores de la autopsia del cuerpo del ex fiscal Alberto Nisman hecha en el
2015. De la autopsia participaron "más de 50 personas en la sala, entre
ellas veedores y peritos de parte, y 30 personas fuera de la sala", según
precisó el magistrado al término del procedimiento, que se extendió durante más
de doce horas.
El estudio estuvo a cargo de los peritos del Cuerpo
Médico Forense de la Corte, de dos integrantes del respetado internacionalmente
Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF, especializado en reconocer
cuerpos de desaparecidos durante la dictadura), el especialista en antropología
forense Carlos Somigliana, el médico forense Luis Bosio, y el perito
papiloscópico de la Prefectura Naval Argentina Pedro Salas, entre otros.
Toda la autopsiafue filmada con audioa través de dos
cámaras de video, una fija y otra móvil, como asimismo la extracción de placas
fotográficas a través de una sola máquina de fotos del Cuerpo Médico Forense de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El juez y los peritos dejaron afuera
sus teléfonos celulares para evitar filtraciones. En el caso de Nisman, el
video por ejemplo no tenía audio.
Solo con esos exámenes finales, si confirman la teoría
del ahogamiento, se cambiaría la carátula de la causa a muerte dudosa y se
podría investigar a varios mapuches, como Matías Santana quien afirmó haber
vistos a los gendarmes llevarse a Maldonado, por falso testimonio, entre otros.
Después de que se conozcan los informes finales, sectores del Gobierno preparan
una serie de denuncias penales contra aquellos que, a su criterio, “plantaron
pistas falsas y mentiras” para instalar la idea de que era una desaparición
forzada.