por Guillermo Cherashny
Informador Público, • 25/11/2015
Gran escándalo se armó anteayer por un editorial de La
Nación donde se destaca que hay presos políticos en Argentina. Se trata de
condenados, procesados y detenidos mayores de 70 años e integrantes de las
Fuerzas Armadas, a los cuales se les niega la prisión domiciliaria.
Si bien hay un fallo de la Corte que abrió estos
juicios por violaciones cometidas entre 1976 y 1983 y el citado editorial dijo
que hay condenados, procesados y detenidos por testigos de oído o bien
directamente truchos, que van a declarar a esos tribunales aparentemente
ordinarios pero que en realidad son tribunales especiales. Fiscales ad hoc
nombrados a tal efecto, que cometieron muchas injusticias. Y se condenó,
procesó y detuvo sin pruebas. No hay ningún tratadista del derecho penal que
diga que con pruebas endebles, por lo cual es indispensable investigar y
reparar.
Hay un caso muy grotesco en el que un ex detenido
desaparecido denunció que un capitán de navío Giachino lo había torturado. El
tribunal ordenó investigar y, cuando se dieron cuenta de que era el capitán
Giachino que murió cuando Argentina retomó las Islas Malvinas, fue evidente que
querían manchar su memoria.