Andrés Krom
LA NACION, 5-11-17
Algunas notas sobre Estonia: país en la región báltica
del norte de Europa, alrededor de 1,3 millones de habitantes distribuidos en
una superficie de 45.000 kilómetros cuadrados que abarca su territorio
continental y más de 2000 islas e islotes. Quizá menos conocido por estos lados
es que esta pequeña nación, que estuvo bajo control soviético entre 1944 y
1991, es una pionera global en la modernización del Estado. A través del
programa e-Estonia, ha digitalizado desde el pago de impuestos hasta el voto.
Andrus Ansip, actual vicepresidente de la Comisión
Europea a cargo del Mercado Único Digital (el sector a cargo de crear políticas
en materia de telecomunicaciones, comercio electrónico y marketing digital),
fue primer ministro de Estonia entre 2005 y 2014, cuando fue lanzada buena
parte de los procesos que dieron fama internacional a su país . De visita en
Buenos Aires para participar del congreso de la Unión Internacional de
Telecomunicaciones (ITU), Ansip charló con LA NACION sobre cómo se puede
trabajar en modernizar el Estado y qué beneficios pueden generarse.
"Los servicios públicos digitales son más
eficientes y transparentes que los tradicionales", dijo el europeo, quien
destacó que "no todos serán muy felices con estas soluciones, porque no
son el mejor ambiente para la corrupción, ya que las personas comunes y las
empresas son tratadas de la misma manera."
En la misma línea, Ansip aseguró que "a través del
gobierno electrónico la gente puede estar mejor informada y más motivada a
participar de los procesos de toma de decisiones". Y sentenció: "Con
la implementación de servicios públicos digitales podemos fortalecer la
democracia en nuestros países".
En Estonia, el 99% de la gestión de los servicios
públicos han sido digitalizados y la mayoría de las veces no es necesario que
las personas asistan a una oficina estatal para completar sus trámites. Por
eso, la revista de tecnología Wired la definió como "la sociedad digital
más avanzada del mundo" y el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales
(DESI) la destaca año a año entre las más evolucionadas de Europa.
El corazón de la estrategia estonia es la identidad
digital lanzada en 2001, que abarca una tarjeta física que tiene un chip con
información encriptada de su dueño, además de credenciales virtuales que se
pueden utilizar para acceder a todos los servicios electrónicos que ofrece el
país, como operaciones bancarias y la renovación del carnet de conducir.
"La identidad digital es la base de la historia de éxito de Estonia; los
distintos proveedores de servicio no tienen que crear identidades nuevas para
sus clientes, está protegida por el gobierno y podés confiar en ella",
afirmó Ansip.
Uno de los principales avances que vinieron atados a
este desarrollo en el país es el de las firmas digitales, que se emplean 1,3
millones de veces por semana en distintos trámites, ahorrando tiempo y dinero a
la administración. "Nos dimos cuenta de que gracias a esto ahorramos una
semana laboral por persona al año, que equivale al 2% de nuestro PBI",
dijo Ansip.
De hecho, el lanzamiento de un sistema de identidad
digital es una de las prioridades que tiene el Ministerio de Modernización
argentino. A finales de septiembre, Andrés Ibarra , titular de esa cartera,
reveló en el marco del evento Negocios del Futuro, organizado por LA NACION,
que estaban trabajando en el desarrollo de una solución similar a la de
Estonia.
Ansip, en su calidad de vicepresidente de la Comisión Europea
a cargo del Mercado Único Digital, se reunió con Ibarra durante el encuentro de
la ITU en Buenos Aires. "Tuvimos una buena reunión -afirmó-. El Gobierno
está prestando atención a el despliegue de soluciones digitales en el
país".
"Veo que podemos profundizar la relación entre la
Unión Europea y la Argentina", añadió. Y pidió explorar las oportunidades
para coordinar globalmente acciones en los tópicos de ciberseguridad,
certificación de estándares, flujo de datos y armonización de espectro radioeléctrico,
entre otros temas.
En ese sentido, evaluó que sería positivo que el
Mercosur avanzara en la creación de un mercado único digital propio. "La
cooperación regional es siempre buena y beneficiosa para todos. Estoy bastante
seguro de que vivir solo no es la solución, tenemos que compartir la vida con
alguien. Con los países, pasa lo mismo".