by César Augusto Lerena
Informador Público, 24-5-16
Basta ver algunos de los competidores de la Ing.
Malcorra para la Secretaría General de las Naciones Unidas, para darse cuenta
de las pocas probabilidades que tiene la Canciller Argentina para lograr su
objetivo. Bokova (Bulgaria), Clark (Nueva Zelanda) y Gutiérrez (Portugal) como
menciona Martín Dinatale en La Nación (21/5/16) son un ejemplo de ello. Aunque,
¿no será su propia debilidad y la de Argentina la que lleve a Malcorra a ese
cargo?
Da la sensación que tras esa meta, la Ministra viene
relativizando cuestiones sensibles de la Argentina: tal es el caso de Malvinas,
cuyo tratamiento ya no sería prioritario en la relación de Argentina con
Londres, ratificando la “fórmula del paraguas”; y la confirmación del Acuerdo
con China sobre la construcción de una Base Satelital en Neuquén, donde se cede
soberanía, y de las dos represas hidroeléctricas en Santa Cruz, desaconsejadas
desde el punto de vista medioambiental, que se contraponen con los recientes
anuncios estratégicos del gobierno de promoción de las energías eólicas y
fotovoltaicas no contaminantes.
Es muy poco probable que la hipotética designación de
Malcorra ayude a la Argentina; más bien parece todo lo contrario: los
funcionarios de las organizaciones internacionales deben ser neutros en sus
acciones, y las opiniones sobre sus países de origen son inconvenientes y poco
creíbles. ¿Cuáles se supone que serán en un futuro las ideas sobre Malvinas de
la posible funcionaria: las del organismo o las de su país? Ciertamente las del
Organismo, las que ya está empezado a ejercitar relativizando Malvinas. Mucho
peor que lo hecho por los Cancilleres de Menem, Kirchner y Fernández, ser
neutro cuando la Argentina es parte. Aunque nadie podría descartar que Malcorra
llegue, profundizando aún más la debilidad negociadora de Argentina.