a los
constituyentes del 94 terminar con la grieta
En el primer día
del mes de mayo, además de conmemorarse el día del trabajador, se celebra
también el Día de la Constitución Nacional Argentina (CNA).
Especial para La
Nueva Mañana, 29-4-22
Según la Ley
25.863 el 1º de Mayo es el Día de la Constitución Nacional en conmemoración de
su sanción el mismo día del año 1853 en la ciudad de Santa Fe. En atención a
esta celebración, La Nueva Mañana entrevistó al militante y dirigente político Carlos Alberto
del Campo, quien fuera -en 1994- convencional nacional constituyente por
Córdoba. Integró las Comisiones de “Régimen Federal” y “Tratados de Integración
e Internacionales” y se expresó en esta oportunidad sobre la importancia y
el recorrido histórico de nuestra Constitución, a la vez que refleja el rol
político actual de quienes fueron Convencionales Constituyentes en la última
reforma constitucional en 1994.
¿Cuál es la razón
de ser de la Constitución Nacional Argentina; qué se logró -y se logra- por su
intermedio?
- La Constitución
Nacional establece principios y objetivos de la nación, la existencia de
órganos de gobierno, sus facultades y limitaciones, los derechos de los
individuos y las vías para hacerlos efectivos.
¿En razón de qué
propósitos nace nuestra Constitución; cuáles modelos se siguieron a la hora de
su confección primera?
- La razón
fundamental para organizar la Nación -desde Mayo de 1810 y del 9 de Julio de
1816-, fue un reclamo por la necesidad de constituir la unión nacional,
afianzar la Justicia y consolidar la paz interior. Los fundadores –bajo
influencia de Alberdi- tomaron parte del modelo la Constitución de Estados
Unidos y sus principios del liberalismo y el federalismo. Entonces en esos dos
modelos de confección y pensamientos –la Constitución de los EE.UU. y en “Bases
y puntos de partida para la organización…” de J. B. Alberdi- se puede encontrar
las mayores influencias al momento del nacimiento de la Constitución de 1853.
¿A qué se han
debido las reiteradas modificaciones y reformas de la Constitución Argentina?
- Es que ya la
Constitución Nacional de 1853 de la
Confederación Argentina, fue rechazada por la Provincia de Buenos Aires.
Entonces Bartolomé Mitre impuso una Reforma en 1860 basada en el modelo
agro/exportador, estado laico y contemplando a la fervorosa ola inmigratoria de
aquel momento. Como consecuencias de esta Reforma nacieron el voto cantado y el
fraude. Más tarde, ya en 1916, durante el gobierno democrático de Hipólito
Yrigoyen se reclamaba por una reforma que incluyera derechos laborales,
sociales y políticos; pero recién en 1949, durante la presidencia de Juan
Domingo Perón, se dictó una Constitución Nacional dentro del marco del
constitucionalismo social, incorporando los derechos laborales y sociales,
igualdad jurídica del hombre y la mujer, derechos de la niñez y la ancianidad,
autonomía universitaria, función social de la propiedad, el capital y la
actividad económica, sistema de servicios públicos y comercio exterior,
monopolios u oligopolios privados, y la posibilidad de reelección del
presidente y vicepresidente.
Scalabrini Ortiz
llamó al artículo 40 de dicha Constitución “el bastión de la República”; el
citado artículo expresa, por ejemplo que: “La importación y la exportación estarán
a cargo del Estado”. “Los minerales y caídas de agua, los yacimientos de
petróleo, de carbón y de gas y las demás fuentes naturales de energía, con
excepción de los vegetales, son propiedades imprescriptibles e inalienables de
la Nación”. “Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado y bajo
ningún concepto podrán ser enajenados o concedidos para su explotación”. “Los
que se hallasen en poder de particulares serán transferidos al Estado, mediante
compra o expropiación”. “El precio de la expropiación... será el del costo de
origen... menos las sumas que se hubieran amortizado”… En la Constitución
Nacional de 1949 se establecía un sistema capitalista mixto con intervención
del Estado.
Luego de derrocar
a Perón, el Gobierno militar de facto de la Revolución Libertadora abolió a la
Constitución mediante un bando militar.
Actualmente está
en vigencia la Constitución que contiene las modificaciones de 1994… ¿Por qué
se decidió reformar la constitución en 1994? ¿Cómo, por qué y para qué se decidió reformar la constitución aquel
año?
- Pasó que, al
abolirse la Constitución de 1949, se repuso el texto de 1853 con sus reformas
de 1860, 1866, 1898 y 1957, estableciendo un sistema constitucional vetusto,
sin reelección presidencial; y como en
1995 se vencía el mandato del presidente Carlos Menem, quien aspiraba a un
segundo mandato presidencial, se comenzó a trabajar para reformar la
Constitución. Raúl Alfonsín –antecesor presidencial de Menem-, durante su
presidencia había anunciado la Reforma “para la consolidación de la
democracia”, pero terminó su mandato -por renuncia- antes de término. Luego, en
1994, Menem y Alfonsín, el PJ y la UCR,
suscribieron un pacto -el recordado
Pacto de Olivos- para el dictado de la Ley de Reforma -lo que les significó
malas consecuencias electorales para
ambos sectores políticos: para el PJ 38,5 % de los votos y para la UCR 19,74%.
–siendo que venían obteniendo mayores números-.
Estos magros
guarismos expusieron el claro rechazo de vastos sectores internos de unos y
otros –PJ y UCR- para con el Pacto de Olivos
– Yo opino que es
a partir del Pacto de Olivos que comenzó el derrumbe de la UCR-. La Ley de la
Reforma introdujo “una trampa” que fue crucial: llevar al debate el “Núcleo de
Coincidencias Básicas” -redactado en Olivos, en el ya citado pacto celebrado
allí, y que aseguraba la reelección de Menem-, y quien lo rechazaba con su voto -como fue mi
caso- se vio imposibilitado de votar afirmativamente en temas importantes. Lo
notable es que fue este tema, el Pacto de Olivos, el que tuvo la mayor
extensión en el debate.
¿Por qué piensa
usted que Perón no bregó por volver a la Constitución del 49 cuando regresó a
la presidencia del país en 1973?
- Porque Perón
solamente gobernó 9 meses, hasta su
muerte, pero propuso a la Nación el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional
-que bien podría haber sido tomado como base para una reforma constitucional-.
Y después, con el golpe de Estado, el llamado liberalismo que gobernó con los
militares a partir del 24 de marzo de 1976 no iba aceptar jamás ningún modelo
de Constitución que tendiera a alcanzar la liberación nacional.
¿Cuáles fueron, a
su entender, los cambios más trascendentales para la Nación surgidos desde la
reforma del 94?
- Los hay
positivos y negativos, en los primeros otorgar rango constitucional a tratados
internacionales con jerarquía superior a las leyes, jerarquizar el Ministerio
Público, pautas para distribuir la recaudación de impuestos, autonomía
municipal, creación de regiones, derechos de pueblos originarios, límite a la
edad de los jueces a 75 años, derecho imprescriptible de Soberanía de las Islas
Malvinas y su recuperación definitiva. Entre los segundos, la supresión del
Colegio Electoral que significó el debilitamiento del federalismo, la creación
del Consejo de la Magistratura que trajo
importante controversia con posiciones encontradas porque se disputa el
control del Poder Judicial. Se creó la figura del jefe de Gabinete con
funciones insignificantes. Un gran aspecto negativo es la confusa autonomía
para la Ciudad de Buenos Aires.
¿Piensa usted que
es necesaria una nueva reforma constitucional; por qué?
- No, de ninguna
manera. La Constitución Nacional debiera expresar la época en que la Nación se
organiza sobre cimientos sólidos. El estado de retroceso que soporta nuestro
país no reclama reforma alguna. Una futura convocatoria debiera definir un
Proyecto Nacional.
¿Alguna reflexión
en particular en una nueva conmemoración del Día de la Constitución Nacional?
- La sociedad
argentina, compuesta de seres humanos libres está reclamando, a quienes les
cupo el honor de ocupar una banca constituyente, la resolución con patriotismo
de los agudos problemas, para terminar
con la “grieta y el odio” que destruye el tejido social. Quiero destacar que
los presidentes posteriores a la reforma de 1994 fueron convencionales
constituyentes en aquel año, también gobernadores, integrantes de la Corte
Suprema de Justicia -Carlos Rosenkrantz se desempeñó como asesor de Alfonsín-,
ministros, diputados, senadores de la
Nación y de provincias, constitucionalistas y académicos, empresarios,
militares, religiosos y hasta algún periodista. A 28 años de la Reforma creo
que el resultado llama a una serena
reflexión.