destacado político
demócrata cristiano
Aica, 11 May
2016
En horas de la tarde de ayer, martes 10 de mayo de
2016, falleció a la edad de 92 años el doctor Horacio Sueldo, uno de los
fundadores de la democracia cristiana en la Argentina, un hombre de
pensamiento, no sólo de acción, en la línea del humanismo cristiano en la
política. Fue tres veces candidato a vicepresidente de la nación (Ayarragaray-Sueldo,
Matera-Sueldo, Alende-Sueldo) y una vez a presidente (Sueldo-Cerro).
Sus restos mortales están siendo velados en el
Congreso de la Nación y luego serán cremados.
Trayectoria del Dr. Horacio Sueldo (1923-2016)
Horacio Jorge Sueldo nació el 13 de julio de 1923 en
la localidad de Villa del Rosario, capital del departamento de Río Segundo, en
la provincia de Córdoba.
Cuarto hijo de una familia de clase media, su
educación e instrucción fue concebida con una fuerte impronta de los valores
morales, como condición básica del comportamiento humano. Para ello contribuyó
mucho, también, la educación e instrucción católica en un colegio lasallano
primero en su propio pueblo y más tarde con el secundario en el Colegio
Monserrat de la capital cordobesa, de inclinación jesuítica; de donde siempre
recordó a grandes profesores.
Ya durante sus estudios universitarios en la facultad
de Derecho de Córdoba, abrazó con pasión y a conciencia el camino del Humanismo
Cristiano, rodeándose de importantes personas con quienes compartió estudios y
amistad.
En 1954, ya casado con Carolina Scienza, vecina nativa
del mismo pueblo y con quien tuvo cinco hijos, se comprometió fuertemente con
la política y junto con varias personalidades, participó de un encuentro secreto
debido a la situación política imperante en la época, en el domicilio
particular del doctor Juan T. Lewis, en el que participaron, entre otros,
Rodolfo Barraco Aguirre, Salvador Bussaca, Manuel Ordóñez, Oscar Puiggrós, Juan
José Torres Bas y Alberto Vélez Funes.
En dicha ocasión se decidió la creación de un partido
político de inspiración cristiana, debido a que todo el grupo se sentía
plenamente comprometido con la inspiración filosófica política de Jaques
Maritain y también Emmanuel Mounier. En aquella ocasión se destacó mucho la
posición de Horacio Sueldo en el sentido de considerar el espíritu, la doctrina
y el programa para la acción política del futuro partido. Así, en la
clandestinidad de aquel momento, se echaron las bases de lo que fue, a partir
de entonces, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) en la Argentina.
En 1958 integró la primera fórmula presidencial del
PDC, acompañando como candidato a vicepresidente a Lucas Ayarragaray, que logró
una importante cantidad de votos. En 1963, ya con cinco hijos en su matrimonio,
se promovió una apertura del partido hacia los sectores más populares que
estaban huérfanos de un pensamiento social cristiano, con un acercamiento hacia
sectores del peronismo proscripto, llegando a proclamar la fórmula Matera–Sueldo,
acompañando al reconocido médico neurocirujano Raúl Matera. Aunque logró reunir
gran multitud en diversos lugares donde eran recibidos (se recuerda cerca de 70
mil personas en Rosario), finalmente la fórmula no prosperó por motivos ajenos
a sus propios integrantes. A raíz de ello, el partido decidió promover la
fórmula Sueldo–Cerro. Luego, en el Colegio Electoral, inclinaron sus votos a
favor de Arturo Illia.
En 1958 Sueldo ya estaba asentado con su familia en
Buenos Aires donde continuó su carrera política y el ejercicio de la profesión
de abogado y la docencia secundaria y universitaria. Se recuerda su paso por la
facultad de Derecho de la Universidad Católica de La Plata.
En 1973, retornado otra vez el período democrático
tras los sucesivos golpes de estado, el sector liderado por Sueldo lleva el
nombre de Partido Revolucionario Cristiano; y se forma un acuerdo electoral con
el Partido Intransigente de Oscar Alende, con la Alianza Popular
Revolucionaria. Así, se integró la fórmula Alende–Sueldo; y encabezando también
la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires,
accede a su banca de diputado nacional en las elecciones del 11 de marzo de
1973.
Durante sus años de militancia política, tuvo que
enfrentar situaciones muy difíciles para él y su familia, incluyendo amenazas
de muerte y atentados, provenientes de la Triple A y de Montoneros. También
supo tener muy buenas relaciones personales con distintas personalidades
políticas del país y con el actual papa Francisco durante sus años al frente
del arzobispado de Buenos Aires.
En el ámbito internacional, conoció a Konrad Adenauer
y mantuvo relaciones de amistad con Aldo Moro, Eduardo Frei Montalva, Patricio
Eylwin y Rafael Caldera, entre otros.
Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, colaboró como
asesor en el área de Desarrollo Humano y Familia; período durante el cual
cosechó un fuerte lazo de afecto con el doctor Alfonsín. Luego de haber estado
ese breve lapso en el gobierno de Alfonsín, se retiró definitivamente de la
política, dedicándose a estudiar y escribir distintos pensamientos políticos.+