Por
Héctor GIULIANO (30.10.2017)
El pasado 23.10, durante una
conferencia de prensa, el presidente Macri fue preguntado acerca de si el gobierno seguirá tomando deuda o no
después de las elecciones del día anterior y su contestación textual sobre este
punto concreto fue la siguiente:
De esto ya hemos
hablado bastante, mientras la Argentina tenga déficit fiscal como tiene va a
seguir teniendo que tomar deuda porque tenemos un compromiso central que
compartimos, como dije anoche, que es reducir la pobreza, y el primer camino
para reducir la pobreza es bajar la inflación que es lo que más afecta a
aquellos que menos tienen, con lo cual si uno no va a financiar el déficit con
inflación lo tiene que financiar con deuda; es algo que como todos sabemos no
podemos hacer eternamente. Por eso es tan importante seguir avanzando en esta
reducción gradual del déficit fiscal que es un compromiso que asumimos desde el
primer día y parte de lo que vamos a hacer de acá a fin de año es aprobar en el
Congreso de la Nación un presupuesto que comprometa una reducción del déficit,
que el año que viene debería ser menor al 3,2 (se refiere al
porcentaje sobre PBI).
Estas
declaraciones presidenciales plantean una poco clara y muy discutible
interpretación acerca de la relación entre Deuda y Pobreza ya que, según tal
razonamiento, la Deuda Pública se necesita para cubrir el Déficit Fiscal y este
endeudamiento, a su vez, sería parte de un objetivo central de reducción de la
Pobreza a través de menor Inflación.
La
teoría de la necesidad de la Deuda para sufragar el Déficit del Estado
Argentino es hoy, sin embargo, tan
inconsistente como contradictoria porque – por un lado - soslaya que la Deuda
es también causal de Inflación (por sus efectos directos como Gasto Público y
por el aumento del piso de las Tasas de Interés del Mercado) y porque – por
otro lado – omite decir que el problema de la refinanciación de los
vencimientos de Capital y el pago creciente de sus Intereses son la principal
causa de ese Déficit, que se cubre y retro-alimenta justamente con más Deuda.
Deuda y Déficit
Fiscal
El
presidente Macri afirma que la Argentina va a tener que seguir tomando Deuda
mientras tenga Déficit Fiscal cuando el principal componente explicativo de ese
déficit es la Deuda y sus Intereses.
La
Argentina no paga un centavo por vencimientos de la Deuda por Capital o
Principal sino que renueva íntegramente sus compromisos y además aumenta en
forma sistemática su stock con nuevas deudas que no tienen demostración alguna
de capacidad de repago, de modo que el saldo de la Deuda Total aumenta
indefinidamente y cada vez se pagan más intereses.
Estos
Intereses – que se pagan como parte del Gasto Corriente del Estado –
constituyen hoy el principal rubro del
Gasto Público: suman 319.500 M$ en 2017 y pasan a 406.500 M$ en 2018.[1]
Y
este incremento sistemático de los intereses pesa cada vez más sobre el Gasto
Total y lo hace a un ritmo y proporción más altos que el resto de las
erogaciones fiscales.
Según
las proyecciones oficiales actualizadas para el 2017 se estima un déficit
fiscal de 719.000 M$[2]
(633.800 M$ de déficit por resultado Financiero más 95.200 M$ de intereses que
se capitalizan por anatocismo[3])
y para el 2018 ese déficit total pasa a ser de 804.400 M$ (681.800 más 122.600
respectivamente).
Es
decir, que el gobierno Macri no disminuye sino que aumenta en valor absoluto el
monto del Déficit del Estado.
Y
este resultado financiero se produce con y sin el anatocismo de los intereses.
Este
anatocismo – que se resta de las informaciones oficiales sobre Déficit Fiscal
porque pasa a convertirse en deuda adicional por Capital – representa hoy el 30
% de los Intereses a Pagar: casi un tercio de los servicios totales por este
concepto.
Lo
que revela la gravedad de un Estado Deudor que no solamente no puede pagar y
refinancia íntegramente las obligaciones de Capital a su vencimiento sino que
ni siquiera puede cubrir la totalidad de los intereses respectivos.
Tenemos
así que – tomando como base los datos del Presupuesto 2018 y sus estimaciones
para lo que resta del 2017 – los Intereses de la Deuda Pública explican el 44.4
% del Déficit Fiscal del corriente ejercicio (319.500 / 719.000 M$) y pasan a
ser más de la mitad para el año que viene (50.5 %: 406.500 / 804.400 M$).
Ergo,
lo que el presidente Macri está diciendo en la práctica es que su gobierno va a
seguir tomando Deuda Pública mientras el país tenga déficit fiscal pero ese
déficit va a continuar existiendo indefinidamente porque la gran mayoría de tal
déficit es producido precisamente por los Intereses de la Deuda.
Deuda y Pobreza
Una
segunda afirmación importante del presidente es tan notable como la primera:
que tenemos que seguir tomando Deuda para cumplir un objetivo central de
reducir la Pobreza.
Para
ello Macri dice que el primer camino para bajar la pobreza es bajar la
Inflación y que como ésta es causada por la Emisión Monetaria el Déficit Fiscal
tiene que ser financiado con Deuda.
Más
este razonamiento conlleva tres errores de pre-concepto concurrentes:
- El primer error
es que la emisión de dinero no produce Inflación per sé sino según el destino cualitativo de tales emisiones;
porque no es lo mismo imprimir billetes para financiar gasto público
improductivo – como son los Intereses que se pagan sobre la Deuda
Financiera del Estado – que hacerlo para financiar con recursos monetarios
propios Obras Públicas y/o de Infra-estructura, que generan Producción y
Trabajo.
Tal concepción monetarista de la
Inflación se contrapone a la Teoría Cualitativa de la Moneda – formulada hace décadas
por el profesor Walter Beveraggi Allende – según la cual el efecto
inflacionario de la emisión monetaria no depende del origen fáctico de la
emisión sino del destino de los fondos que son objeto de esa emisión de dinero
por parte del Estado.
- El segundo error
es que la falta de Trabajo y el aumento de la Pobreza no dependen tanto de
la Inflación ni del Déficit Fiscal como de los planes de ajuste recesivos
que los gobiernos llevan a cabo para cubrir el problema de su Deuda
Pública, por Capital e Intereses, como ocurre en nuestro caso.
- Y el tercer
error es que, siguiendo incluso parte del razonamiento oficial al
respecto, la Deuda – como principal factor de crecimiento del Gasto
Público – es hoy el primer condicionante del Déficit Fiscal; ese mismo
déficit que el gobierno Macri utiliza como argumento del mayor
endeudamiento del Estado y como excusa para vincularlo como paliativo de
la Pobreza.
El
aumento del Gasto Público y el Déficit Fiscal así como el incremento de la
Inflación y la Pobreza no son la causa determinante de los problemas
económico-financieros de la Argentina actual sino el producto inexorable de un
Sistema de Deuda Perpetua que se mantiene como Política de Estado.
Con
el agravante que el presidente Macri, en un intento de justificar su Política
de Gobernar con Deuda, pretende plantear que la alternativa de emisión
monetaria sin respaldo es peor que su irresponsable Política de Endeudamiento
Público en gran escala sin la más mínima capacidad de repago.-
[1] Los Intereses de la Deuda
para el 2018 – según el Proyecto de Ley (PL) enviado al Congreso – constituyen
el 15 % del Gasto Público Total pero son, en realidad, el 28 % del Gasto de la
Administración Central, que es la que verdaderamente carga con el pago de estos
intereses, lo que equivale a decir que casi 1 de cada 3 pesos que se gasta
corresponde al servicio de Intereses.
[2] Las abreviaturas M$/MD
significan Millones de Pesos/Dólares respectivamente y se expresan siempre con
redondeo, por lo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria
de términos.
[3] El anatocismo es la capitalización de
intereses devengados y no pagados, que se transforman así en Capital y generan
consecuentemente nuevos intereses en función del Interés Compuesto. Ello
significa que el deudor – en este caso el Estado Argentino – no puede cubrir la
totalidad de los intereses a pagar y
procede entonces a refinanciar una gran parte de los mismos vía capitalización.
El anatocismo, bajo estas condiciones, es sinónimo de la Usura.