EL ARSAT 1 SÓLO FUNCIONA AL 5%
Seprin, 19 NOV, 2015
El Arsat 1 y el 2 son partes integrantes de las mística kirchnerista. Cristina los presentó a ambos en medio de grandes actos y sus lanzamientos fueron acontecimientos mayores en el seno del gobierno. Además, se cuelan en casi todos los discursos como ejemplo del avance impulsado por el oficialismo.
El objetivo de los satélites es actuar como repetidor de señales de telefonía, internet y video. Para ello fueron puestos en órbita en una posición que favorezca al territorio argentino. Además, se supone que permitirán el ahorro de unos de 25 millones de dólares anuales en gastos a empresas de telecomunicaciones extranjeras.
Tan grande se volvió el satélite nacional en el relato K que hasta le dedicaron un documental: “Arsat 1 – A la altura de las estrellas”, que fue realizado como coproducción del Ministerio de Educación, canal Encuentro y contó con apoyo del Incaa.
El documental muestra cómo fue el proceso de fabricación del satélite y el trabajo que le dedicaron los técnicos e ingenieros involucrados. Son unos 67 minutos de película que, además, ahondan en los desafíos y expectativas del proyecto
Sin embargo la realidad es otra: el Arsat 1 funciona sólo al 5%, por lo tanto, no se encuentra en condiciones de realizar transmisiones satelitales ni de transmitir televisión digital.
Néstor con el ARSAT y los delirios de Cristina:
Estos datos fueron difundidos por el portal La Política Online, dónde afirmaron que “el satélite construido íntegramente en el país tiene problemas de calibración y por lo tanto su permanencia en el espacio es inocua”.
Por su parte, el Arsat 2 fue lanzado el pasado 30 de septiembre de 2015 desde la Guayana Francesa, al igual que su compañero. Sus proyecciones son mucho más ambiciosas: se espera que cubra Sudamérica y gran parte de América del Norte.
Sin lugar a dudas es necesario destacar y celebrar el trabajo de los profesionales que trabajaron para construir ambos Arsat y que se encuentran avocados a su perfeccionamiento. Pero ello no implica aceptar pasivamente discursos engañosos. La realidad es que desde el kirchnerismo hablaron de una “soberanía satelital” que no existe, pero que podría hacerlo.
El desarrollo científico y tecnológico de Argentina debe ser un orgullo y una aspiración. Pero el avance sólo puede cimentarse en condiciones reales, para mejorar lo que haga falta y avanzar. La ilusión de un desarrollo tecnológico no nos lleva a ninguna parte, por el contrario, nos estanca.