Jorge Asís
Infobae, 3 de
Abril de 2022
1.- MALABARISMOS
No es el hijo
sufriente de padres separados que trata de intermediar entre las rencillas de
mamita y papito.
Sergio Massa, El
Conductor, es jefe minoritario de la Sociedad Todos, que gobierna la Argentina.
Pero hoy Sergio
realiza malabarismos y contorsiones entre La Doctora, jefa y socia mayoritaria,
y el CEO, el presidente Alberto Fernández, Otálora, ejecutivo altamente
calificado.
El presidente
maneja con severas improvisaciones el departamento de gestión con cinco o seis
dependientes menores, ya habituados a los cambios de rumbo y de instrucciones.
El pobre CEO se corrige, arruga, retrocede.
Aunque debe insistirse:
Alberto dista de ser tonto. Al contrario. Es un perverso que emite, con
frecuencia, tonterías.
Pero los jefes de
la Sociedad Todos son dos, La Doctora y Sergio, en ese orden.
Y Alberto que, a
través del promocionado ascenso por un tuit, se resignificó como estadista. Hoy
supone, acaso embalado por los heroicos Espartacos, que se encuentra en
condiciones de emanciparse.
Se atreve, con
justo derecho, a discutir posiciones con la socia mayoritaria. Y enfrenta a La
Doctora.
Cuenta también con
el amontonamiento popular de los accionistas del Movimiento Evita. Es la
pobreza institucionalmente fortalecida desde el Estado, que envía al choque, o
al frente, a los enganchados del Polo Obrero y el conjunto multiplicado de
sellos que se aferran a la gloria insuficiente del presupuesto.
2.- CUARTO PODER.
EL INFLUENCER
Emergente
inapelable del conflicto, Sergio es el socio minoritario que asume el rol de
Canciller Interno. Para tallar entre las diferencias de la socia mayoritaria y
el CEO. Con el complejo conglomerado de anexados.
Pero el Canciller
Interno no debe turnarse solo en el limado de rencores precarios entre La
Doctora y Alberto.
Debe encargarse de
contener al cuarto factor. El heredero. Máximo, El Influencer. Hijo de La
Doctora y líder unánime de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.
El Canciller
Interno dista de ser gran receptor de afecto, o de simpatías, tanto de La
Doctora como de Alberto.
Ambos le mantienen
asignada la cuota aceptable de desconfianza justificada.
Pero Sergio
conquistó el afecto político de Máximo, hasta casi transformarse en el
preferido de la Agencia para protagonismos superiores.
“Nuestro candidato
es Sergio”, confirma la atractiva muchacha de La Agencia.
Precisamente, es
el acercamiento con Sergio de El Influencer y la Agencia lo que comienza a
modelar la preferencia de La Doctora. Aunque aspira, sin decirlo, a ser
presidenta. Otra vez.
A caballo del
jubileo populista que irrumpe en el subcontinente. Y que incorpora pronto a
Colombia y a Brasil.
Hasta el cierre
del despacho, La Doctora se destacó por sus formidables equivocaciones en
materia de selección. Sirvieron para desperdiciar dos años del proyecto
político planificado para imperar durante el delirio de veinte años.
Para convertirse
apenas en elemental gobierno de transición. Aunque Alberto crea estar en
condiciones de ser contratado por otro ciclo.
Aunque la Sociedad
Todos deba tolerar la impotencia del marco de inflación extraordinaria. Con la
economía estallada y carente de energía, hasta la anímica. Y con la pobreza
organizada para paralizar el país con cortes, acampes y quebradas.
A la inflación
desenfrenada y a la creciente rebeldía social se le debe incorporar la
patológica ausencia de conducción política.
Entonces la
Coalición Todos se instala plácidamente en la antesala del fracaso.
Para asegurar el
retorno de los que fracasaron como Juntos y pugnan por volver a fracasar.
3.- GÁRGARAS DE
PODER
Lejos de las
alegorías, todos los caminos conducen a Sergio.
El Canciller
Interno se las ingenió con la oposición para salvarle la vida a Alberto. Con la
estricta colaboración del Premier Manzur, El Menemcito, que le puso de regalo
16 gobernadores.
Para conciliar, en
efecto, el acuerdo desastroso con el Fondo que produce el deshielo transitorio.
Y fue el Canciller
Interno quien logró que Máximo no incendiara el Reichstag, con otro discurso
rupturista como aquel del presupuesto.
Que El Influencer
solo baje hacia la “pajarera” de los diputados con barbijo y vestido con ropas
de fin de semana de muchacho austero, para votar en contra del acuerdo y
callarse. Atornillarse a la virtud del silencio.
“Cuando se hacen
gárgaras, siempre algo se traga”, confirma el sabio del arrabal.
Aquí las gárgaras
son de poder. Entonces en el desbarajuste Sergio tragó un sorbo más del poder.
Entre la desconfianza tiene la oportunidad providencial de elevar la imagen.
Alterar el relativo índice de credibilidad, que deriva en negatividad. Se trata
del índice adverso reproducido por sus propios errores. Por agrandamientos infatuados
o jactancias irresponsables.
Pero sobre todo
fue por la contundente estampilla de Ventajita que Mauricio Macri, El Ángel
Exterminador, supo estamparle en la frente. Y por inspiración intelectual del
(casi) exterminado Marcos Peña, El Pibe de Oro. Ex genio lateral que desperdiga
méritos olvidados entre los diversos quioscos del Mercado de Juntos.
En la semifinal
que disputan con elevada hipocresía los dos líderes fundamentales. El Ángel
(del Bridge) y Horacio Rodríguez Larreta, Geniol, candidato natural del
«establishment».
Pero Macri y
Larreta están fuertemente irritados por los deslizamientos de la señora
Patricia Bullrich, la Montonera del Bien que ya se lanza a mangar a los
empresarios.
Patricia superó la
categoría de instrumento del Ángel para lacerar a la señora María Eugenia
Vidal, La Chica de Flores, y a Larreta.
Para ser, en
adelante, competidora de los dos, de Geniol y del Ángel.
Aparte, no
conforme, La Montonera del Bien se las ingenió, por la potencia de sus
cotidianas entrevistas televisivas, para desplazar de la centralidad a la
estancada señora Carrió, La Derrotada Exitosa.
Y contribuyó para
«desangelar» a la esmerilada Chica de Flores. Para despojarle la portación sana
de “ángel” y de “hada”.
4.- LA BREVE
CENTRALIDAD
Para cerrar el
círculo, la rotonda de caminos, debe subrayarse la cercanía del Canciller
Interno con Larreta. El viejo amigo que enfrenta a quien le pegó la estampilla.
Y es también amigo
de La Chica de Flores. Vidal, La Desangelada. Quienes los denigran aseguran que
Sergio co-gobernó, en la práctica, con Vidal. En la provincia del pecado.
Debe agregarse la
complicidad del Canciller Interno con Gerardo Morales, El Milagrito.
Otra magnitud que
alude a la sentencia de “todos los caminos”.
Lo más grave de nuestro
artista de variedades, es que debe encarar la proeza del equilibrio sobre un
cable entre montañas desiguales, que los diversos cocodrilos tratan de morder.
El marco de
coincidencia genera estragos. La atrocidad social con la aceleración inflacionaria
y la fragmentación política.
“Todo pasa”, como
decía el pensador Julio Grondona.
Todo puede ser
estropeado por la brevedad. Como diariamente los precios en los anaqueles, la
difusa alegría o la centralidad fugaz.