primer acuerdo Macri-Massa para desactivar a
La Cámpora en Bs.As.
por Guillermo Cherashny
Informador Público, • 29/11/2015 •
La designación del economista Jorge “Oveja” Sarghini
como presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires,
acompañado como vice primero por el PRO Manuel Mosca, es la primera señal de
los acuerdos de Macri con Sergio Massa por intermedio de la gobernadora María
Eugenia Vidal, quien fue a comer un asado a la casa de los Massa le semana
pasada. De esta forma se cumple el requisito de la “doble firma” para el manejo
de los fondos de la legislatura provincial. Antes, la dupla integrada por
Horacio González y José Ottavis tenía todo el poder, lo que le permitía a este
último un estructura muy importante para La Cámpora de la provincia pero, al
perder esa “caja”, la misma sufre un duro golpe del cual le será difícil
recuperarse. Y Horacio González, de Ituzaingó, que fue presidente durante doce
años y, contando con la primera minoría, no pudo acordar con Vidal, porque la
extorsionó por los diarios diciéndole que no le dará los dos tercios para leyes
importantes.
Pero ahora el bloque del pejotismo y La Cámpora entró
en desbande y sólo se salvará el Movimiento Evita de Emilio Pérsico y el
“Chino” Fernando Navarro, que tienen varios legisladores, quieren salvar sus
planes sociales y no les viene mal que González y Ottavis caigan en desgracia.
El resto de los diputados que quieran acompañar a Vidal tendrá que canalizar
sus necesidades a través de Massa, que domina esa cámara a través de Sarghini,
lo cual le permitirá al líder del Frente Renovador crecer en el distrito más
importante del país.
En la reunión de los gobernadores peronistas de la
semana que pasó, los más relevantes dijeron que Massa puede volver pero no
liderar, pero a él no le interesa volver al PJ sino seguir ampliando el Frente
Renovador y ahora tiene la oportunidad de quedarse con la mayoría del peronismo
bonaerense, ya que Julián Domínguez, Sergio Berni y Diego Bossio son dirigentes
que se convirtieron en mariscales de la derrota y sólo queda Florencio
Randazzo, a quien tampoco lo quieren.
El pejotismo nacional, si disminuye su
poder en la Provincia, quedaría como una cáscara vacía que produciría un
desbande de gobernadores que querrán negociar con el presidente electo para
ofrecerle los votos de sus senadores y diputados a cambio de fondos para las
provincias.