la Armada sabía que el San Juan fue
reparado con material inadecuado
Nicolás Wiñazki
Clarín, 17-12-17
Junto a parte de su equipo, el viernes por la mañana
la diputada Elisa Carrió presentó ante la Justicia una demanda donde acusa a
ministros del área de Defensa de hechos de corrupción cometidos durante la era
K. No cualquier hecho: acciones y omisiones graves durante la reparación del
hoy perdido submarino San Juan.
El mismo viernes, pero por la noche, el almirante
Marcelo Srur fue desplazado de la jefatura de la Marina. Esta decisión del
ministro de Defensa, Oscar Aguad: ¿está vinculada con la presentación judicial
de Carrió? Al menos en un documento, sí: uno que compromete a Srur. Es el informe
de una inspección técnica del submarino, a cargo de la propia Armada, y con
fecha del 20 de diciembre de 2016. Un año atrás. El documento al que accedió
Clarín estaba en conocimiento de Srur. Pero en el Gobierno lo detectaron hace
poco. Otros informes de la Armada contradicen a esta auditoría anterior. Esta
situación fue una de las razones por las que Aguad decidió desplazar al
Almirante Srur como jefe de la fuerza. Todos esos informes serán parte de la
investigación interna impulsada por el ministro que investiga qué pasó con el
submarino.
El informe lleva la calificación de “Secreto” pero
integraría el conjunto de pruebas sobre posibles desmanejos en la Marina que
aportó Carrió a la Justicia. Hace treinta y un días que el San Juan no aparece.
Perdió contacto con tierra después de que su comandante avisara de que la nave
había sufrido una avería. Llevaba a bordo a cuarenta y cuatro tripulantes. En
su informe de diciembre de 2016, la Marina describe así el estado de ese buque
de sumersión de guerra: “Las deficiencias encontradas en el equipamiento del
ARA San Juan dificulta su alistamiento para cumplir con los planes de rigor”.
En el mismo informe, la Marina señala que el San Juan no contaba con las
herramientas básicas para socorrer a ningún posible herido en su navegación
marítima. La Justicia deberá determinar si esos elementos se incorporaron
durante 2017 al submarino. O no.
Informe secreto: la Armada sabía que el San Juan fue
reparado con material inadecuado
El ministro de Defensa, Oscar Aguad (derecha), pasó a
retiro del jefe del Estado Mayor General de la Armada, almirante Marcelo Srur
(Izq.), en el marco de una investigación abierta tras la desaparición del
submarino ARA San Juan. Ana Garelli
Fuentes gubernamentales aseguran que es muy probable
que algunas de las deficiencias de material básico que no tenia el San Juan
pudo ser comprado durante el ultimo año. Pero los problemas de fondo, como el
material inadecuado con el que fue sospechosamente reparado, se intentó ocultar
a la Casa Rosada.
A lo anterior se suman otros datos impactantes, si se
atiende lo que le había pasado al San Juan de acuerdo al último reporte que
pudo mandar su comandante. Hace un año, el documento oficial “secreto”
detallaba que el submarino presenta “limitación en la vida útil de las
baterías”. Fueron esos reservorios de energía los que, según el capitán de
fragata Pedro Martín Fernández, al mando del submarino, fallaron. Las baterías
podrían haber iniciado una explosión u algún otro tipo de falla masiva.
El documento “secreto” de la Armada navega sobre otras
variables del submarino. Una de ellas, central para la denuncia de la diputada
Carrió: ¿Cómo fue la reparación del San Juan durante los años 2008 y 2014? La
propia Armada se sincera en su informe: el tiempo de los arreglos se alargó y
los arreglos terminaron mal hechos. “Durante las reparaciones de media vida se
utilizaron materiales no adecuados o de baja calidad en sistemas sometidos a la
acción del agua de mar y presión hidroestática”, describe el documento de la Marina
al que accedió Clarín.
A través de sus subordinados, las autoridades navales
siempre estuvieron informadas de que aquellos “arreglos” -que no fueron en
verdad tales- generaron al San Juan “averías y situaciones de emergencia para
la unidad” durante el último año.
En la denuncia judicial presentada por Carrió, se pide
que se investigue el proceso de “reparación de media vida” del San Juan. Los
principales acusados son quienes estuvieron al frente del ministerio de Defensa
durante aquellos años K cuando el submarino hoy siniestrado fue arreglado no
sin un defasaje de varios años de acuerdo a lo estipulado por el Estado y sus
contratistas. La denuncia pide investigar a la ministra Nilda Garré, a su jefe
de Gabinete en el Ministerio de Defensa (que también era su hermano, Raúl
Garré) y a quien reemplazó a Garré en el cargo, Arturo Puricelli. También pide
la denuncia de Carrió que se investigue al sucesor de Puricelli y último
ministro de Defensa K, Agustín Rossi, hoy jefe del bloque de diputados K.
No son ni escasos ni aislados los delitos por los que
la diputada Carrió y su equipo pidieron a la Justicia que se investigue a los
antiguos funcionarios K. Son los de administración fraudulenta en perjuicio de
la administración pública, cohecho (coimas), tráfico de influencias,
malversación de caudales públicos, peculado, abuso de autoridad e
incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La denuncia terminó, por sorteo, en el juzgado de
Sergio Torres, y en la fiscalía de Andrea Mangano. La presentación judicial del
equipo que lidera Carrió también añade un pedido de pesquisa judicial para los
responsables de los organismos que se encargaron de realizar los “arreglos” de
“media vida” del submarino. Según indican las leyes, esos trabajos debían
hacerse cumpliendo las normas de transparencia en el uso de fondos públicos. Y
en tiempo y forma.
Según la información incluida en la denuncia de
Carrió, quedaría a la luz que ninguna de esas tres variables fue atendida por
el Estado K. Así lo habría confirmado un año atrás la Armada en su “inspección”
al San Juan.
La denuncia también solicita que se investigue a “las
autoridades de la Armada Argentina” que participaron de esa trama. En el
escrito que ahora analizará al juez Torres, Carrió y el resto de los denunciantes
incluyeron un párrafo que dice que “más allá de las especulaciones que puedan
hacerse” sobre la desaparición del San Juan, “ha comenzado a trascender
información respecto al aparente mal estado en el que se podría encontrar” esa
nave. El arreglo de “media vida” del San Juan se extendió mucho más de lo
pactado con las empresas que lo realizaron: desde el 2008 al 2014.
El que será el documento clave en la investigación, el
informe secreto de la Armada de diciembre de 2016, advierte sobre varias
deficiencias específicas que en aquel entonces presentaba el submarino. Por
ejemplo, que existía “una entrada de agua por el interior de los cables Loop en
el cuarto de la radio”. O que ni siquiera contaba a bordo con las “señales
pirotécnicas” de pueden usar los submarinos si entran en emergencia. Sí contaba
con dos balizas, pero “obsoletas”, y “cuya frecuencia de emisión no es
compatible con el actual sistema de comunicaciones”.
En el “documento secreto” de la Armada se consignaba
por qué el submarino seguía funcionando, pese a todas la fallas marcadas en
aquel momento: “Se pudo constatar que el Comando de Fuerza de Submarinos está
realizando lo humanamente posible con los recursos asignados”.
La denuncia de Carrió incluye también un informe de la
Sindicatura General de la Nación (SIGEN), firmado en mayo de 2016, donde la
actual administración llegó a la conclusión de que los arreglos del San Juan
hechos en los talleres de Tandanor “no habían sido del todo eficientes dadas
las demoras ocurridas que insumieron cinco años cuando la previsión inicial era
solo de dos”. También ponía la SIGEN de manifiesto que hay “un significativo
defasaje financiero entre el monto inicial proyectado para la obra y el real
incurrido por todas las tareas adicionales que fueron agregadas…”. Por sobre
todo, se explica que los tres años de retrasos en el “arreglo” del San Juan
“afectaron los plazos de garantías sobre los trabajos realizados por otros contratistas…”.
Una de las empresas contratadas para, supuestamente,
solucionar los desperfectos del submarino San Juan se llama Ferroestaal. En un
juzgado de Munich, Alemania, directivos de esa empresa admitieron ante la
Justicia de su país que habían pagado sobornos para ganar contratos con el
Ministerio de Defensa y la Armada Argentina.
Cuando la nave terminó de repararse tras las demoras
antes mencionadas, la entonces presidenta Cristina Kirchner encabezó un acto
para anunciar que el buque de guerra volvería al mar. Fue en 2011. Informó que
el submarino tendría una “sobrevida de treinta años”. Y comunicó que pronto lo
que llamó “pato al agua”, estaría “funcionado”.
El A.R.A San Juan, con sus cuarenta y cuatro hombres a
bordo, ya no existe más.